Hace dos semanas se reabrió el Centro de Salud de la calle Villaamil después de haber estado cerrado dos años y medio. Obviamente, este logro ha sido posible en gran parte gracias a la fuerza, perseverancia, compromiso y lucha de los movimientos y asociaciones vecinales del Barrio. Afortunadamente, después de tanto tiempo, el vecindario del barrio de Berruguete no tiene que desplazarse fuera del distrito para recibir atención sanitaria. Desde el primer momento manifestamos la falta de idoneidad del CS Villaamil, un local alquilado, pequeño, sin apenas ventilación y con muchos problemas derivados de las deficientes instalaciones del edificio, que fueron las que provocaron las reiteradas inundaciones.
Reivindicamos por tanto la construcción de un nuevo Centro de Salud en el barrio de Berruguete, toda vez que en la propia planificación 2021-2024, de la Comunidad de Madrid está prevista su construcción. Exigimos por tanto que, en los próximos presupuestos del 2024, se incluya una partida para su realización.
Por otra parte, la demolición del Centro de Especialidades Periférico José Marvá supondrá que el vecindario va a tener que desplazarse, fuera del Distrito, para la atención especializada a un lugar aun no definido. Asimismo, acarrea la demolición del Centro de Salud de Atención Primaria José Marvá, por estar en el mismo edificio. No sabemos si los vecinos se tendrán que desplazar para recibir atención primaria a otro Centro de Salud situado en otra Zona Básica de Salud, como sucedió con el cierre del Centro de Salud de Villaamil, o si se repartirán en otros Centros de Salud de la Zona Básica, que ya están masificados.
Exigimos por tanto que, antes de la demolición del José Marvá, la Consejería de Salud realice una planificación adecuada para evitar el descontrol que se avecina, al hacer la planificación, esperamos que la administración priorice la conveniencia y salud de los vecinos sobre cualquier otro motivo, que se tenga en cuenta la composición social del vecindario que incluye personas de edad muy avanzada, niños y personas con movilidad reducida. Quizás, una opción factible sería retrasar la demolición del José Marvá hasta que exista un centro de salud en el barrio que pueda cubrir las necesidades de los vecinos, primando así el bienestar del vecindario.