Un grupo de personas se manifestó en la noche del pasado miércoles contra la puesta en marcha de las polémicas luces de Madrid Río, que el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida anunció como una forma de “impulsar” su “patrimonio verde” pese a la oposición vecinal, el rechazo de más de 80 científicos y la negativa de la Conferencia Hidrográfica a dar su aval al proyecto. Una vez finalizada la protesta (que se alargó más de dos horas), la iluminación acabó llegando al cauce del Manzanares esa misma noche, horas más tarde de lo previsto.
La acción de boicot ejecutada por un grupo de residentes de Arganzuela y en la que participaron diversos colectivos ha sido difundida por la asociación Unión Vecinal El Barrio No Se Tala. “Varias personas han impedido la inauguración de las luces del Río; otra absurda ocurrencia de Almeida que, además de destruir la biodiversidad, sumará a la proliferación de ratas una invasión de mosquitos”, critican. Una oposición que han mostrado al grito de “por un río vivo” y “no a las luces”, mensajes que recogieron también en varias pancartas. Además de la movilización, fuentes de los colectivos implicados en la lucha adelantan a Somos Madrid que han tomado acciones legales para evitar la continuidad de esta iluminación.
Una de las vecinas movilizadas lamenta en declaraciones a este periódico que finalmente el encendido haya tenido lugar: “Sabía que lo harían al irnos. Les retrasamos un par de horas el acto y visibilizamos nuestro desacuerdo con el espanto que nos imponen. Yo ya dije que como no acampásemos...”, cuenta.
Esta manifestante relata cómo se organizó la acción de boicot: “La tarde del miércoles varias personas se presentaron con pancartas en la presa número 6, donde el Ayuntamiente tenía intención de inaugurar esta ocurrencia para beneficiar a unos pocos a costa de seguir dañando la biodiversidad de las zonas verdes de la ciudad. Las pretensiones de inaugurar a bombo y platillo el caro espectáculo se vieron truncadas durante unas horas por la presencia vecinal y los gritos contra las luces”.
“Muchos transeúntes se sumaron a las reivindicaciones, preocupados por la destrucción del ecosistema en la zona y ante la amenaza de una plaga de mosquitos que se sumará a la de las conocidas ratas gigantes que campan a sus anchas por la falta de mantenimiento”, explica. “A pesar de todo, las luces fueron encendidas horas más tarde. El resultado, según comentarios de quienes lo vieron, da miedo. Madrid Río se convierte en el túnel del terror y Madrid en el peor y más anacrónico parque temático de Europa”, dice para concluir.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, anunció en mayo este plan para la iluminación de un tramo del Manzanares con una inversión superior a los 600.000 euros. El objetivo era “crear un ambiente que potencie su paisaje natural y sus pasarelas más allá de las horas diurnas” y, más concretamente, atraer turistas “fuera del distrito Centro”.
El proyecto incluye la colocación de 57 focos a lo largo del tramo situado entre el puente Oblicuo y la pasarela de Andorra (la que tiene forma de Y), además de cuatro proyectores con más potencia en la presa histórica para resaltar su construcción central.
Oposición científica y vecinal
Más de 80 investigadores, casi todos especialistas en biología, medio ambiente y contaminación lumínica, firmaron en junio un manifiesto en el que exigían al área de Medio Ambiente que frenase sus planes ya que “solo generará impactos negativos”. Y añadían: “Supondrá una incuestionable intromisión en la vida de estas aves, por tratarse de un grupo muy sensible a la iluminación nocturna. Podría afectar negativamente a su reproducción e incluso podría provocar el abandono del río por parte de algunas especies que precisan tranquilidad, tanto reproductoras como invernantes. Lo mismo cabe decir de las poblaciones de insectos, pudiendo alterar sus ciclos y poblaciones”.
En su escrito apuntaban que poner iluminación en medio kilómetro con el objetivo de atraer el turismo, como señalan las autoridades municipales, “traslada un mensaje erróneo a la sociedad, dando la falsa idea de que iluminar no tiene costes ambientales, ecológicos, energéticos, culturales e incluso para nuestra propia salud”. El manifiesto recordaba asimismo el éxito de la renaturalización del tramo urbano del río, donde incluso se han llegado a ver zorros.
En paralelo, vecinos de la zona se han organizado para mostrar su descontento. Habilitaron una petición online que recoge firmas ciudadanas contra los focos. Hasta el momento se han sumado más de 51.600 rúbricas que piden la retirada del proyecto del Gobierno de Almeida. Asociaciones vecinales del entorno, Ecologias en Acción y la Asociación vecinal Pasillo Verde Imperial se oponen frontalmente a un proyecto que consideran servirá para la “eventificación” de Madrid Río, perjudicando a la fauna y causando molestias a los vecinos.
En medio de la controversia, Carabante defendió que el proyecto sobre el Manzanares tenía los permisos del Ejecutivo central, a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). “Estoy absolutamente tranquilo”, dijo entonces ante una pregunta del PSOE. Posteriormente, la CHT recordó al edil que solo dio su visto bueno a que el dispositivo está por encima de la altura inundable del río, pero que el permiso ambiental es responsabilidad última de la Comunidad de Madrid.