Primer Día de los Inocentes antiabortista con el nuevo Código Penal frente a la clínica Dator: muchas más feministas que acosadores

Como cada 28 de diciembre –de los Inocentes en el santoral católico, en recuerdo del pasaje bíblico del rey Herodes y su matanza infantil– las cuatro esquinas de las calles Hermano Gárate y Pensamiento han vivido una particular guerra de posiciones entre los llamados grupo antielección –contra el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo– y feministas de todo Madrid, convocadas los últimos años por Feminismos Tetuán para defender el derecho al aborto.

En este cruce de calles de la zona de Cuzco está la clínica Dator, el primer centro privado facultado para hacer interrupciones del embarazo en España, en 1986. Desde entonces, se ha convertido en blanco de grupos antiabortistas y fundamentalistas religiosos, que acuden periódicamente a rezar y acosar a las pacientes y al personal de la clínica bajo el pretexto de informarlas. Por las mismas, la organización de mujeres para acompañar a las pacientes, que ya han pasado los plazos de información que la Ley prevé, se ha convertido en una constante de las distintas generaciones de feministas madrileñas.

Quienes suelen convocar a las puertas de la clínica son el grupo del profesor universitario de psiquiatría Jesús Poveda, los Rescatadores de Juan Pablo II, -a quienes se unen otros del espectro de la extrema derecha católica como Viva Cristo Rey y Guerrilleros de Cristo Rey- o Actúa Familia, relacionado con Hazte Oír, que ha convocado hoy una concentración a las seis de la tarde frente al monumento a la Constitución.

Este año, la jornada se afrontaba con dos novedades. Es el primer 28 de diciembre que las concentraciones se producen después de que el gobierno incluyera un artículo en el Código Penal que castiga con pena de prisión, de tres meses a un año, el hostigamiento a las mujeres que acuden a abortar. Además, ahora ocupa una de las esquinas del cruce un llamativo local alquilado por Hazte Oír. Profusamente decorado con propaganda antiabortista, fue inaugurado con bendiciones y rezos el último 8 de marzo y sirve de centro de operaciones para los grupos antielección que confluyen a las puertas de la clínica.

Desde Dator nos explican que la presencia del local frente a la clínica, al que se refieren como “la sede central del acoso”, no ha variado mucho la situación habitual de los últimos años. “Lo usan para tener allí su merchandasing, los folletos que luego entregan a las mujeres cuando las acosan. Sabemos que también es un lugar de reunión para los distintos grupos”. Se quejan de que ninguna administración pública, sobre todo quienes tienen las competencias en sanidad, se hayan planteado la naturaleza del local.

Algo similar sucede con la reforma del Código Penal, en opinión de la clínica. “Bienvenida sea toda norma que tipifica como delito el acoso, pero desde la clínica, ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo) y la plataforma Aborto Sin Acoso decimos que no se aborda en ella todo lo necesario para demostrar el acoso a las mujeres. La figura esencial que echamos en falta es la de la zona de seguridad. Mientras no esté acotada, Delegación de Gobierno tiene menos capacidad de actuación. Aún así, sabemos que en la última campaña de acoso a través del rezo llamada 40 días por la vida (que reúne a distintos grupos contra el derecho al aborto) Delegación sí ha acotado su espacio de manifestación, no dejando que llegaran a las puertas de la clínica”.

Jornada de defensa feminista de las mujeres que deciden interrumpir el embarazo

Un pequeño grupo de mujeres de Feminismos Tetuán acudieron este miércoles a primerísima hora de la mañana, ocupando las cuatro esquinas alrededor de la clínica. Las decoraron con carteles, proclamas y folletos informativos: la esquina de la Ley del Aborto, la de Mi cuerpo mi decisión, la Antiacoso y la de la Educación afectivo-sexual. También se presentaron a la cita unos pocos antiabostistas y la policía –uniformados y de paisano, con sus preceptivas sudaderas de capucha–.

Todo transcurrió con mayor tranquilidad que en años anteriores. Como de costumbre, Jesús Poveda, uno de los líderes del movimiento, hizo su sentada y la policía se lo llevó detenido tras intentar durante largo rato que se fuera por su propio pie. La novedad: por primera vez el espectáculo no se produjo a las puertas de la clínica sino en la acera de enfrente, quizá por el miedo a las nuevas consecuencias legales. En todo caso, a media mañana el activista ultracatólico volvería a aparecer brevemente para, tras entrar en el local antielección, derramar a los pies de las mujeres concentradas algunos diminutos fetos de plástico.

“Algunos se nos van haciendo mayores”, comentaba una de las activistas más duchas en este tipo de jornadas al ver husmear a un jovencito que, años atrás, era uno de los menores de edad que suelen llevar hasta allí los grupos antiabortistas, y que este año no aparecieron.

A partir de las once de la mañana fueron llegando feministas de otros barrios y pueblos de Madrid (San Blas, Latina, Vallecas, Aluche, Rivas o Getafe, entre otros). Los antiabortistas se reunían a varios metros, andaban de aquí para allá, entraban al local de vez en cuando y medían mentalmente sus fuerzas con las feministas, que eran ya medio centenar y llevaron a cabo una llamativa performance basada en El cuento de la criada.

La mañana fue consumiéndose tranquila, un poco menos fría de lo que había amanecido. Animada por la sororidad de las mujeres y sus proclamas, como aquella de: “La mujer decide, el Estado garantiza, la sociedad respeta y la iglesia no se mete, no se mete, no se mete”.