Almeida estrena contratos y maquinaria para volver a “ese Madrid limpio que todos tenemos en la cabeza”

Nuevos uniformes, nuevos vehículos y nuevos colores para la limpieza de Madrid. El alcalde no quiere nada que recuerde al pasado reciente de un servicio que se convirtió durante los últimos ocho años en una fuente constante de quejas ciudadanas y el arma arrojadiza preferida por la oposición de cada momento en la ciudad. Este martes se presentaba en Villaverde cómo será la limpieza de la capital durante los próximos ocho años, que sustituye desde el 1 de noviembre la que adjudicó Ana Botella y con la que José Luis Martínez Almeida se juega parte de su credibilidad al frente de Cibeles.

El alcalde hizo auténticas cabriolas lingüísticas para no criticar los contratos de limpieza firmados por su compañera de partido en 2013: “No es que ahora estuviera sucio, pero no estaba lo suficientemente limpio como los madrileños queríamos”, llegó a decir, antes de confiar en que la limpieza deje de ser la principal preocupación en las encuestas a los habitantes de la capital. Con el nuevo servicio y “la imprescindible colaboración ciudadana”, el alcalde espera conseguir “que recordemos ese Madrid limpio que todos tenemos en la cabeza”.

Los contratos de limpieza fueron adjudicados en verano a cinco grandes empresas -la mayoría constructoras-, pero los litigios y reclamaciones presentados por las no adjudicatarias han retrasado varios meses su entrada en vigor. Costarán 1.636.419.788,82 euros (impuestos incluidos) a lo largo de todo el periodo e incluye una renovación total de la maquinaria, con mayoría de vehículos no contaminantes, unos 2.500 operarios más y una nueva imagen, con uniformes de un color más claro y el logo Madrid 360 -la firma de la estrategia ambiental de Almeida- impreso en ropa y aparatos.

La limpieza de la ciudad se sigue dividiendo en seis lotes. La compañía Urbaser, que antiguamente pertenecía a ACS y actualmente está en manos del fondo estadounidense Platinum Equity, se encargará de la limpieza del del lote 3 (Fuencarral-El Pardo, Moncloa-Aravaca y Latina) por 269,8 millones de euros, y el del lote 5 (Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro) por 233,5 millones. Del lote 1, el más cuantioso de todos y que da servicio a los distritos de Centro, Chamberí y Tetuán, se adjudicó a Cespa, filial de Ferrovial, por 306 millones. Era la constructora que hasta ahora ostentaba el contrato sobre la misma zona.

La unión de Valoriza (de la constructora Sacyr) y OHL se hizo con la limpieza de Arganzuela, Retiro, Salamanca y Chamartín por 274 millones; Acciona y Alfonso Benítez SA se encargan desde esta semana de las zonas de Hortaleza, Barajas, Ciudad Lineal y San Blas-Canillejas por 300,1 millones y FCC se hace cargo de los distritos de Usera, Villaverde y Carabanchel por 252,8 millones.

Más frecuencias de limpieza

El nuevo contrato de limpieza exige mayores frecuencias de limpieza viaria y prevé un gasto de 86 euros por habitante frente a los 59 del anterior servicio. El gasto se reparte de forma desigual por distritos, ya que se intensifica el mantenimiento de núcleos históricos de la ciudad y en centros turísticos, algo de lo que se ha quejado la oposición.

Entre las labores habituales de limpieza estará el barrido manual y baldeos, que incluye una reducción de los tiempos máximos para la retirada de los residuos que se abandonan indebidamente en la vía pública y en el entorno de contenedores. Todos estos lugares se limpiarán al menos cada tres horas, en lugar de las seis fijadas por contrato hasta ahora (cuatro en Centro).

Además de la limpieza diaria, se recuperarán las campañas de refuerzo de la hoja y de Navidad, además de preveer limpieza por nevadas en la ciudad, pudiendo acoplar cuchillas a las nuevas máquinas contratadas. También como novedad se recupera la recogida de muebles y enseres una vez al mes en cada distrito.

Otra de las principales novedades en limpieza es la puesta en marcha de un equipo exclusivo para cubrir incidencias ciudadanas las 24 horas. El ciudadano será auditor del servicio y podrá enviar fotografías del estado de una zona a través de un teléfono habilitado, redes sociales y una aplicación específica y se le responderá con imágenes del resultado de la actuación. Se realiza seguimiento y evolución y se crea un sistema de alertas por si hay un incremento de avisos en una zona.

Para este servicio, las empresas adjudicatarias atenderán las incidencias y situaciones imprevistas de limpieza (excluyendo las que requieran actuaciones urgentes, de especial complejidad, muy especializadas o de emergencia, que se reservan para el SELUR) y deberán resolverse en un plazo máximo de dos horas. Además, deberán dar respuesta a otras tareas de limpieza que puedan aparecer de manera especial no programada, asegurando la capacidad y dimensionamiento de sus equipos para poder actuar de forma efectiva en el tiempo adecuado.

Nuevo servicio de zonas verdes

Además del servicio ordinario de limpieza, este martes también se presentó también el mantenimiento de zonas verdes y arbolado de Madrid, adjudicado el pasado 30 de agosto por 435 millones de euros por cuatro años a la UTE Cespa-Gyocivil (lote 1), Valoriza Servicios Medioambientales (lote 2 y 3), San José-El Ejidillo (lote 4), Alfonso Benítez (lote 5) y FCC Medio Ambiente (lote 6). En este caso también se ha aumentado el gasto un 52,8 % respecto al de licitación de 2013.

El Ayuntamiento de Madrid exige a las adjudicatarias una plantilla mínima de 2.271 trabajadores entre técnicos, administrativos, jardineros y resto de personal, lo que supone un refuerzo de operarios del 28 %, 502 operarios nuevos. Como en el pliego de limpieza, se cubren las vacaciones, bajas, excedencias y jubilaciones para que la plantilla permanezca completa en todo momento. En el contrato anterior no estaba garantizado.

Por primera vez se establece un calendario prefijado con personal a tiempo completo de lunes a jueves y refuerzos los festivos y de viernes a domingo para mejorar la limpieza y el estado general de las zonas verdes. Se fijan las prestaciones definidas, especificando el número y frecuencia de riegos, podas, árboles a plantar y a podar y demás trabajos a realizar anualmente. Además, se introducen programas de gestión y se contemplan explícitamente los planes directores de los parques.