Durante las últimas semanas de 2020, la presencia policial en el barrio de Bellas Vistas se ha visto incrementada, según han relatado diferentes vecinos y ha podido comprobar in situ Somos Tetuán. La razón parece ser la instalación en marcha de las cámaras de videovigilancia, que el pasado 14 de diciembre fueron saboteadas (se cortaron los cables en la calle de Topete, por lo que tuvo que retrasarse su puesta en marcha).
Paseando por la zona hemos podido ver, por citar un ejemplo, un coche de policía municipal parado en la calle Tenerife, pareciera que vigilando un descampado pero custodiando realmente la instalación de las cámaras. También hubo redadas de jóvenes –sin detenciones, que sepamos– en la calle Almansa relacionadas con estos hechos, según han relatado vecinos a este periódico.
Las cámaras de seguridad de Bellas Vistas llevan dando vueltas desde el año 2017, cuando fueron aprobadas por el anterior Ayuntamiento. El tema siempre fue fuente de discrepancias internas dentro del Ayuntamiento de Ahora Madrid y, finalmente, su instalación se retrasó en 2018 por motivos presupuestarios.
Pero el PP y Cs, que habían hecho de la seguridad bandera durante la campaña, retomaron el proyecto y el contrato para la colocación de las cámaras para Tetuán y Puente de Vallecas fue adjudicado el pasado mes de marzo. Se trata de una veintena de cámaras señalizadas: en la calle Navarra (2), en la calle de Castilla (3), en Santa Juliana (1), en San Raimundo (1), Topete (7), Tenerife (3), Carnicer (1), Alvarado(1) y Carolinas (1). Actualmente, existen cámaras señalizadas dentro del distrito en la zona de Azca.
La instalación de cámaras de seguridad parece ser una apuesta firme del actual equipo de gobierno, pues además de darle el impulso final a la instalación en Puente de Vallecas y Bellas Vistas, Martínez Almeida anunció durante el último Debate sobre el Estado de la Ciudad su aparición en otros lugares como Chueca, Antón Martín, la Puerta del Sol y el polígono Marconi, en Villaverde. Estas vendrían a unirse a las que hay ya en otras zonas como Lavapiés, el entorno de Ballesta y otros lugares del centro.
Lo que dicen los datos sobre la seguridad en Tetuán y Bellas Vistas
Para conocer la situación de la seguridad en el distrito podemos fijarnos en el número de detenidos e investigados en el año 2020. Según los datos de la Policía Municipal, Tetuán es el sexto distrito en el que se han producido más detenciones el pasado año (295), muy lejos del distrito Centro (1063) o Puente de Vallecas (918). Sus números son cercanos a los distritos de la parte central que la estadística, los que están entre las 200 y 300 detenciones; lejos de las cifras de Centro, Puente de Vallecas o Salamanca (415), y también de los pacíficos distritos de Vicálvaro (46) o Barajas (61).
Los expertos alertan de que no es lo mismo la seguridad, vista a la luz fría de los números, que la percepción de seguridad de los vecinos. En este sentido, y según la Encuesta de Calidad de Vida y Satisfacción con los Servicios Públicos de la Ciudad de Madrid (Observatorio de la Ciudad, 2019), la inseguridad es el problema más importante de la ciudad para para un 8,3% de vecinos en Tetuán, cuatro puntos más que la misma encuesta realizada en el año 2016 aunque muy lejos de las mayores preocupaciones de los vecinos del distrito (que son la limpieza, para un 49,3, la contaminación, para un 31,2, y el tráfico, para un 24%). El dato de preocupación por la inseguridad sería similar al del coste de la vivienda y de la vida en general; y solo un poco superior al de la recogida de basuras, por ponerlo en perspectiva.
Por otro lado, comparado con el resto de distritos de Madrid, Tetuán es el sexto distrito con una mayor percepción de seguridad, aunque su posición baja hasta la mitad de la tabla (el décimo lugar) en la percepción nocturna de la seguridad.
Podríamos también preguntarnos por la mayor o menor presencia policial en el distrito. En este sentido, hay que advertir que el número de policías destinados a Tetuán en las Unidades Integrales de Distrito es alto en relación con otros (el quinto), si bien es cierto que, como en el resto de los distritos, hay puestos que no están cubiertos. El problema es que no contamos con datos segregados por barrios para descender desde los datos de Tetuán a los de las calles de Bellas Vistas y, ante ello, tenemos que conformarnos con informaciones puntuales.
Contamos con las declaraciones policiales en los Consejos de Seguridad del distrito. En 2017, cuando el barrio de Bellas Vistas estaba en el ojo del huracán por diversos sucesos y reportajes televisivos, el informe sobre la situación de la seguridad en el distrito hecho por el inspector jefe de la Comisaría de Tetuán contradecía la mala fama de las calles de Topete o Almansa. Según dijo entonces, el barrio de Bellas Vistas no era “especialmente conflictivo”, a lo que añadió que “algunos tipos delictivos, como el robo con violencia o la exhibición de navajas, suponen el 1% de todos los delitos de este tipo que se cometen en el distrito”. En el último Consejo de Seguridad, celebrado el 17 de diciembre de 2020, los representantes de la policía dijeron que “las zonas de Azca y Bellas Vistas son las más conflictivas del distrito”. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el contexto securitario que los agentes estaban presentando era el de un importante descenso general de los delitos en el distrito (un 16,95% menos en el último trimestre, continuando una tendencia ya descendente).
Lo que se dice en el barrio
Rocío (nombre ficticio, prefirió que no publicáramos su nombre real) es vecina de la calle Topete. Charlamos con ella junto a un cubo de basura que ha sido marcado a espray con un mensaje contra la videovigilancia. “¿Así que es por eso por lo que hay tanto movimiento de policía por aquí los últimos días?”, pregunta. Se une a la conversación Belinda, otra vecina de la zona de mediana edad, que asiente diciendo, “la instalación que han hecho es una chapuza”.
Ambas vecinas coinciden en que, por las noches, “a veces hay jaleo”, aunque se muestran escépticas con el poder disuasorio de las cámaras, “¿y para qué se supone que está la policía entonces?”, dice riendo Rocío.
Algunos vecinos consideran necesarias las cámaras en el barrio, como el Grupo Vecinal Bellas Vistas, que, a través de su portavoz lleva años pidiendo la instalación de cámaras en la calle Topete y otras aledañas, y señalando problemas de ruido e inseguridad que, en su opinión, se producen en locales de ocio y restauración de la zona.
Otros colectivos del barrio, en cambio, las repudian. Desde el Espacio Bellas Vistas, situado en la calle Almansa, “rechazan el sistema de videovigilancia implantado por el Ayuntamiento de Madrid en distintas calles del barrio de Bellas Vistas”. En opinión de los vecinos y vecinas participantes en el espacio, es mucho más importante “el desarrollo comunitario basado en el trabajo colaborativo como solución de los conflictos de convivencia vecinal”. Dice el Espacio Vecinal –que mandó una postura colectiva a este medio– que los datos de criminalidad no justifican la instalación de las cámaras, menos teniendo en cuanta que los delitos denunciados “están, en general, relacionados con conflictos de convivencia y ruidos en domicilios particulares”. Les preocupa, por último, que la instalación de cámaras “incida en la estigmatización de los habitantes del barrio” y abundan en que el presupuesto de las cámaras podría haberse utilizado para “la adecuación de espacios y servicios públicos para el uso y disfrute de los vecinos de Bellas Vistas”.
Y hay, también, quienes nos advierten de que las cámaras no son la preocupación principal de muchos de los vecinos del barrio ni su instalación ha cambiado en nada el día a día de sus habitantes. Nos lo cuanta Norberto Azor, gestor cultural dominicano residente en la barriada, que también insiste en la necesidad de potenciar antes la intervención social que la videovigilancia.
“Solo se piensa en los chavales latinos de 14, 15 o 16 años cuando hay un suceso, el resto del tiempo nadie se fija en ellos. Se iba a hacer una pista deportiva y al final no se hará, por ejemplo. No tienen espacios. Se ha exagerado mucho con el tema de las bandas, esto no es Nueva York –nos dice–, en el barrio se hacen cosas interesantes que nunca salen en ningún lado y, sin embargo, cada borracho que hay en una esquina supone que se haga un dispositivo policial”. Para Norberto, el mensaje de la peligrosidad del barrio que sale en los medios de comunicación casa bien con los intereses inmobiliarios en la zona. “¿Cómo es posible que, cuando el barrio estaba en los medios y en Ana Rosa a diario, si tan peligroso era, empezaran a la vez varios proyectos inmobiliarios en la calle Almansa? ¿Quién compró los terrenos a precio regalado?”