Una de las plazas aledañas a la Puerta del Sol cuenta desde hace más de una década con un quiosco-terraza municipal que ocupa gran parte de su espacio público. Lo adjudicó el Ayuntamiento de Madrid en 2011 con la intención de revitalizar el entorno de Jacinto Benavente, que entonces consideraba degradado. Hoy, sus diez años de vigencia y sus prórrogas han acabado. Pero la actividad hostelera prosigue, pese a las advertencias municipales.
El consistorio ha ordenado el cierre de este negocio auspiciado por el Ayuntamiento pero que ahora debe ser retirado, explican fuentes municipales a preguntas de Somos Madrid sobre cuánto tiempo se extenderá su concesión. Por ello, deberá seguir el mismo camino que ya cubrieron los negocios que explotaron las terrazas de Luna y Pedro Zerolo y liberar los 200 metros cuadrados de plaza que ahora ocupa con sus mesas, sillas.
De momento, los responsables de The Food (así se llama el local) han hecho oídos sordos a la orden municipal y mantienen el negocio abierto, según pudo comprobar in situ este periódico el pasado fin de semana. Lo consiguen a pesar de las nefastas críticas que les dejan sus clientes en las reseñas de internet, gracias a que su terraza está llena casi siempre por su ubicación excepcional en uno de los epicentros turísticos de la capital. Las reseñas más recientes escritas en Google Maps alertan de la baja calidad de su comida, de largos tiempos de espera y de la presencia de ratas y basura bajo su soporte.
La plaza de Jacinto Benavente es una de las primeras que va a ser reformada durante la segunda legislatura de Almeida al frente de la alcaldía de Madrid. El presupuesto para el año que viene prevé invertir 2,7 millones de euros en unas obras todavía no detalladas pero que forman parte de las promesas electorales con las que el primer edil concurrió a las últimas elecciones.
Las otras dos plazas con las terrazas que un día fueron calificadas por El Mundo como quioscos antiprostitutas también esperan la reforma municipal. En Soledad Torres Acosta el área de Movilidad ha sacado un concurso para renovar el aparcamiento y Pedro Zerolo está pendiente de unas obras integrales que cambiarán totalmente su aspecto.