Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.
La izquierda tiene que ser algo más que buenista con la inmigración
“Hace falta un nuevo discurso para parar a la ultraderecha”
El lanzamiento del movimiento Aufstehen ('En pie') por parte de Sahra Wagenknecht, copresidenta del grupo del partido izquierdista Die Linke en el parlamento alemán, ha tenido un amplio eco en toda la prensa europea. Porque es la primera concreción orgánica de una reflexión que atraviesa a no pocos partidos de la izquierda, particularmente a los de aquellos países en los que la ultraderecha ha crecido y crece en torno a un discurso xenófobo contra los inmigrantes.
Wagenknecht, que lleva varios años defendiendo su posición en contra de la mayoría de su partido, cree que la izquierda tiene que oponerse al laxismo del gobierno germano en materia de inmigración y que es necesario endurecer las condiciones de entrada y de estancia en el país. Parece claro que su propuesta tiene como objetivo frenar el crecimiento electoral de la ultraderecha alemana (AfD), que en los últimos años ha quitado significativos porcentajes de voto a Die Linke.
El debate crítico sobre el 'buenismo' de la izquierda con relación a la inmigración también está abierto en Italia tras el éxito político de la ultraderechista Lega de Matteo Salvini que no deja de crecer en los sondeos, particularmente a costa del Movimento 5 Stelle, pero también del Partito Democratico de centro izquierda. Massimo Recalcati, un conocido intelectual no precisamente de derechas ha publicado este miércoles un largo artículo dedicado a la cuestión en La Repubblica, un diario que siempre ha estado próximo al PD.
“Hace falta un nuevo discurso para parar a la ultraderecha”
El lanzamiento del movimiento Aufstehen ('En pie') por parte de Sahra Wagenknecht, copresidenta del grupo del partido izquierdista Die Linke en el parlamento alemán, ha tenido un amplio eco en toda la prensa europea. Porque es la primera concreción orgánica de una reflexión que atraviesa a no pocos partidos de la izquierda, particularmente a los de aquellos países en los que la ultraderecha ha crecido y crece en torno a un discurso xenófobo contra los inmigrantes.