Victoria política del ecuavóley en Madrid después de meses de multas y denuncias de persecución policial

El ecuavóley, una manifestación deportiva pero también identitaria para la población latina, vivió un importante día para su reconocimiento e impulso el pasado jueves 22 de mayo. La Junta Municipal de Usera aprobó dedicar una zona a este deporte en Pradolongo, uno de los principales parques del distrito. Ahora la medida llega en forma de proposición al pleno del Ayuntamiento de este martes, donde se someterá a votación una futura habilitación de recintos similares por toda la ciudad que ponga fin a las multas “injustificadas” que denuncian varios adeptos a este deporte.
La propuesta partió de Más Madrid, con cuatro puntos aprobados por unanimidad en la Junta y otro rechazado unilateralmente con la mayoría absoluta del Partido Popular. Según recoge el acta de la sesión, el resultado es que en aquellas zonas terrizas adecuadas que se determinen se habilitarán “acotaciones y cartelería identificándolas como zonas recreativo-deportivo o similar, para que en ellas se pueda jugar libremente al voleibol”. También se dispondrán papeleras y se adecuará la recogida de basuras al nuevo uso, mientras que las pistas de fútbol sala y baloncesto se establecerán como multideportivas gracias al dibujo de al menos dos pistas de voleibol en cada una con el correspondiente alumbrado.
El PP ha tumbado a su vez el apartado relativo a la instalación de aseos públicos en las inmediaciones de este entorno, así como la valoración para una posible colocación de quioscos con productos de refresco, similares a los que existen en otros parques. Pese a esta merma de la proposición original, el concejal de Más Madrid en Usera Félix López-Rey salió a festejar los logros una vez concluida la Junta Municipal. “Victoria y respeto para la población latina. Ecuavóley y vóley en libertad. La proposición ha sido aprobada con reticencias del PP de Almeida. Una victoria del Derecho al Deporte”, publicó el edil en X (antes Twitter).
“Nadie nos ha dado nada si no ha sido con presión, con lucha y con pelea en la calle”, declaró López-Rey frente a un grupo de personas que se congregó frente a la Junta distrital para celebrar esta concesión deportiva. “Sí se puede”, corearon mientras exhibían una bandera de Ecuador y diversas pancartas. En una de ellas aparecía un mensaje que sintetiza lo que el ecuavóley supone para la población latinoamericana que reside en la capital, para quienes lo practican general: “Lo mejor del deporte es que une corazones y deja grandes amistades”.
La proposición que el Grupo Municipal de Más Madrid eleva este martes al pleno, firmada por el propio López-Rey, destaca diversas contribuciones de este deporte y una creciente persecución de las autoridades: “Desde hace al menos 20 años, se viene practicando recreativamente ecuavóley y voleibol por familias, mujeres y hombres de todas las edades, sin causar molestias a otras personas, daños a la vegetación o elementos del mobiliario urbano y en zonas que ni impiden ni dificultan la circulación. Sin embargo y de manera novedosa, en los últimos meses la Policía Municipal de Madrid ha venido actuando en el sentido de obligar a las personas a cesar dicha práctica deportiva, bajo el riesgo de sanciones administrativas que en muchos casos se han materializado”.
“Las razones que suele esgrimir la policía para llevar a cabo dicha actuación son múltiples y diferentes, pero en todas ellas se aduce el cumplimiento de instrucciones del área de Gobierno Municipal, algo que no entendemos a qué responde”, reprocha el edil. Por ello, la formación que lidera Rita Maestre exige extender al conjunto del término municipal (en otros parques e instalaciones deportivas) las dotaciones que han recibido luz verde en Usera.
Las particularidades de un deporte abierto que crea comunidad
El ecuavóley triunfa gracias a una apuesta que se distancia del voleibol tradicional por algunos ajustes que facilitan su práctica. El número de integrantes por equipo es de tres, en lugar de seis. La red se coloca a 2,85 metros de altura frente a los habituales 2,24. Las dimensiones del terreno de juego (nueve metros cuadrados por campo) se mantienen si se dan las condiciones, pero en realidad, los jugadores se adaptan a la superficie que tengan más a mano. La puntuación también difiere: pasa de los 25 puntos por set a 12 o 15, con recuperación de saque. Por último, pero no menos importante, la pelota no tiene revestimiento acolchado alguno, sino que se utiliza un balón de fútbol (la marca Mikasa es la gran estrella).
Más allá de lo estrictamente deportivo, esta práctica sirve de punto de encuentro e intercambio social para una población latinoamericana que, en gran parte, aún prioriza el ocio al aire libre y en el espacio público sobre los bares. Así, las pistas de ecuavóley suponen un lugar ideal para la integración, la educación y el apoyo mutuo. “Prefiero que mi hijo venga al parque a jugar a que se vaya por ahí quién sabe dónde. Es una forma que tenemos de convivir y no hacemos daño a nadie”, resume Mariuxi, que practica este deporte en familia y con amigos en Pradolongo.
Esta vecina lamenta las restricciones a las que se han visto sometidos en la práctica del ecuavóley desde noviembre, con continuas intervenciones de la Policía Municipal de Madrid: “Nunca nos dieron un motivo concreto para sancionarnos. Estamos ordenados, no causamos alboroto ni escándolo, y así hemos estado 15 o 20 años hasta que de repente empezaron las multas injustificadas. Nos decían que estaba prohibido en concreto ese deporte, que jugáramos a otro, al fútbol. Que estábamos en zona de pradera, pero jugamos siempre en las terrizas. O que jugáramos con cuerda en vez de red, que es como jugar al fútbol sin porterías. Y todo eso sin concretarnos a qué se debía esas limitaciones”.
Mariuxi celebra la decisión de la Junta de Usera: “Se aprobó el jueves y ya desde el viernes hemos jugado. Ha venido mucha policía, pero sin ninguna intervención. Hemos estado tranquilos y sin armar escándolo, como siempre. En cada grupo, alguien se encarga de ir llevando bolsas para recolectar toda la basura”. Y añade: “No estaremos tranquilas hasta que esté lista la cartelería y toda la señalización. Nos tomamos esto como una bandera blanca, pero queremos que lo aprueben a nivel de Madrid. Aquín en Usera empezó la lucha, pero hay que ampliar la regulación a toda la ciudad”.
Porque esta aficionada valora mucho el intercambio cultural que general el deporte. Entre personas de orígenes diversos: llegadas de América Latina, nacidas en España o sin ningún vínculo de sangre con el continente americano. “Cuando viene Carmen, nos echamos a temblar porque sabemos que vamos a perder”, bromea al hablar de una compañera que pertenece a este último grupo. Pero crea también lazos entre barrios de Madrid: “En Méndez Álvaro está por ejemplo la Cancha de las Viñas y a veces vienen a enfrentarse con los de Pradolongo”, dice como si de un derbi local se tratara.
Es un deporte que ha nacido libre, no hace falta ni fomentarlo ni queremos que nos den grandes infraestructuras o instalaciones. Solo que permitan que se desarrolle con esa misma libertad
“Nos llevamos muy bien también con quienes practican voleibol. Cuando les falta gente a veces nos unimos, ya que sus equipos son más amplios”, comenta Mariuxi. Las puertas (o las redes) están abiertas hasta para la Policía Municipal: “Este sábado hemos organizado una quedada y convivencia y les he invitado. El otro día me reía con un policía, porque yo misma tengo dos propuestas de multa. Ahora veremos si prosperan y en qué cantidad, pero no pueden sancionarnos por practicar deporte ni por fomentar que nuestros amigos lo practiquen”, asegura.
En la cita del próximo sábado habrá equipos de hombres, de mujeres, de niños, mixtos... Todo cabe en un juego ligado irremediablemente a la libertad: “Es un deporte que ha nacido libre, no hace falta ni fomentarlo ni queremos que nos den grandes infraestructuras o instalaciones. Solo que permitan que se desarrolle con esa misma libertad”.
El voleibol, una expansión paralela
Rafa Cabañas es un gran promotor del voleibol en Usera, un deporte que más que competir con el ecovóley se retroalimenta de él. No en vano, especifica que alrededor del 50% de las jugadoras y jugadores integrados en los 17 equipos del CDE Voleibol Hispano Usera son de origen latino. “Y un 70% son chicas”, apostilla. Reclama mayores dotaciones para un deporte en crecimiento en el barrio de Orcasitas, para quienes lo practican en clubes como el suyo y también para la práctica amateur.
Se une a las críticas contra los mayores controles policiales: “El Ayuntamiento nos da varias razones contradictorias. Lo cierto es que eso se han ido evitando cuestiones como el consumo de alcohol en la calle y ya era un asunto accesorio, la masa principal de gente iba a practicar deporte de forma familiar. El error ha sido no diferenciar el trigo de la paja en una actividad eminentemente positiva, no separar solo las actiudes no acordes a la normativa municipal”.
“Lo aprobado por la Junta, que esperamos se extienda a todo Madrid, evidencia que es una zona dedicada al fin deportivo o al menos lúdico-recreativa. Las personas que van a hacer deporte y convivir ahora tienen una seguridad jurídica de la que antes carecían. La sola posibilidad de que les retiraran la red incomodaba e incluso animaba a no jugar”, sentencia Rafa. Coartaba una libertad inherente al ecuavóley.
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