El zoo de Madrid cumple 50 años: historia, evolución y contradicciones de medio siglo animal
El Zoo Aquarium celebra su aniversario con exposiciones fotográficas y destaca su labor de conservación y concienciación a lo largo de estas cinco décadas; ante las dudas éticas, defienden que en sus instalaciones “lo más importante son los animales”
Acababa de comenzar el verano en una España en la que se empezaban a notar algunos síntomas de cambio y apertura que no tardarían en emerger definitivamente. Un 23 de junio de 1972 se inauguraba por todo lo alto el Parque Zoológico de Madrid. Un enorme complejo diseñado por el arquitecto Javier Carvajal Ferrer y ubicado en un entorno sin parangón en pleno pulmón de la ciudad.
Era el inicio de uno de los enclaves más visitados de la capital, que no haría más que crecer: en 1995 finalizaría la construcción del Aquarium y en 2010 las instalaciones serían declaradas Bien de Interés Cultural, en conjunto con el entorno protegido de Casa de Campo. Actualmente, cuenta con cerca de 1300 ejemplares de 333 especies en un recorrido de 22 hectáreas distribuido por continentes.
Corazón y conservación a través de las imágenes
“El zoo de Madrid es un lugar que ocupa el corazón de la infancia de muchos madrileños y muchos españoles”, afirma María José Luis Cerezo, directora de comunicación del Zoo Aquarium. Es lo que intentan mostrar diversas iniciativas puestas en marcha al calor de este cumpleaños.
Una de ellas, la muestra fotográfica elaborada por Pedro Jarque en el Metro de Madrid, puede disfrutarse desde el pasado 28 de febrero. Un gran aperitivo para la posterior visita al zoo, ya que se encuentra en la estación de Casa de Campo. Incluye 21 instantáneas de animales de zoo tomadas por Jarque, ganador del Sony World Photography Award en 2018 y 2019.
Por su parte, la exposición 50 años de conservación es otro de los platos fuertes de este aniversario. Elaborada en colaboración con la agencia EFE y abierta hasta el 31 de octubre en las torres de cabras hispánicas, reúne 45 imágenes tomadas entre 1972 y 2022. Las imágenes retratan desde algunos de los animales más queridos del zoo hasta los últimos proyectos del parque, pasando por visitas de personalidades más o menos ilustres.
El objetivo, apuntan, es “acercar al público los hitos más destacados que han hecho evolucionar al Zoo como centro de conservación a lo largo de su historia”. Pretenden dar a conocer algunos de los proyectos de investigación, conservación y educación que lo han convertido en “referente nacional en la inseminación artificial de especies amenazadas, como el panda gigante o el rinoceronte blanco”.
Los pandas, el rinoceronte y las dudas éticas
Este es uno de los puntos en los que más hincapié hace Luis Cerezo cuando cuenta este medio siglo de historia. En este tiempo las preocupaciones sociales en torno al medio ambiente, el trato a los animales o su preservación han aumentado significativamente, por lo que un zoo no puede quedarse en su faceta turística u ociosa. Recuerda a la mítica Chu Lin, el panda que se convirtió en el gran reclamo del parque allá por los años ochenta. Falleció en 1986 y los ejemplares de esta especie que ahora pueden verse en el zoo no son sus descendientes. Sin embargo, con ella se abrió una senda.
Más allá del atractivo de estos animales entre los visitantes, en el zoo están “especializados en el cuidado y la conservación del panda gigante en España”. En 2007 llegó otra pareja procedente de China, y entre 2010 y 2016 nacieron seis crías. Todo ello, y en colaboración con el INIA-CSIC, gracias a la inseminación artificial y la criopreservación de especies amenazadas. También de la mano de esta técnica, y en un trabajo conjunto con el Instituto Leipzig para la investigación zoológica y de animales salvajes (IZW), en 2009 nació la tercera cría de rinoceronte blanco en cautividad en el mundo, la primera en España.
Entre otros de los hitos del lugar, Luis Cerezo señala la llegada de la pareja de linces ibéricos que puede verse en el parque desde 2016: “La pareja tiene problemas reproductivos, así que al no poder contribuir al crecimiento del número de ejemplares en la naturaleza que la especie necesita, en este caso ayudan a una labor de concienciación”. Apunta que desde el zoo tienen el apoyo del proyecto Iberlince. Subraya, además, que al estar integrados en la Asociación Europea de Zoos y Acuarios deben cumplir “unos parámetros de bienestar animal muy elevados”.
Pese a todas estas iniciativas, el debate sobre las implicaciones éticas de la cautividad sobrevuela siempre estos espacios. La responsable de comunicación del zoo es consciente de “una evolución que ha hecho que hoy en día nuestra labor más importante tenga que ser y sea la conservación”. Dice que colaboran fuera de sus propias instalaciones, a través de financiación o colaboraciones como la reciente liberación de búhos reales y lechuzas: “Solo quedan unas 30 parejas en la Comunidad de Madrid. Los pollos nacen en el parque y así reforzamos poblaciones autóctonas amenazadas”.
El zoo más allá del zoo
Otro particular proyecto en el que el zoo está implicado está relacionado con los telómeros, secuencias especiales del ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas. El equipo de veterinarios del Zoo Aquarium de Madrid, a partir del estudio de la longevidad de ciertas especies, aportó al CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) datos útiles a la hora de analizar e incluso prevenir determinadas enfermedades degenerativas en humanos. “Nuestro objetivo es que cuando la gente venga al parque, y toda la sociedad en general, vea que en él suceden muchas más cosas que la propia visita”, afirma Lusi Cerezo.
Tiene claro que desde el Zoo Aquarium de Madrid “lo más importante son los animales” y cree que todavía “tenemos muchísimo que aprender en cuanto al respeto por ellos”. En su opinión, es aquí donde reside el principal papel de los zoos y acuarios hoy en día: “concienciar sobre esta situación, colaborar en investigaciones y evolucionar a la par que lo hace la sociedad”.
Información práctica
Qué: Zoo Aquarium de Madrid
Cuándo: Lunes a viernes de 11.00 a 20.00, sábados y domingos de 11.00 a 21.00
Dónde: Casa de Campo, s/n. Metro: Casa de Campo
Cuánto: Entrada general 18,90€; reducida e infantil (de 3 a 7 años) 16,90€; menores de 3 años gratis