El Teleférico de Madrid volverá a ponerse en funcionamiento en el año 2026 después de unas intensas obras para su remodelación integral que ejecutará la EMT, en las que invertirá unos 15 millones de euros. El anuncio lo ha hecho el alcalde este miércoles en las propias dependencias de esta instalación, que lleva cerrada desde 2022 por problemas en su estructura.
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) está redactando el proyecto de reforma, que durará unos diez meses e incluirá cambiar las 80 cabinas actuales, con capacidad para seis personas, por otras accesibles en las que quepan hasta diez pasajeros y cuenten con vistas panorámicas. Las obras comenzarán dentro de un año, en el primer trimestre de 2025, ha explicado el Ayuntamiento.
El alcalde ha descartado en este caso la privatización del servicio a través de una concesión debido a que es la opción “más eficaz y más eficiente”. “La EMT tiene la capacidad de hacerlo, por lo tanto nos parecía una opción adecuada”.
El teleférico conecta el paseo del Pintor Rosales (Argüelles) con lo alto del cerro Garabitas en la Casa de Campo a través de 2,5 kilómetros de cable. Fue diseñado en 1967 y entró en funcionamiento en 1969, aunque actualmente lleva más de un año cerrado por un fallo en el cable que impedía su apertura. El consistorio aseguró en 2023 que era necesario cambiar el cableado para volver a operar y confiaban en que los arreglos lo harían posible después del pasado verano. Pero descartó la reapertura temprana y, en lugar de eso, trabajó por una remodelación integral, que también llegará a sus estaciones y al sistema tecnológico.
El servicio fue gestionado durante sus primeros 48 años de funcionamiento de forma privada, con interesantes beneficios especialmente, especialmente durante su última etapa. Según cuentas publicadas relativas al año 2015, Parques Reunidos (la compañía que tenía la concesión) ingresaba 2,4 millones anuales por la gestión, pero solo daba al ayuntamiento 8.776 euros como canon, el 0,36% de esa cantidad.
En 2018, ya con Manuela Carmena como alcaldesa, el Ayuntamiento recuperó la gestión y subrogó el contrato de los 17 trabajadores del Teleférico, que pasaron a la plantilla de la EMT. Después de una reforma y un cambio de imagen, el Teleférico volvió a funcionar, esta vez de forma pública, con precios que iban desde los 6 euros por adulto para el billete de ida y vuelta. Los menores de cuatro años viajaban gratis.
Almeida era crítico con la gestión por parte de la EMT de las instalaciones, pero mantuvo este sistema de funcionamiento durante los primeros años de su mandato. Tuvo que clausurarlo en 2022 por labores de mantenimiento y, aunque estuvo durante la primavera y el verano de ese año abierto, con la llegada del otoño volvió a cerrar sus puertas.
La reforma integral de estas instalaciones fue una de las propuestas que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, incluyó en su programa electoral. Durante la campaña prometió convertirlo en “un Teleférico del futuro” con el que “la oferta de restauración y ocio se extenderá en la zona de Casa de Campo”.