El pozo sin fondo de las obras en la Puerta del Sol: acaban con 1,5 millones más de gasto y no incluyen cambiar la ballena

En enero de 2022, el Ayuntamiento de Madrid mostró la primera imagen de la que iba a ser la reforma más importante de la legislatura de Almeida, con la que se presentaría a revalidar su mandato como alcalde: un cubo transparente iba a sustituir la marquesina de entrada a la Puerta del Sol. Era el elemento estrella de unas obras que también iban a trasladar a Carlos III de sitio y a dejar más diáfano esta plaza situada en el corazón de la capital.

Casi dos años después de aquel anuncio el consistorio ha dado por acabadas las obras de la Puerta del Sol, con 1,5 millones más de sobrecoste sobre el presupuesto inicial, siete meses de retraso, aún con la marquesina en pie y sin saber la fecha en la que el cubo transparente llegará al epicentro de Madrid. El final de la obra se produjo el pasado miércoles sin ninguna comunicación municipal. Solo aparece en un informe al que ha tenido acceso este periódico, que detalla todas las actuaciones extra que han motivado el incremento presupuestario y que estableció el 18 de octubre como el último día oficial de obras.

En el mismo texto, el Ayuntamiento de Madrid explica uno a uno los motivos que han retrasado las obras adjudicadas a la unión de las empresas Azvi y Licuas y generado un gasto adicional de 1.498.893,84 euros. Entre ellos el más importante es el de los controles de acceso a la plaza, con pilonas emergentes telecontroladas en la entrada por todas las calles que rodean Sol. Inicialmente estaban previstas en Mayor, Arenal, Preciados, Carmen, Montera, Alcalá y la Carrera de San Jerónimo, pero luego la Policía Municipal propuso añadirlas también en Correo, Carretas y Espoz y Mina.

Además, se cambió el área que controlará los accesos de Seguridad a Movilidad, por lo que fue necesario sumar al presupuesto el coste del hardware y software para elevar y bajar los pivotes, así como conectarlos a la red municipal de fibra óptica. En total, esta partida sumó otros 578.045 euros.

Los hallazgos arqueológicos también causaron retrasos e incrementos presupuestarios. Fueron avanzados por Somos Madrid en mitad del verano de 2022 y el área de Obras tuvo que sacar una partida extra porque en principio no había contemplado prospecciones de este tipo debido a los escasos movimientos de obra previstos y la presencia de una losa de hormigón a 50 centímetros del suelo. Pero el entorno donde iba a colocarse la estatua de Carlos III pronto presentó posibilidad de encontrar restos, así como las zonas más cercanas a la calles Preciados o Carmen. Finalmente estos trabajos adicionales añadieron 377.512 euros al presupuesto.

La gran cantidad de vehículos y personas que pasó cada día por el entorno de Sol obligó a sumar 197.181 euros para ordenar el tránsito peatonal y de tráfico durante los 19 meses de obras, que han vivido eventos como la instalación de las luces de Navidad o las procesiones de Semana Santa, que debían convivir con los trabajos.

El traslado de las estatuas históricas del entorno, especialmente en el caso de la ecuestre de Carlos III y la de la Mariblanca, obligó al refuerzo en algunos puntos de la plaza para permitir el paso de las cargas móviles (otros 113.976 euros). La instalaciones de la estación de Metro bajo la Puerta del Sol y algunos imprevistos como la aparición de unas antiguas dependencias del suburbano en la zona donde se iba a colocar la efigie del monarca obligó también a incrementos presupuestarios, que sumaron otras dos partidas de 252.780 y 120.592 euros.

Nuevo contrato para desmontar la ballena

Al gasto final de 12,7 millones de euros (impuestos incluidos) se le tendrá que sumar el coste para sustituir la marquesina de entrada al Cercanías de Sol, conocida por algunos como el tragabolas o como la ballena por otros. La renuncia a construirla dentro de este contrato responde a “la amplitud de los plazos planteados por ADIF para la aprobación del proyecto”, explica la documentación publicada por el área de Obras y Equipamientos. También lo achacan “al plazo de entrega por los suministradores del material acristalado y a la intensa actividad peatonal y comercial de la zona”.

Por ello, “se consideró conveniente no construir en este contrato los nuevos accesos mediante escaleras a la estación y con ello evitar causar mayores perjuicios a vecinos, comerciantes, turistas y transeúntes de la zona en general”, añaden en el informe que justifica dejar fuera del contrato esta actuación, así como cambiar el actual ascensor de acceso al Cercanías con una solución arquitectónica similar a la cubierta planteada para la marquesina.

¿Cuándo llegará el nuevo cubo de cristal? De momento es una incógnita y está pendiente de la firma de un nuevo convenido con ADIF, que depende del Gobierno central. Cuando lo acuerde el Ayuntamiento con la entidad ferroviaria, será necesario sacar una nueva licitación para afrontar estos trabajos. Mientras que llega, la ballena inaugurada en 2009 con cierta polémica y que durante el 15-M se convirtió en un símbolo sobrevive a la penúltima reforma de la Puerta del Sol.