El plan de rodear con una zona de bajas emisiones la estación que registra más contaminación de Madrid no está funcionando, de momento. El punto de medición de Plaza Elíptica registró en sus tres primeros meses de funcionamiento un 32% más de polución por dióxido de nitrógeno que en el mismo periodo del año pasado: de los 43 microgramos por metro cúbico registrados de enero a marzo de 2021 se ha pasado a 57 µg/m3 de NO2 este año.
El empeoramiento de la calidad del aire en Plaza Elíptica es mucho mayor que el que arrojaron el resto de medidores de la red municipal, donde se recopiló un incremento medio del 12% durante el primer trimestre del año. Aunque las cifras por zonas son dispares, en ninguna estación de medición se llegó a una subida del NO2 como en esta plaza situada entre los distritos de Usera y Carabanchel.
En Plaza Elíptica funciona desde el pasado 22 de diciembre una Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP), por la que está prohibido que los coches sin etiqueta ambiental circulen, salvo algunas excepciones. La medida, diseñada por el área de Medio Ambiente, busca reducir un 18% el tráfico. Lo que se debe traducir en la desaparición de 1.472 vehículos en la hora punta de la mañana, los más contaminantes.
La zona de bajas emisiones está pensada para rebajar la polución en la única estación de la red que hace que Madrid incumpliera en 2021 los índices de calidad del aire marcados por la Unión Europea. El año pasado fue la única ciudad española en hacerlo, aunque por muy poco. El equipo de Almeida tiene mucha confianza en que su medida sirva para rebajar los niveles, aunque los datos de los tres primeros meses del año no inviten al optimismo.
Si los datos del trimestre son malos en lo que respecta a Plaza Elíptica, peores resultan si nos ceñimos al mes de marzo, el primero completo con multas. El Ayuntamiento dio por concluido allí el periodo de avisos el pasado 21 de febrero y comenzó a sancionar con 90 euros a todos los vehículos que accedían sin permiso a esta zona de bajas emisiones. Desde finales de marzo y debido a cambios en la Ley de Tráfico estatal, estas multas ascienden a 200 euros.
Las cifras de contaminación por NO2 en marzo han sido mejores en Madrid que en el mismo mes de 2021, gracias a los numerosos días de lluvia (que no cayó en enero y febrero) y a la mejor ventilación de la atmósfera. Pero en la nueva zona de bajas emisiones la situación volvió a empeorar, a la vez que el resto de la red mejoraba: la polución subió un 13% frente a un descenso generalizado, como se aprecia en el siguiente gráfico:
El Ayuntamiento de Madrid no quiere entrar a valorar los datos de la contaminación en los tres primeros meses del año. Consultadas por este periódico, fuentes del área de Medio Ambiente explican que es demasiado pronto para establecer conclusiones y que los periodos de meses o trimestres no se pueden analizar de forma estanca a la hora de hablar de calidad del aire. “Vamos a esperar a que finalice el año y tengamos la foto real del conjunto”, explican ante la pregunta de si se van a ampliar las restricciones de paso a otro tipo de vehículos.
La Comunidad de Madrid ya advirtió al Ayuntamiento en febrero del año pasado que la ZBEDEP podía quedarse corta, porque permitía el paso de vehículos con etiqueta B y C, prohibidos en otras áreas como el Distrito Centro (antiguo Madrid Central). “Se sugiere que se valore la limitación del acceso y la circulación, al menos, a los vehículos con distintivo B”, explicaba el texto remitido por el área de Medio Ambiente del Gobierno regional, al igual que sugería lo mismo con vehículos de masa pesada que no fueran autobuses.
El Gobierno de Almeida únicamente ha desviado el tráfico, no ha reducido la tremenda cantidad de coches que pasan por este eje clave
Los datos de los primeros meses del año son criticados con dureza por parte de Más Madrid: “Almeida eliminó la zona de bajas emisiones de Madrid Central que realmente funcionaba y que estaba considerada la más eficaz de Europa, y puso en marcha medidas como Madrid 360 y esta zona fake que son ineficaces y suponen pasos atrás”, indica su portavoz, Rita Maestre. Su partido cree que la zona de bajas emisiones es una “medida cosmética” que no arreglará el problema de la polución.
“La zona de bajas emisiones solo actúa en el entorno más próximo de la contaminación y afecta únicamente a los vehículos A. El Gobierno de Almeida únicamente ha desviado el tráfico, no ha reducido la tremenda cantidad de coches que pasan por este eje clave de Usera. Solo están consiguiendo empeorar la calidad del aire, y eso significa más enfermedades respiratorias y peor calidad de vida para los madrileños”, asegura Maestre.
Más Madrid propuso recientemente ampliar la ZBEDEP de Plaza Elíptica y reformar la A-42 y el entorno de Santa María de la Cabeza para convertirlo en une eje de movilidad sostenible, con bus rápido de alta capacidad, carriles bici y ampliaciones de acera, de manera que el acceso a Madrid en vehículo privado quede desincentivado.
Lanzadera fallida y otras medidas
La zona de bajas emisiones alrededor de este nodo de comunicaciones es solo una de un paquete de medidas que el Ayuntamiento de Madrid engloba en la marca Madrid 360, destinadas a frenar la contaminación en la ciudad. Una de las asociadas al tránsito por Plaza Elíptica era la de colocar un autobús lanzadera que la uniera con un aparcamiento disuasorio en Islazul, inaugurado el pasado septiembre y que solo tuvo seis meses de vida.
El pasado 28 de diciembre, el consistorio decidió acabar con este servicio -que pasó a ser cubierto por la línea E1- ante el bajo nivel de pasajeros alcanzado: solo 100 usuarios al día.
Una de las medidas adoptadas que más impacto puede generar en los niveles de contaminación es la reciente Zona de Bajas Emisiones del interior de la M-30, en la que no pueden circular los vehículos de no residentes sin etiqueta ambiental. Fue puesta en marcha a principios de año y de momento funciona sin multas gracias a una prórroga municipal, decidida hace unas semanas ante el enorme grado de incumplimiento de la norma: 78.000 conductores habían hecho caso omiso de la medida en sus dos primeros meses de funcionamiento.