“¡Y que no había gente!”, exclama un hombre al cruzar las puertas de urgencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid. Minutos después salen otros dos, uno de ellos con una pulsera hospitalaria, ya había pasado por triaje, y sin embargo, se van. “Llevamos dos horas esperando”, explica uno de ellos enfadado.
Esas dos horas de espera, con largas colas y pacientes para los que no hay camas suficientes, convierten al 12 de Octubre en uno de los ejemplos de la saturación de las urgencias hospitalarias en Madrid. Pero no es el único. Los profesionales sanitarios relatan que en todos los grandes hospitales de la región se colapsa en servicio, que ahora tiene que atender a más pacientes con menos personal.
Rubén espera fuera. Cuenta que su mujer está dentro, la tarde del día de antes empezó a encontrarse mal, tenía síntomas de COVID. Acudieron a las urgencias del hospital por la noche, pero se fueron sin una respuesta. “Estuvimos desde las diez y media hasta las dos de la mañana, esperando a ver si la diagnosticaban, la miraban o algo”, explica Rubén, que cuenta que, finalmente, pusieron una reclamación y se fueron. No la atendían porque la zona de urgencias estaba colapsada. A las 12 de la noche, lo denunciaban a través de Twitter: “Más de 30 pacientes con ingreso sin poder subir a planta porque ya no hay camas disponibles”.
“En la zona de boxes donde la atención es de mayor urgencia, 56 pacientes, donde caben sólo 42. El resto esperando en sillas de ruedas y camillas de ambulancia hasta que puedan pasar a una cama”, aseguraban en otro tuit la noche del martes. “Actualmente estamos atendido en el Hospital 12 de Octubre 700 urgencias diarias, frente a las 500 de media habituales en este periodo”, detalla la jefa de comunicación del hospital, Pilar Notario.
“Si nos cierran los centros de salud de alrededor y maltratan la atención primaria, esto es lo que termina pasando”, comenta una enfermera del centro. “Yo estoy de turno de mañanas y esto está a reventar, pero para las del turno de tarde se multiplica por tres”, cuenta. Una celadora asegura que la situación es insostenible: “Nosotras ya no podemos hacer más, falta gente, y no solo médicos y enfermeras, también celadores. La carga de trabajo es brutal”.
Desde la asociaciones y los sindicatos señalan que el sistema está muy tensionado y los servicios erosionados. El portavoz de la plataforma Somos Urgencias, Andrés Von Wernitz indica que “el 12 de Octubre está muy mal ahora, pero es generalizado, prácticamente todos los servicios de urgencias hemos aguantado de manera brutal”. La vicepresidenta del sindicato de médicos AMYTS, Sheila Justo, lo confirma. “Está pasando en muchas otras urgencias”, donde hay “un 30%, 40% o 50% más de presión asistencial de lo que es habitual”, relata.
Personal escaso y camas cerradas
“En junio se han cerrado 35 camas en plantas, y continúan 9 camas de observación de urgencias cerradas”, apuntaban desde el tuit. Las camas cierran, explica Justo, cuando la falta de personal no permite que se mantengan abiertas. “El dimensionamiento de las plantillas está muy justo, y se nota sobre todo en periodo de vacaciones. Cada año se ve lo mismo, pero estos últimos dos se ha agudizado mucho más”, explica la vicepresidenta de AMYTS, que también señala que desde recursos humanos han dicho que “no hay presupuesto para más personal”, por lo que no hay casi sustituciones.
De hecho, según señala Andrés Andrés Von Wernitz, no debería ser necesario recurrir al la contratación de nuevo personal sino poder organizar las vacaciones entre los sanitarios que trabajan en las urgencias, cosa que no sucede porque la plantilla regular es escasa. “Hay un déficit estructural al que se suma un déficit coyuntural por las vacaciones”, denuncia.
La contratación de personal para cubrir las vacaciones, y en general, también se torna complicada, explica Von Wernitz. Cuenta que las condiciones en la Comunidad de Madrid son pésimas y que los médicos que terminan la especialidad deciden marcharse a otras comunidades, “aquí aspiran a un contrato de tres meses, en Castilla-La Mancha o Castilla y León les ofrecen contratos mucho mejores”. Los datos avalan sus palabras.
Estructuralmente los servicios de urgencia no están dimensionados, como otros servicios hospitalarios, para funcionar sin residentes
Además, el portavoz de la plataforma Somos Urgencias también destaca que el sistema de personal de las urgencias es “perverso” porque no se sostiene sin el trabajo de los médicos residentes, que están en formación. “Estructuralmente los servicios de urgencia no están dimensionados, como otros servicios hospitalarios, para funcionar sin residentes”, denuncia el portavoz, que pone un ejemplo: “Un residente de anestesia no entra jamás a un quirófano sin un adjunto de anestesia, pero, sin embargo, en urgencias se les utiliza como mano de obra”.
Cierre de los SUAP y pacientes de la Atención Primaria
La Atención Primaria no da abasto y muchos de los pacientes con patologías que se pueden solucionar con el médico de cabecera terminan acudiendo a urgencias, porque los tiempos de espera son demasiado largos y las enfermedades se ven agravadas. A esto se añade que la Comunidad de Madrid cerró los los SUAP (Servicios de Urgencias de Atención Primaria) que abrían por las noches y los fines de semana, y que servían para descargar las urgencias hospitalarias.
Abandonar este servicio, que lleva dos años cerrado y que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha decidido eliminar definitivamente en la mayoría de los centros, no solo obliga a los ciudadanos a desplazarse mucho más lejos de sus casas para ser atendidos de urgencia, sino que produce que aumente la presión asistencial de las urgencias de los hospitales. Según los datos de la Consejería de Sanidad, en 2019 se atendieron en ellos unas 753.000 consultas, de las el 7,3% requirieron derivación hospitalaria. Es decir, el 92,7% de los pacientes evitaron ir al hospital.
De los 37 Servicios de Urgencia de Atención Primaria que Ayuso cerró por la pandemia en marzo de 2020, una veintena no volverán a abrir. De los 17 que han sobrevivido al tajo, solo diez abrirán con personal médicos después del verano. La propia presidenta madrileña ha justificado ese cierre con datos que contradicen los oficiales.
Enfermedades sin detectar por la pandemia
Las consecuencias de la pandemia y de la falta de asistencia que provocó que muchas enfermedades que no se detectaron por los protocolos habituales están empezando a emerger ahora con sistemas que obligan a los pacientes a acudir a urgencias. La vicepresidenta del sindicato de médicos AMYTS, señala que las “patologías que no se han visto durante estos dos años cómo se debería ver” y ahora los pacientes acuden con “patologías agudizadas”.