Carlos Elordi es periodista. Trabajó en los semanarios Triunfo, La Calle y fue director del mensual Mayo. Fue corresponsal en España de La Repubblica, colaborador de El País y de la Cadena SER. Actualmente escribe en El Periódico de Catalunya.
Rusia puede provocar una crisis financiera global
Hay miedo. El colapso financiero que está viviendo Rusia como consecuencia de la caída del precio del petróleo y de las sanciones occidentales ha ennegrecido en muy pocos días el panorama global de la economía. La concreción más clara de esa inquietud –que lleva al Guardian de Londres a decir que el hundimiento del rublo amenaza con desencadenar “una masiva crisis financiera global”- es la caída de las bolsas occidentales, que ha vuelto a producirse este miércoles. “Los mercados han perdido la brújula” dice Le Monde. Pero lo que de verdad se teme, aunque por el momento nadie se atreve a asegurar que eso va a ocurrir, es que los problemas rusos se contagien al resto del mundo.
La caída del precio el petróleo, que en un principio se valoró como un regalo que debía impulsar el crecimiento económico de los países importadores, está teniendo, por el momento, más efectos negativos que positivos. Para empezar, porque ha desatado todos los fantasmas que se ciernen sobre la economía y las finanzas rusas y nadie descarta que el drama pueda ahondarse aún más. También porque está produciendo una desestabilización de las divisas latinoamericanas y asiáticas.
Asimismo porque ha provocado la paralización de las inversiones en la producción de petróleo. El Financial Times ha dicho que hasta un billón de dólares dejarán de invertirse. Y finalmente porque puede parar el crecimiento de la economía norteamericana, que estaba empezando a tirar fuerte a diferencia de la europea, debido a que si el petróleo sigue cayendo –y ya está en los 60 dólares por barril- el fracking, que es una de las claves de esa recuperación, puede dejar de ser rentable.
Si además de las razones de mercado –caída de la demanda y exceso de producción-, tras de la caída del precio del petróleo hay alguna maniobra política destinada a golpear a Rusia, y de paso a Venezuela y también a Irán, se puede ya vislumbrar que el tiro puede salir por la culata a quienes la hayan puesto en marcha. La posibilidad de que se repita un drama financiero global como el de 1998-99, que también tuvo su epicentro en Rusia aunque se inició en Asia, empieza a estar ya presente en los análisis.
Está ya claro que Rusia ha perdido la guerra económica con Occidente que siguió a las drásticas iniciativas de Moscú en su conflicto con Ucrania. Es una incógnita cómo va a reaccionar Putin ante ese hecho y no se descarta que lo haga drásticamente. Pero si las consecuencias que eso está provocando fuera de Rusia no cambian de signo en los próximos días, esa victoria de Occidente puede convertirse en un desastre.
Hay miedo. El colapso financiero que está viviendo Rusia como consecuencia de la caída del precio del petróleo y de las sanciones occidentales ha ennegrecido en muy pocos días el panorama global de la economía. La concreción más clara de esa inquietud –que lleva al Guardian de Londres a decir que el hundimiento del rublo amenaza con desencadenar “una masiva crisis financiera global”- es la caída de las bolsas occidentales, que ha vuelto a producirse este miércoles. “Los mercados han perdido la brújula” dice Le Monde. Pero lo que de verdad se teme, aunque por el momento nadie se atreve a asegurar que eso va a ocurrir, es que los problemas rusos se contagien al resto del mundo.
La caída del precio el petróleo, que en un principio se valoró como un regalo que debía impulsar el crecimiento económico de los países importadores, está teniendo, por el momento, más efectos negativos que positivos. Para empezar, porque ha desatado todos los fantasmas que se ciernen sobre la economía y las finanzas rusas y nadie descarta que el drama pueda ahondarse aún más. También porque está produciendo una desestabilización de las divisas latinoamericanas y asiáticas.