“¿Puede la duración de los sofocos en la menopausia tener algo que ver con el hipotiroidismo?”

Miriam Al Adib

24 de febrero de 2024 21:11 h

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¿Puede tener que ver la duración de los sofocos en la menopausia con el hipotiroidismo?

María Jesús

Si bien de entrada la respuesta fácil sería decir que no tiene nada que ver que la duración de los sofocos en la menopausia tenga relación con el hipotiroidismo, sería interesante exponer algunos matices por haber algunos nexos de unión entre ambas cuestiones y que merecerían la pena tener en cuenta.

Los sofocos comienzan con el cambio hormonal al cesar la actividad ovárica. Pero es cierto que hay mujeres que no los tienen y otras sí, unas los tienen más intensos y frecuentes, y otras más leves, hay mujeres que los tienen durante la perimenopausia y la menopausia solo durante unos años, en otros casos pueden persistir muchísimos años.

Cada vez hay más estudios que correlacionan los sofocos de la menopausia con la inflamación, de manera que las mujeres que tienen inflamación sistémica de bajo grado tienen más sofocos que las que no la tienen. Por otro lado, aunque no mencionas qué tipo de hipotiroidismo tienes, es cierto que la función tiroidea puede empeorar también con la inflamación. Por lo que habría que valorar en tu caso si tienes una situación de inflamación sistémica de bajo grado que pueda, no solo afectar a tu tiroides y a la presencia de sofocos, sino que también pueda estar ocasionando otros desajustes en tu organismo.

¿Pero qué es la inflamación sistémica de bajo grado? Consiste en una elevación de factores proinflamatorios en la sangre, así como un aumento en la infiltración de macrófagos y otras células inflamatorias en los tejidos. A diferencia de la inflamación aguda, la inflamación sistémica de bajo grado no induce la pérdida de la función de los órganos infiltrados, pero posee una estrecha relación con la resistencia a la insulina y sus consecuencias cardiometabólicas a largo plazo: diabetes, hipertensión, obesidad, dislipemia…

Este estado proinflamatorio puede ser debido a la presencia de hábitos poco saludables: una alimentación con déficits de micronutrientes imprescindibles para la regulación inmunológica y/o con exceso de alimentos procesados (que alteran la microbiota intestinal y aumentan la permeabilidad intestinal), el sedentarismo, el estrés, el insomnio, la obesidad… todos estos estímulos estresores para el organismo, cuando se mantienen en el tiempo, son los responsables de este estado sistémico proinflamatorio.

Si tienes este tipo de inflamación, sí que podría contribuir al empeoramiento de la función tiroidea y a los sofocos, además de la predisposición a otras otras enfermedades a largo plazo.

Algunas recomendaciones para mejorar la inflamación sistémica de bajo grado:

  1. Ejercicio regular y mantener un peso saludable: la actividad física regular, especialmente los ejercicios de fuerza, como el levantamiento de pesas, ayudan a mantener la masa muscular. La masa muscular protege de la resistencia a la insulina y la inflamación. La grasa, en cambio, favorece la inflamación y la resistencia a la insulina.
  2. Control del estrés: practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga y la relajación profunda.
  3. Evita el tabaco y el alcohol.
  4. Vitamina D: la exposición solar y los suplementos de vitamina D pueden ser útiles para mantener niveles adecuados. La vitamina D tiene entre sus muchas funciones la regulación del sistema inmune.
  5. Dieta equilibrada: mantener una dieta rica en nutrientes y bien equilibrada, rica en alimentos frescos de temporada.
  6. Descanso: no dormir favorece la inflamación sistémica de bajo grado, es más, la melatonina (hormona que liberamos durante el sueño) tiene un potentísimo papel antioxidante en el organismo. Establece rutinas saludables para un buen descanso, como acostarte y levantarte en horarios regulares, evitar comidas pesadas en la cena y leer o escuchar música antes de dormir. Minimiza la exposición a la luz artificial de pantallas de televisión, dispositivos móviles u ordenadores, ya que alteran la secreción de melatonina.