Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.
Empieza una semana de huelgas de médicos en Francia
La marea blanca, aunque en este caso limitada a algunas categorías, aunque muy importantes, de médicos ha hecho acto de presencia este lunes en Francia y si un acuerdo no lo impide se prolongará hasta el último día del año. Huelgas de dos sectores distintos coinciden, y no por casualidad, en una movilización contra la política sanitaria del gobierno socialista y, en particular, contra la nueva Ley de Sanidad que acaba de presentar la ministra del departamento, Marisol Touraine.
Este lunes ha empezado la huelga indefinida de los médicos de urgencias de los hospitales públicos. Sus dos reivindicaciones principales son la reducción del tiempo de trabajo –que en estos momentos es de 60 horas a la semana- y que se les pague más por las horas extraordinarias, que deberían computarse como tales a partir de las 39 semanales. Por otra parte, denuncian los recortes presupuestarios en la sanidad que ha decidido el gobierno y que serán de 2.000 millones de euros de aquí a 2017. Y también la desorganización de la llamada “medicina de ciudad” que provoca un cada vez más intenso desplazamiento de pacientes hacia las urgencias de los hospitales públicos.
La “medicina de ciudad” engloba a buena parte de la actividad médica privada y corre a cargo de médicos individuales y de gabinetes médicos –nada que ver con las grandes empresas privadas españolas- cuya actividad está muy regulada por el Estado. Y es justamente este sector, muy importante para la asistencia sanitaria francesa, en donde a partir de mañana y durante una semana se registrará la otra huelga. La secundan todas las asociaciones de médicos privados, incluidas las progresistas, y su principal caballo de batalla es la generalización, que figura en la nueva ley, del llamado “tercio de pago”, que los pacientes no pagan directamente al médico sino que éste lo recibe después de que distintas instituciones estatales lo hayan visado y, en buena parte de los casos, considerado exento. Los médicos de ciudad también piden que se eleve de 23 a 27 euros la tarifa por consulta.
Más allá del carácter claramente corporativo de algunas de esas reivindicaciones, está claro que los médicos franceses son los primeros que se movilizan en contra de los planes de reforma, sobre todo recortes de gastos y medidas liberalizadoras de distintas actividades profesionales que el gobierno de Manuel Valls ha propuesto con el fin, según sus portavoces, de dinamizar la estancada economía francesa. Otros sectores afectados por los mismos podrían entrar en conflicto en las próximas semanas. La última hora es que a pesar de las negociaciones en curso, “que van bien” según la ministra Touraine, los médicos de urgencias prosiguen su huelga.
La marea blanca, aunque en este caso limitada a algunas categorías, aunque muy importantes, de médicos ha hecho acto de presencia este lunes en Francia y si un acuerdo no lo impide se prolongará hasta el último día del año. Huelgas de dos sectores distintos coinciden, y no por casualidad, en una movilización contra la política sanitaria del gobierno socialista y, en particular, contra la nueva Ley de Sanidad que acaba de presentar la ministra del departamento, Marisol Touraine.
Este lunes ha empezado la huelga indefinida de los médicos de urgencias de los hospitales públicos. Sus dos reivindicaciones principales son la reducción del tiempo de trabajo –que en estos momentos es de 60 horas a la semana- y que se les pague más por las horas extraordinarias, que deberían computarse como tales a partir de las 39 semanales. Por otra parte, denuncian los recortes presupuestarios en la sanidad que ha decidido el gobierno y que serán de 2.000 millones de euros de aquí a 2017. Y también la desorganización de la llamada “medicina de ciudad” que provoca un cada vez más intenso desplazamiento de pacientes hacia las urgencias de los hospitales públicos.