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Las obras en la A-5 pueden desbordar el Metro y los buses en Madrid al derivarles cada día 47.500 viajes en coche

Los inminentes cortes de tráfico en la entrada a Madrid por la A-5, previstos para el mes de diciembre como parte del soterramiento de esta vía, amenazan con colapsar la mayoría del transporte público del corredor del suroeste si se mantienen los escasos planes de refuerzo previstos. Un estudio del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible estima que la reducción del 50% de los carriles para coches provocará un trasvase de miles de viajeros hacia, principalmente, el Metro y también los autobuses.

El estudio estima que las obras en la A-5 harán que unos 62.300 viajes en vehículo privado que registra cada día pasarán al transporte público, como consecuencia de la reducción de la capacidad de la vía y también por el incremento de los tiempos de trayecto asociados a los atascos que se generarán.

Según estos cálculos, el 39% de los viajes suprimidos sustituirá el coche por el Metro de Madrid, mientras que los buses urbanos e interurbanos recogerán el 37% de ellos. Las líneas de suburbano que más viajeros recibirán serán principalmente la 10 (11.900 viajes), seguida de la 5 (9.300), la circular (8.500) y el Metrosur (4.600). En cuanto a los interurbanos, las líneas más afectadas serán la 563, 574, 561B y 567.

El actual incremento del servicio previsto por la Comunidad de Madrid para Metro y los buses interurbanos no sería suficiente para absorber toda esta demanda, ya que el plan unilateral que presentó el Ayuntamiento en acuerdo con el Gobierno de Ayuso, incluía un refuerzo máximo de hasta el 9% (dos trenes en la línea 10 y uno en la línea 5). En cuanto a los interurbanos, no están previstos refuerzos aunque sí que la mayoría de líneas que hasta ahora llegan hasta el centro de Madrid descarguen a sus pasajeros en Cuatro Vientos, para lo que es necesario obras de acondicionamiento que debería ejecutar el Ayuntamiento. Esos viajeros podrían tomar allí el suburbano (línea 10) o la C-5 de Cercanías.

El Cercanías absorberá el 24% de los viajes en vehículo privado que se mudarán al transporte público, según el mismo estudio citado y que el Ministerio ha elaborado para valorar el incremento necesario en su servicio a través de la C-5. En este caso, esa sería la línea más afectada aunque también parte de los viajes en coche acabaría en el resto de la red por los trasbordos en Atocha. El Ministerio dirigido por Óscar Puente estudia reforzar durante las obras la línea C5 de Cercanías, con un incremento de entre el 25% y el 40% del servicio.

El informe al que ha tenido acceso Somos Madrid ha sido elaborado para INECO, consta de 57 páginas y fue redactado durante el pasado mes de octubre, trabajando con los cerca de 750.000 desplazamientos diarios en el corredor del suroeste. El análisis hace sus cálculos principales basándose en los estudios de movilidad con tecnologías Bigdata elaborados por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, que arrojan abundante información sobre los patrones de movilidad de la población.

Este análisis estima que los tiempos de viaje por el incremento de la congestión en la A-5 se incrementarán en al menos 10 minutos de media por trayecto, lo que también se trasladará a los buses urbanos o interurbanos que hagan este recorrido, ya que el Ayuntamiento descarta por el momento mantener el carril bus existente en la zona para no perjudicar el tránsito de vehículos privados. Las localidades con más orígenes de viajes en vehículo privado que cambian al transporte público son la propia Madrid (22.400), Alcorcón (8.400) y Móstoles (4.500).

El efecto sobre la gratuidad de la R-5

Una de las reclamaciones del Ayuntamiento de Madrid para minimizar el impacto de las obras es que el Ministerio abra la R-5 sin coste a todos los vehículos. La radial, que tuvo que ser rescatada hace años por su inviabilidad económica, podría beneficiar sobre todo a los que acudan desde las localidades aledañas, por su capacidad de distribuir el tráfico sobre la M-40 o la M-45.

Este mismo miércoles volvía a repetir la petición el delegado de Movilidad municipal, Borja Carabante: “Estamos viendo que es una alternativa muy buena, según los estudios técnicos realizados por el Ayuntamiento de Madrid -que vamos a compartir con los servicios técnicos del Ministerio- porque puede coger una parte importante de aquellos vehículos que no pueden acceder por la A-5”, explicaba.

Sin embargo, los otros estudios técnicos que maneja el Ministerio de Transportes arroja datos menos optimistas. En concreto, el análisis al que tuvo acceso este periódico estima que la caída del tráfico en vehículo privado sería solo de un 6% si se liberaliza el peaje de la R-5. No obstante, el equipo de Puente aseguró hace unos días que valoraba esta posibilidad “si se adopta un acuerdo entre todas las administraciones”.

El análisis del Ministerio también calcula qué sucedería si la A-5 se cortara de golpe por alguna necesidad puntual, un hecho que considera que “no es descartable”, asegura el texto. En ese escenario, el número de viajes en vehículo privado que cambiarían al transporte público aumentaría a 108.000, con una distribución en porcentajes similar a la del anterior escenario descrito.