Los problemas que causan las cocinas fantasma instaladas en zonas residenciales empiezan a ahuyentar a algunas marcas en Madrid. El prestigioso chef Dani García ha anunciado que dejará de operar desde las instaladas en la calle José Calvo, en el barrio de Berruguete (Tetuán), donde desde hace meses se registran quejas vecinales, que hace unos días elevaron el tono por la colocación de un camión frigorífico junto a las viviendas, después de que dejaran de funcionar los congeladores de este espacio industrial.
“José Calvo es la única y ya nos vamos el mes que viene. Tenemos 11 en España y ocupan normalmente sitios de antiguos restaurantes”, escribió el cocinero en Twitter, en respuesta a las quejas de un vecino que le echaba en cara sus operaciones desde un espacio con 20 cocinas industriales que causan problemas en el vecindario.
El Grupo Dani García, en el que trabajan cerca de 700 empleados y facturó 22 millones de euros en 2019, cuenta con numerosos restaurantes de alta gama y desde hace poco con una marca de comida a domicilio, La Gran Familia Mediterránea, que quiere expandir por todas las ciudades españolas de hasta 100.000 habitantes. De momento opera en Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla y Marbella, a través de cocinas que el chef asegura se encuentran en locales de restauración. En la capital de España tiene sede, además de en José Calvo 10, en C/ Duque de Sevilla 14 (Chamartín), en C/Estrella Naos 5 (Arganzuela), en C/ Los Madrazo 12 (Centro) y en un polígono industrial de Alcobendas.
Este periódico se ha dirigido a la compañía del tres estrellas Michelin -le concedieron el máximo galardón en 2018 a su restaurante de Marbella, que después cerró- para conocer más detalles de su marcha de estas cocinas fantasma de Tetuán, sin que hasta el momento haya querido pronunciarse. En una reciente entrevista afirmó que entró en el mundo del delivery porque buscaba “un cambio radical, cosas que no ha hecho nadie en el mundo en este ámbito, es guay, divertido y enriquece ese sector”.
Los vecinos de José Calvo celebran la decisión del chef de abandonar este espacio: “Sabia decisión, no creo que compense joder la vida a los vecinos y su propia imagen por mucho dinero que haya en juego”, respondieron a Dani García después de su anuncio desde la Plataforma Vecinal de Afectados por las Cocinas Fantasmas del distrito. “Seguro que hay otras formas de emprender negocios”, añadían al cocinero.
La marca de Dani García es la más conocida pero no la única que cocina en los fuegos industriales de esta calle de Tetuán. Los vecinos indican que allí también han operado firmas de cocina japonesa (Sushi Fresh), italiana (Pizza Market, Ravioluzione, Dolce & GaPasta), de tortillas (Hakuna Patata), hawaiana (Poké House) o de carne asada (Oh My Ribs), algunas de ellas forman parte de la empresa Beyond Kitchen SL, según las mismas fuentes.
Dos cartas de la empresa a los vecinos
La veintena de cocinas fantasmas de esta calle de Tetuán las instaló Cooklane, una compañía que opera en varios países y que alquila sus boxes a diferentes empresas de reparto de comida a domicilio. En su página web asegura que poner en marcha un negocio de este tipo en su espacio solo lleva entre dos y cuatro semanas y necesita de una inversión de 40.000 €, frente a los 12 meses de tiempo y el millón de euros de gasto que podría acarrear a un cocinero montar esta infraestructura por su cuenta, aseguran.
Pese a las ventajas tecnológicas y operativas, las cocinas de José Calvo cosechan también numerosas quejas de los vecinos de una calle de Tetuán que, hasta su llegada, era tranquila, como todas las que rodean esta zona. Ahora sus habitantes soportan cientos de motoristas llegando y partiendo en cada turno de comida, además de ruidos y malos olores. La gota que colmó el vaso se produjo la semana pasada, cuando la avería en los congeladores de Cooklane obligó a la empresa a instalar durante dos días un camión congelador a la puerta del local, con un cable de alta tensión cruzando la calzada y la acera. La Policía Municipal obligó a su retirada después de las quejas vecinales.
Ese día, Cooklane envió comida de Dani García a los vecinos junto con un mensaje de disculpas de la empresa. Los vecinos rechazaron lo que consideraron “un soborno”, cocinado además en el lugar que es fuente de sus problemas. “Queremos que se marchen a un polígono industrial porque el humo de lo que cocinan nos lo estamos tragando los vecinos, no buscamos ningún tipo de compensación”, añadieron después.
La empresa gestora de las cocinas volvió esta semana a enviar una nota a los vecinos, en la que explican que van a acometer algunas reformas en sus cocinas relativas a sistemas para reducir los malos olores, insonorización, mejora en la carga y descarga. Además, también anuncian sanciones a los cocineros y repartidores “que no tengan un comportamiento ejemplar”. Cooklane reconocía en esta carta que su negocio genera inconvenientes a los vecinos que viven junto a él: “Sabemos que hay ciertas actividades que están siendo molestas y queremos que vean un propósito real de corregirlas”, escribían en el texto.
Desde la Plataforma Vecinal de Afectados por las Cocinas Fantasmas consideran que estas reformas y actuaciones “son asunto de su negocio” y que las cartas no atienden a sus reclamaciones, pues lo que piden los habitantes de esta zona es “la retirada de este tipo de negocios a polígonos industriales”, añaden a Somos Tetuán.
Los vecinos han elevado sus quejas al Ayuntamiento de Madrid, responsable de regular los permisos de este sector. De momento, el área de Desarrollo Urbano ha prometido actuar con una norma específica, aunque rechaza implantar una moratoria a la concesión de licencias para este tipo de actividades económicas hasta que llegue la legislación definitiva.