Tiembla el epicentro del lujo en Madrid: quiebra la gastrogalería de Canalejas y su hotel insignia sigue en pérdidas

En el espacio gastronómico Mad Gourmets, los empleados de sus puestos trabajan como si nada hubiera sucedido. “Este es el sitio para la gente guapa”, dice uno de ellos a una familia de turistas con la intención de que se sienten a una mesa. Y lo consigue, pese a lo desangelado del lugar y que la decena de personas que pasea por allí a la hora de comer prefiere mirar los mostradores más que pararse a probar algo o comprar. Es una clientela casual, más curiosa que dispuesta a rascarse el bolsillo.

Solo algunas lonas bajadas dan pistas sobre la realidad: esta galería gourmet está en quiebra, lo que supone un duro golpe para uno de los emblemas de la exclusividad y el lujo en el centro de Madrid. Mad Gourmets es la principal inquilina de Food Hall Canalejas, el espacio gastronómico de la Galería Canalejas, del que ocupa casi la mitad del recinto y la mayoría de locales. Ahora la compañía está inmersa en un concurso de acreedores y se encuentra a efectos prácticos en situación de bancarrota.

La empresa ocupa hasta 19 locales del salón gastronómico, de los cuales casi la mitad ya no se encuentran operativos según ha comprobado este medio in situ. Mad Gourmets presentó en septiembre el concurso de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid. Según recoge El Periódico de España, sus pérdidas acumuladas desde que fuera constituida en 2018 superan los 2,23 millones de euros.

Los precios de Mad Gourmets son elevados. Queda ilustrado con los 8 euros que vale una tapa con dos pequeños trozos de tortilla cubiertos de salsa boloñesa, los 11 de un whisky o los 19,50 de un bol de ensalada de pasta y verduras con burrata. Por el perfil de la clientela, esto podría no ser un problema. A la salida del establecimiento, una engalanada pareja británica residente en Estados Unidos que visita la ciudad asegura que han “adorado” el trato. Creen además que “no ha sido demasiado caro, aunque sí algo más que otros restaurantes de Madrid”. Preguntados acerca de si volverán, responden que “por desgracia” se marchan en unos días de vuelta a Chicago.

Malas temporadas en el Four Seasons

Las dificultades de la galería gastronómica se suman a los resultados económicos negativos del mayor reclamo de la zona para el turismo de alto standing: el hotel Four Seasons. Durante 2023, el Complejo Canalejas (que engloba al hotel, una veintena de viviendas de lujo y un parking) reportó 12,3 millones de euros en pérdidas. Esto es, hasta un 40% más que en 2022, cuando los flujos negativos fueron de 8,9 millones para un total de 21,2 dos millones de menoscabo en los dos últimos ejercicios. Este diario ha contacto con el Complejo Canalejas, así como con Mad Gourmets, para incorporar sus versiones y su análisis de la situación al artículo. De momento no han emitido respuesta.

Los datos hacen pensar en “unas apuestas iniciales que no fueron realistas”, asegura el portavoz del PSOE en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Antonio Giraldo, en declaraciones a Somos Madrid. Habla de “una ocupación relativamente baja según la cual la demanda del lujo parece satisfecha en la ciudad”. La ocupación media en los hoteles de lujo de Madrid, publicada por el Consistorio a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística, es del 65,31% en lo que va de 2024.

Este contexto no ha detenido sin embargo la llegada de nuevos clientes a la zona. La discográfica Universal Music Group, que administra el hotel del Teatro Albéniz, planea instalar otro de cinco estrellas sobre tres edificios del entorno. Además, como en el UMusic Albéniz, lo compaginará con un programa musical y de conciertos (en este caso en el Teatro Reina Victoria). Universal abonará por el arrendamiento cinco millones de euros anuales (una cifra que puede crecer con el paso del tiempo) a la compañía de distribución dueña de la manzana, Pescaderías Coruñesas.

Un nuevo hotel cuya puesta en marcha después de las obras puede postergarse en torno a cinco años. Contará con 68 habitaciones de “gran lujo” a un precio medio de 821 euros por noche, según datos del estudio económico consultado por este periódico. Universal prevé comenzar la andadura del establecimiento con unos ingresos anuales de 26,8 millones y alcanzar 40,7 millones en el séptimo año de explotación, cuando la ocupación del hotel se movería alrededor del 80% (casi 15 puntos por encima de la media que calcula el INE en lo que va de año). Antonio Giraldo considera que “los enormes beneficios que augura el estudio chocan con los previsibles resultados reales”.

El Four Seasons ha enfrentado pérdidas en 2023 y 2022 pese a ingresar respectivamente cada año 60,9 millones y 56,8 millones euros, si bien sus gastos son más elevados de los que prevé Universal. El coste medio por habitación también es más alto en el hotel del Complejo Canalejas, el segundo de toda la ciudad solo por detrás del Mandarin Oriental Ritz.

Para el edil socialista, el sector del lujo en Madrid “no es tan rentable” como el alcalde José Luis Martínez-Almeida y la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso presuponen. Apostilla que algunos de estas empresas “asumen que sus negocios en Madrid pueden ser ruinosos, pero estar presentes en el centro de es una burbuja que interesa mantener porque aporta posicionamiento de marca”. Una apuesta que tiene como momento más simbólico la iluminación del árbol de Navidad en la fachada del Four Seasons. El propio Almeida, junto a su mano derecha el concejal delegado de Urbanismo Borja Carabante, estuvo presente en este acto en 2020.

El modelo de alojamientos de lujo ha derivado además, según Giraldo, en una falta de oferta en otro tipo de hoteles más asequibles para el público general: “Se ha abierto un hueco que ha promovido la proliferación de pisos turísticos. ¿Dónde se alojan si no todos esos visitantes que vemos por el centro, que como es lógico en su mayor parte no se quedan en hoteles de primer nivel que copan cada vez más el mercado? A veces da la sensación de que estas empresas tiran de los precios artificialmente, con la complacencia de las administraciones madrileñas. Me preocupa que estemos transformando la ciudad en algo que no sabemos si tendrá efecto positivo”.

Se ha abierto un hueco que ha promovido la proliferación de pisos turísticos. ¿Dónde se alojan sino todos esos visitantes que vemos por el centro, que como es lógico en su mayor parte no se quedan en hoteles de primer nivel que copan cada vez más el mercado?

La Gran Vía se ha convertido en el ejemplo más esclarecedor de este modelo: las aperturas concedidas por el Gobierno de Almeida sobre antiguas oficinas o viviendas han derivado en 6.700 nuevas plazas hoteleras en 10 años, que están transformado la vía comercial más importante de la capital en una sucesión de hoteles de cuatro y cinco estrellas.

En este sentido, Giraldo apunta que tanto el el plan especial de cambio de uso y restauración del nuevo hotel de UMusic como antes el del Complejo Canalejas requieren una “puesta en valor” al tratarse de edificios históricos. “Una revalorización a nivel histórico y patrimonial que en estos casos se ha sustituido por la puramente económica. Pero es que además tampoco en ese ámbito económico se está cumpliendo, ni en los hoteles ni en las apuestas complementarias como las zonas gourmet”.

La Galería Canalejas, en venta

La quiebra de Mad Gourmets y los resultados negativos de Four Seasons llegan mientras la Galería Canalejas se encuentra en busca de nuevo dueño. La constructora OHLA y el fondo Mohari Hospitality, del inversor israelí Mark Scheinberg (que fundó la casa de apuestas Pokerstars), tantean opciones para deshacerse del complejo por entre 800 y 1.000 millones de euros. Sin embargo, la cantidad parece situarse muy por encima del valor de mercado según un estudio autor elaborado por Deloitte, que la rebaja a 539 millones.

La búsqueda de nuevos compradores se produce a la vez que los inquilinos de Canalejas, como es el caso de Mad Gourmets, multiplican sus deudas con OHLA y el fondo Mohari. La cifra se ha cuadruplicado entre 2022 y 2023 para llegar ya a unos 2,27 millones de euros que la propiedad califica en sus cuentas como de “dudoso cobro”, apunta El Periódico de España. Ante una burbuja a punto de explotar, la cara menos brillante del lujo se va volviendo cada vez más evidente en Madrid.