«La Enre no se toca»: manifestación y jornada en la calle para oponerse al precinto del Centro Social Okupado

La lucha por la permanencia del CSO La Enredadera se ha convertido en los últimos años en una constante intermitente que simboliza, para muchos vecinos, la pugna entre dos modelos de ciudad que tratan de imponerse en el territorio en cambio que es Tetuán.

Este sábado, 2 de octubre, la asamblea del Centro Social Okupado ha convocado al vecindario a una manifestación y a una jornada festiva en contra de la orden municipal de precintado que pende sobre el espacio.

La cita es a las 12 h. en la Junta Municipal de Tetuán (Bravo Murillo, 357), para marchar por el barrio hasta la Plaza de las Palomas (nombre popular de la Plaza del Canal de Isabel II). Un espacio muy simbólico para los movimientos sociales tetuaneros que, también en esta ocasión, acogerá un buen número de actividades organizadas por los colectivos que se reúnen en La Enre o que se acercan ese día al barrio para mostrar su oposición al precinto administrativo.

Habrá Break Dance (un clásico de la casa), mandala, yoga, trivial feminista, swing, micro abierto, cámara minutera, exposición fotográfica, serigrafía, grabados y taller de encuadernación.

La Enre fue okupada en el otoño de 2008 y abrió sus puertas, tras un profundo trabajo de acondicionamiento, el verano siguiente. La inauguración ya se hizo saliendo a la calle, con el característico dragón chino que desde entonces ha recorrido en numerosas ocasiones el distrito. En febrero de 2010 sufrió su primer desalojo y, de nuevo dentro el espacio, este se tornó más abierto al barrio en fricción con el 15M.

En 2014, coincidiendo con la ocupación de un inmueble por los neonazis del Hogar Social Madrid, el centro social fue señalado desde Delegación de Gobierno (capitaneada entonces por Cristina Cifuentes). La teoría era que los extremos se tocan y había que acabar con ambas okupaciones. Desalojados los nazis de la calle Juan de Olías, la aguas volvieron a su sitio y el centro social dejó de salir en los medios de comunicación.

A partir de ese momento, la amenaza se ha cernido en forma de precinto sobre La Enredadera, por el requerimiento del Servicio de Disciplina Urbanística y Control de la Edificación del Ayuntamiento, que pide desde 2016 (a este y otros a centros sociales okupados o alquilados) que obtengan la preceptiva licencia de actividad.

El pasado 22 de julio una convocatoria pública, que congregó a un centenar de vecinos, impidió que se produjera el anunciado precinto. Una acción administrativa que, en todo caso, prohibiría la celebración de actos de carácter público, pero no el acceso al inmueble.

Justo después, Mariano Fuentes, Delegado del Área de Desarrollo Urbano dijo que el precinto se volvería a llevar a cabo “en los próximos días”, aunque de momento La Enredadera no ha vuelto a recibir ninguna notificación al respecto. No obstante, el Centro Social de la calle Anastasio Herrero prosigue con su campaña de adhesión en Tetuán, que ya les ha salido bien en otras ocasiones.