El pasado viernes sonaron en la pradera de Carabanchel los acordes de La Lola, el tema de mayor éxito del grupo Café Quijano. La canción, publicada hace 25 años, fue coreada por el público que acudió al arranque de unas fiestas de San Isidro que comenzó sus conciertos casi una semana antes del pregón oficial, previsto para este jueves.
La música es desde hace mucho tiempo la seña de identidad de los festejos patronales del Madrid, con una mezcla que tradicionalmente aúna grupos con menos recorrido con otros con mayor bagaje a sus espaldas. Pere este 2024 se ha roto esta proporción y el Ayuntamiento de Madrid ha decidido apostar por los segundos y dejar de lado a los primeros, especialmente en los horarios reservados a las actuaciones destacadas. Nombres con carreras desde hace dos, tres y hasta cuatro décadas copan los principales conciertos, mientras que se ha dejado un espacio secundario en el cartel a grupos o cantantes de éxito actuales.
Además de Café Quijano, en el programa de fiestas aparecen los nombres de Edurne (llegó a la fama como concursante de OT en 2005), Mago de Oz (su canción más conocida, Fiesta pagana, data del año 2000), David Civera (su Dile que la quiero es de 2001) o Ella Baila Sola, ahora de vuelta después de su separación en 2001. Los siguientes en la lista son aún más veteranos: están La Frontera (con sus mayores éxitos en los años ochenta), Los del Río (su Macarena data fue publicada a finales de 1993) o las incombustibles Azúcar Moreno, que alcanzaron el éxito nacional en 1990 gracias a su participación en Eurovisión con el tema Bandido.
El alcalde Almeida presentó hace unos días el programa de fiestas destacando “la tradición y la cultura popular” de su programación, lo que a la vista de las grandes apuestas es rigurosamente cierto: poca novedad, mucha tradición. Ni entre la música indie se ha apostado por la renovación, programando grupos como Los Punsetes (su primer disco es de 2008), Russian Red (empezó a sonar en 2007) o las Nancys Rubias -si se les puede encuadrar en este género- formadas hace veinte años.
Una de las excepciones las apuestas es la de Ede, que no había nacido cuando la mayor parte de los cabezas de cartel estaban cosechando sus mayores éxitos. También Queralt Lahoz tendrá un papel destacado en el cierre del escenario en Las Vistillas. Ellas son las únicas excepciones destacadas en un programa en el que se deja a las fiestas organizadas por entidades privadas (Cadena Dial, Mad Cool) las grandes actuaciones de los valores de éxito más jóvenes. Sí que se ha mantenido, no obstante, la presencia de los ganadores de los Premios Rock Villa de Madrid 2024, antes del concierto de Los Punsetes.
Coincidencias y más peso de las actividades paralelas
La vuelta a grupos más veteranos se produce el año en el que se estrena en las fiestas la delegada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, que sustituyó a Andrea Levy en el cargo el pasado mes de junio. También hay nuevo concejal en la Junta de Carabanchel, entidad responsable de los conciertos de la primera parte de las fiestas (con varios nombres clásicos entre los citados para este artículo). La dirección artística de San Isidro, no obstante, es la misma que la de las cuatro ediciones anteriores y corresponde a la empresa Giradiscos, que este año recibirá 102.850 euros (impuestos incluidos) por esta labor, un 11% más que el año pasado.
“Siempre programamos igual”, explica en conversación con Somos Madrid Edu García, el codirector artístico de San Isidro durante los últimos años junto a Estefanía Serrano. García achaca a determinadas coincidencias este 2024 la percepción de que el cartel se haya nutrido de más viejas glorias que de costumbre. “Este año es el 30 aniversario de la Macarena, no podíamos dejar pasar la oportunidad de traer a Los del Río”, aclara con respecto a una de las actuaciones estrella. También indica que llevaban años persiguiendo a Ella Baila Sola y finalmente estas fiestas han cuadrado el concierto. Con las Nancys Rubias ha pasado también algo similar, explica.
Edu García cuenta que programan San Isidro para que interese a todas las franjas de edad y que intentan traer especialmente a grupos madrileños, que son los que más interés tienen en tocar en las fiestas patronales de su ciudad. Sí que admiten que la parte indie está menos representada este año, pero han intentado buscar un equilibrio con la mayor presencia de músicas urbanas (Gloosito o Ralphie Choo, por ejemplo), que despiertan gran interés en los sectores más jóvenes. Por otro lado, también defiende que aunque la música sigue siendo la seña de identidad de las fiestas, este año parte del presupuesto se ha dedicado a otras actividades paralelas que también están generando interés, como el taller de chotis celebrado esta misma semana, “que fue un exitazo”, defiende García.
La pérdida de vista de grupos noveles del indie en los principales escenarios del Ayuntamiento de Madrid contrasta con las oportunidades que les brinda la Comunidad de Madrid a través de ciclos como las 77 actuaciones de la Sesión Vermú, recién acabada, o que dos de los que pasaron por este ciclo en años anteriores (Niña Polaca y Lisasinson) acabaran tocando en la Puerta del Sol, ante miles de personas, nada menos que el pasado 2 de Mayo.