Tarde de inauguraciones este jueves en La Latina. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acudía a un barrio donde no es especialmente popular -las últimas elecciones solo le votó allí el 12% de sus habitantes- para dos actos amables: poner una plaza a Lina Morgan e inaugurar un polideportivo.
El primer trámite lo cumplió de forma vistosa, arropado por humoristas como Bigote Arrocet o Tony Antonio, el equipo del teatro La Latina y los Chicos del Coro, que interpretaron dos emotivas canciones. El segundo era más espinoso, después de conocerse esta semana que un error municipal a la hora de construir el dentro deportivo de La Cebada dejará sin pista de fútbol sala cubierta a los equipos del barrio, porque la altura es demasiado baja.
El alcalde ofreció un discurso sobre lo primero, resaltando la capacidad de Lina Morgan de hacer reír a la gente, y evitó cualquier referencia a lo segundo. Algunos vecinos acudieron al lugar para quejarse por ello, con gritos y quejas dirigidas hacia Almeida. Todas fueron puntuales y aisladas, haciendo incidencia en la altura de la pista, pero también en la gestión privada de las instalaciones, lo que impide emplear el abono municipal -más barato- para acceder por ejemplo a la piscina.
Luego el alcalde paseó por las nuevas instalaciones deportivas, de 7.720 m2 distribuidos en siete plantas. Primero fue a la cubierta, con una minipista de atletismo en lugar de la terraza de acceso público inicialmente diseñada. Allí las humedades ya han afectado visualmente a la curva situada en una zona cubierta, aunque la comitiva no prestó atención a esta detalle y se dedicó a contemplar las interesantes vistas del centro que se divisan desde el emplazamiento.
Luego pasaron por la pista polideportiva. Allí la delegada de Deportes, Sofía Miranda, explicaba al alcalde los detalles de la polémica reforma del techo, que ha hecho que su área no permita la instalación de porterías para partidos, pese a que las líneas ya estaban incluso pintadas. Lo hacía ante la mirada de la concejala de Obras, Paloma García-Romero, cuyo departamento ejecutó los trabajos, y del concejal de Centro, José Fernández, que sacó a licitación la gestión del centro, sin saber que equipos del barrio como el CDR La Paloma, con 200 jugadores, no podrían entrenar allí.
El acto se cerró sin declaraciones a los medios, con un vistazo a las dos piscinas climatizadas desde lo alto y la despedida del alcalde, que no hizo mención después al polideportivo en su activa cuenta de Twitter. Sí tuvo espacio allí el recuerdo a Lina Morgan y la imagen de su placa. Fuera, algunos vecinos se quejaban de las nuevas tarifas del centro o de los accesos a los vestuarios infantiles, de pequeño tamaño para el trasiego que registran antes y después de las clases. Los vecinos también han pedido que cubra el visionado directo de la piscina desde la calle para preservar la intimidad de los menores.
Al paseo por el nuevo centro deportivo acudieron representantes de PSOE, Vox y Grupo Mixto. No estuvieron los de Más Madrid, que declinaron la invitación municipal. Su portavoz, Rita Maestre, había grabado un vídeo por la mañana denunciando los problemas de La Cebada, haciéndose eco también de la exclusiva adelantada por Somos Madrid a inicios de la semana. Le respondía poco después la delegada de Obras, único cargo municipal que hacía alusión al centro deportivo en sus redes sociales.