Adiós a los curiosos “alcorques de farola” de una de las plazas más populares de Tetuán
Cada cierto tiempo, alguien expresaba sorpresa en redes sociales por un curioso elemento de la tetuanera Plaza del Canal de Isabel II, más conocida como Plaza de las Palomas. Se trataba de los alcorques de farola.
Sí, efectivamente, existen –existían, como veremos a continuación– farolas plantadas en ocho pequeños entornos terrosos, como si de árboles se trataran. Estos alcorques de farola resultarían simpáticos si no fuera porque frecuentemente presentaban un aspecto descuidado, embarrado, con numerosas colillas y latas de cerveza viejas.
Estos días de atrás los huecos han sido cegados. Las farolas de la plaza ahora están, como sus iguales del resto de la ciudad, instaladas y no plantadas.
La asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán se refería a la noticia el pasado día 12 de octubre en un hilo de X. “El Ayuntamiento está cegando, por fin, los absurdos ”alcorques de farola“ de la plaza de las Palomas. ¿Una buena noticia? Puede... ppppssh... pues mira: NO”, comenzaba diciendo el hilo, en el que se explicaba que lo alcorques se crearon como “un tímido intento de naturalizar una plaza que tiene muy limitada la capacidad de actuación para vegetación por estar encima de un depósito”.
La asociación lamentaba en el mensaje que no se hubiera tenido en cuenta la actuación que plantearon en los últimos presupuestos participativos del distrito, encaminada a reverdecer la plaza. Proponían entonces aprovechar el espacio para crear imaginativas zonas estanciales, con bancos con respaldos –no como los que hay actualmente en la plaza– y algunas plantas.
Inicialmente, los ocho círculos ahora cegados albergaron plantas que luego fueron muriendo. Plantas aromáticas, según explican los vecinos.
La supresión de los alcorques de farola también ha sido contada en redes sociales por Olga Berrios, cronista habitual del distrito, que acostumbra a traernos análisis y noticias del mismo, siempre con mucha imaginación y humor. “Están quitando los alcorques que tenían las farolas sin que nadie me haya explicado antes cuál era su utilidad”, dice en el vídeo que ha subido a sus redes sociales.
La plaza de las Palomas –nombre con el que es más conocida por los vecinos, es un espacio a pie de Bravo Murillo que, pese a su aparente aridez pétrea, cuenta entre las más transitadas. El barrio de Berruguete, en el que se encuentra, es uno de los menos arbolados de toda la ciudad de Madrid. Cómo será la cosa que a alguien se le ocurrió en su día sustituirlos por farolas.
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