En Tetuán hay muy pocas librerías. Algunas señeras de viejo y un buen puñado de papelerías con sección literaria. A parte de eso, pocas, muy pocas de peso. Por eso es una gran noticia que un establecimiento tan especial como Áurea Clásicos –Grecia, Roma, latín, griego o cultura clásica– se haya establecido recientemente en un punto tan barrial como el principio de la calle Pamplona (4), casi en la Plaza del Poeta Leopoldo de Luis.
Tras la puerta de cristal de la librería, encontramos a Esther y José Luis, con quienes pasamos un rato agradable conversando acerca de libros y del barrio, del que también son vecinos. Mientras charlamos, el teléfono suena en varias ocasiones: viejos conocidos de la anterior vida de Áurea llaman para interesase sobre la nueva ubicación. Sea asoman vecinos, saluda el del currier, se hacen sobres para enviar libros por correo…la vida corriente de una librería.
Esther empezó trabajando en la sección de Clásicas de la importante librería Miesnner de la calle Ortega y Gasset. A su cierre, Madrid se quedaba sin un establecimiento especializado en la materia y ella, junto con José Luis, decidieron abrir Aurea, hace ya 27 años. A día de hoy, es la única librería especializada exclusivamente en el tema en Madrid. La anterior Aurea estaba también en Tetuán, en la calle de Almansa, aunque su ubicación, sin entrada por la calle, hacía de ella uno de esos secretos que atesoraban los amantes de Grecia y Roma. En esta nueva etapa, sin embargo, quieren sumar al viandante que, interesado por las letras de aroma clásico, aún no sabe que los necesitan.
“Nos dimos cuenta de que vendíamos mucho en las ferias del libro, además estos tiempos de crisis requieren buscar nuevas vías”, nos cuenta José Luis. Hasta 2011, los institutos eran su principal cliente, pero hoy en día la crisis, como también sucede con las bibliotecas universitarias, ha mermado sus presupuestos. Venden mucho online, en España y fuera, pero han querido asomarse a la calle para atraer también a nuevos lectores. Pronto tendrán, incluso, un rincón con literatura escogida fuera de la especialidad.
Áurea tiene mucho prestigio entre aficionados y expertos del mundo clásico – Esther tiene en la cabeza todo lo que existe publicado al respecto– pero es también un bazar de sorpresas para no iniciados, donde uno puede encontrar Harry Potter o Asterix en latín, preciosas adaptaciones infantiles de clásicos o películas. “El mundo clásico está muy de moda –cuenta José Luis–autores de novela que trabajamos, conocemos y que han presentado con nosotros, son auténticos best sellers”. Se refiere a escritores como Santiago Posteguillo (Yo, Julia), o Marcos Chicot. (El asesinato de Pitágoras), ambos premios Planeta.
“Además, nunca sabes de dónde va a venir el interés. En una ocasión, dijimos en una entrevista en La SER que teníamos El Principito en latín y resulta que vendimos muchos a gente que colecciona ediciones de esta obra”, nos cuenta Esther.
Al interés del público general por las historias ambientadas en la antigüedad, hay que añadir el auténtico fervor de fan de algunos círculos especializados, que han encontrado en Áurea un paraíso para su particular afición. Con el Circulus Latinus Matritensis han acogido lecturas en latín del Quijote, por el Día del Libro, y también tienen relación con la asociación Antiqua Clio, que hace recreaciones de mundo romano, “con trajes preciosos”.
Del tú a tú con el aficionado a clásicas, “que es siempre un apasionado”, nos advierten, han nacido algunas de sus relaciones con proveedores. Así sucedió con las máscaras griegas, elaboradas por un vecino griego de Tetuán casado con una profesora de Clásicas; o con la terra sigilata, hecha por una artesana de calahorra a la que fueron a visitar después de enterarse de que una pieza suya se vendía en internet, pasando por auténtica. Hay también camisetas, tazas o las tan de moda bolsas de tela. Lo miso sucede con los libros que editan –sobre una treintena ya– que en muchas ocasiones son escritos por profesores y autores que pasan por la librería.
En una conversación con libreros se hace ineludible el nombre del gran devorador del mercado, Amazon. A ellos les persiguieron, les llamaron mucho para atraerlos hacia su tienda online pero, después de echar cuentas, se dieron cuentas de que no era un trato favorable. “De todas formas, nos estamos dando cuenta de que la gente empieza a apreciar comprar en el pequeño comercio”, dice José Luis. A ellos, incluso, han entrado a felicitarlos varios vecinos por abrir una librería con la que está cayendo.
En Áurea, en suma podemos encontrar a Homero, a Sócrates o a Cicerón; libros de actualidad que miran a la historia clásica, como el Fake news de Roma; mitología masticada para los más pequeños –el Minotauro tal cual puede producir pesadillas–; juegos, películas, regalos especializados, el calendario clásico grecorromano, métodos para aprender latín en casa…y un ambiente hogareño que aúna la conversación tranquila, propia de una librería especializada, con el trato cercano de los comercios de proximidad.