Diferentes organizaciones ecologistas madrileñas han reclamado la paralización de las obras de ampliación del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas por su “impacto negativo” en espacios naturales y diversas poblaciones de su entorno. La Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, Grupo de Acción para el Medio Ambiente, Jarama Vivo y Liberum Natura advierten que esta ampliación podría suponer un incremento de entre un 20% y un 34% en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por la actividad del aeropuerto respecto a los datos de 2019.
En un comunicado conjunto recogido por Europa Press, reclaman además establecer límites de emisiones para la aviación española. Recalcan asimismo que el proyecto se pone en marcha cuando el aeródromo madrileño tiene las emisiones de CO2 “más altas de España”. De esta forma, han trasladado su “preocupación” ante el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre el aumento de la capacidad operativa del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, “muy por encima de la contemplada en 2021”.
En concreto, avisan de que la cifra de pasajeros con la nueva ampliación se elevará a los 90 millones en 2031 y la previsión de convertir Barajas en centro de conexión (hub) con América Latina y con Asia supondrá el aumento de las operaciones de larga distancia (hasta el 70%) y media distancia (hasta 60%), en detrimento de los vuelos cortos. “Un efecto directo será el incremento de aviones de mayor tamaño para cubrir vuelos de largo radio y aumentar ocupación de la corta distancia”, alertan.
Además, según el estudio publicado por Ecologistas en Acción el pasado mes de julio y, en un escenario máximo de 80 millones de pasajeros, los resultados obtenidos indican que las emisiones de CO2 aumentarían entre un 20% y un 34% respecto de 2019, los óxidos de nitrógeno entre un 20% y un 30% y las partículas (PM) entre un 22% y un 30%. Según concluye un informe realizado por el Open Data Institute, el Consejo Internacional de Transporte Limpio y la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente en 2021, Barajas es el quinto aeropuerto con mayores emisiones de dióxido de carbono de Europa.
En este contexto, alertan del impacto negativo que el incremento de las operaciones y el consiguiente aumento del ruido tendrá sobre espacios naturales y poblaciones del entorno del aeródromo madrileño: “Vivimos en los años decisivos de la crisis climática, seguir aumentando la capacidad operativa de Barajas es una mala idea. Equivocarse en las prioridades, ahora, tiene un coste que no podemos pagar”.
“El ruido se manifiesta especialmente en las rutas de despegue y aproximación, sobre los ejes de los ríos Jarama, Henares, Guadalix y Manzanares coincidiendo, todos ellos, con espacios Red Natura 2000”, remarcan las organizaciones, que ponen sobre aviso del impacto en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama y el valle del Tajuña, una zona rural de alto valor natural.
En cuanto a las poblaciones, los municipios más afectados son Coslada, San Fernando de Henares, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Algete y hacia el sur Torrejón de Ardoz, Mejorada del Campo, Velilla de San Antonio, Loeches. “Las partículas ultrafinas, el hollín y los enormes niveles de ruido emitidos por los motores de las aeronaves representan la causa de patologías de tipo cardiovascular, discapacidades auditivas, alteraciones del sueño o deterioros del rendimiento cognitivo”, recuerdan las agrupaciones ecologistas.
En esta línea, apostillan que el proyecto de ampliación del sistema aeroportuario de Barajas en 2001 ya afectó al río Jarama, destruyendo tres kilómetros de su cauce, que tuvo que ser desviado y encauzado, a pesar de ser espacio protegido Red Natura 2000. “El presidente del Gobierno, para maquillar la insostenibilidad de la nueva propuesta, ha anunciado que contará con la mayor planta fotovoltaica anexa a un aeropuerto para reducir la huella de carbono. Pero esa planta ya está construida, se inició sin tener declaración de impacto ambiental de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid e invade la llanura de inundación del río Jarama”, subrayan.
El impacto de una Airport City
En este mismo sentido, prevén un impacto negativo de la presencia “masiva de turistas”, con más de 14 millones en 2023, en el medio natural. “Ya se ha llegado a colapsar accesos a pueblos y espacios protegidos”, situaciones que afirman se repiten en zonas como la Sierra de Guadarrama u otros espacios protegidos. “Esta presencia masiva de turistas transforma el comercio de proximidad, deteriora la convivencia de las comunidades de vecinos y promueve la expulsión de los residentes, además de provocar la pérdida del dinamismo e idiosincrasia de los barrios”, alegan.
Mencionan igualmente el impacto que tendrá la creación de una Airport City, es decir, una ciudad en los aledaños del aeropuerto con usos logísticos, aeronáuticos, terciarios, residenciales y de ocio. La superficie destinada a estos fines alcanzaría las 323 hectáreas de suelo público y dos millones de metros cuadrados edificables. El Ayuntamiento de Madrid ya está tramitando la modificación puntual del plan general para posibilitarlo. El ente público adjudicaría el suelo y el aprovechamiento urbanístico a entidades privadas.
Por todo ello, los colectivos medioambientalistas han reclamado la paralización de la ampliación del aeropuerto de Barajas, el establecimiento de un límite de emisiones para la aviación en España, la eliminación de vuelos cortos con alternativa en tren y medidas fiscales sobre aerolíneas y billetes para desincentivar vuelos.