El templo de Debod no será cubierto para su protección: el Ayuntamiento de Madrid lo descarta por no ser “conveniente”

El templo de Debod, uno de los iconos más reconocibles de Madrid, seguirá teniendo su aspecto actual. El Ayuntamiento no lo cubrirá ni efectuará de momento obras para otorgarle una protección adicional. Lo ha anunciado este martes la directora general de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Elena Hernando, en respuesta a la pregunta que un representante del PSOE, Jorge Donaire, ha pronunciado en la última comisión municipal del ramo.
El concejal socialista se interesaba por si el Consistorio finalmente iniciaría trabajos para conservar este icono madrileño, que fue donado por el Gobierno egipcio y se ha convertido en emblema de la capital. Donaire se refería a un acuerdo pactado en 2020 para abrir estudios que confirmaran el estado del monumento, a lo que la directora general le ha espetado que los análisis ya se elaboraron y sus conclusiones no determinaron el arreglo mediante obras.
“Hicimos el diagnóstico y nos confirmó que, pese a los problemas propios de la naturaleza, [el templo de Debod] se halla en buen estado”, ha sentenciado la responsable del área, destacando que ninguna “prueba científica” ha manifestado hasta ahora que haya que proceder a una obra de ese impacto y que, más aún, desde el consistorio se considera que no es “conveniente” cubrirlo con una cúpula, como se llegó a plantear en su día.
Ante sus declaraciones, Donaire insistía en que lo ahora formula el Ayuntamiento “contradice”, a su juicio, las posiciones de José Luis Martínez-Almeida hace cinco años. Se refiere al acuerdo adoptado por los grupos de municipales en febrero de 2020 para decidir cómo blindar el edificio, y hasta qué punto era necesario hacerlo. El PP dio su aval en una propuesta presentada a instancias, precisamente, del PSOE.
Pero dos años después de ese momento, y a la vista de los resultados arrojados por ese estudio encargado de analizar el estado del monumento, el Consistorio determinó que el inmueble egipcio no corría un riesgo inminente. La decisión llegó después de catalogar digitalmente 3.821 elementos del templo, aunque ya entonces se emplazó el futuro del templo a una resolución conjunta con las instituciones implicadas o egiptiólogos de prestigio, una vez conocieran sus conclusiones.
Finalmente, ha sido este el principal argumento esgrimido por la directora general de Patrimonio para justificar el descarte de esa obra: porque el pacto estableció que había de conocerse primero el estado del conjunto para resolver, después, cuál era la mejor forma de conservarlo. Y el resultado les indica que es mejor esperar. “No discuto que haya cosas por hacer y mejorar, pero tenemos otros mecanismos efectivos para proteger un edificio antes que cubrirlo”, ha reseñado Hernando, optando por recurrir a trabajos concretos para perfilar su estructura a la vista de que “es un monumento que se expone al aire libre, y eso tiene consecuencias”.
El objeto de disputa: un regalo de Egipto a la España de los 60
El Templo de Debod fue inaugurado en su actual ubicación en Madrid el 20 de julio de 1972, hace ahora 50 años. Fue donado por la República Egipcia a España en 1968, en agradecimiento por la ayuda al salvamento de los templos de Abu Simbel, en el marco de la Campaña de Salvamento de los Monumentos de Nubia. El Ayuntamiento de Madrid mostró su interés para que fuera instalado en la ciudad, haciéndose cargo de los costes de desmantelamiento, almacenaje en Elefantina y el posterior traslado a España, así como de su restauración y reconstrucción.
Desde entonces, su conservación ha sido motivo de preocupación de los diferentes dirigentes municipales. Aunque el templo ha experimentado numerosas actuaciones y obras a lo largo de sus años de permanencia en Madrid, desde la Dirección General de Patrimonio Cultural se explicó en su día –en 2022, a la luz de los resultados del estudio– que habían detectado la “ausencia de un diagnóstico global sobre las patologías” que afectaban al templo de Debod y eso les llevó a iniciar “actuaciones de carácter paliativo”. Es decir, a ir poniendo soluciones a medida que se observaban los problemas. De momento, todo apunta a que el futuro del histórico regalo egipcio pasa por quedarse como está.
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