El uso del carsharing registró en 2023 un incremento del 10% en nuestro país, lo que se tradujo en una cifra récord de 3,75 millones de desplazamientos. Con una flota que se halla compuesta mayoritariamente por vehículos eléctricos, este modelo de movilidad se consolida como una opción sostenible y accesible para los ciudadanos. Esto es así especialmente entre los habitantes de grandes ciudades, quienes valoran sobre todo su facilidad para acceder a cualquier punto de la urbe, incluidas las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Esta es una de las conclusiones principales del I Barómetro del Carsharing, elaborado por la consultora Pons Mobility para la Asociación Vehículo Compartido de España (AVCE). Forman parte de esta entidad las mayores operadoras de movilidad compartida, como Free2move, Getaround, GoTo-Astara, Guppy, Share Now, Voltio, Wible y Zity, así como la entidad adherida Asociación Eusko CarSharing Elkartea. Tras estas firmas se hallan marcas como Renault, Stellantis, Kia o Astara, entre otras.
El coche compartido suma hoy por hoy en España más de 1,7 millones de usuarios registrados y 3.902 vehículos. Su flota total se ha incrementado un 68,2% en los últimos cuatro años, crecimiento en el que influyen, de acuerdo con el estudio, una creciente conciencia ambiental y la búsqueda de alternativas prácticas y eficientes para la movilidad urbana.
La mayor parte de los desplazamientos en carsharing se realizan en vehículos 100% eléctricos, que representan el 65% de la flota total, y la cifra asciende hasta el 86% si se suman los híbridos enchufables, portadores también de la etiqueta 0 emisiones de la DGT.
En el informe se destaca además que el parque de vehículos compartidos no solo es respetuoso con el medio ambiente, sino que también representa una garantía de seguridad para conductor, pasajeros y demás usuarios de la vía. Un 97% de los coches disponibles dispone de alerta del uso de cinturón en todas las plazas, más del 78% cuenta con detector de marcha atrás y el 70% incorpora sistema de aviso de colisión frontal y reconocimiento de señales de tráfico.
Si bien el grueso de los usuarios de carsharing en nuestro país sigue situándose en la franja de 25 a 40 años, el grupo que componen los usuarios de 41 a 55 años ya representa un tercio de los servicios efectuados y casi 9.000 usuarios activos tienen más de 65 años.
Según el estudio de Pons Mobility, el carsharing garantiza la movilidad en hogares en los que no se dispone de vehículo privado, si bien más del 75% de los consultados para desarrollar el Barómetro disponía en propiedad en su hogar de al menos un coche. La creciente popularidad de estas plataformas está cambiando la mentalidad de los usuarios, de manera que el 19% de los encuestados asegura que ya se ha deshecho de su automóvil en propiedad o está considerando hacerlo en un futuro próximo para optar por el carsharing como una alternativa más conveniente y económica.
Uno de los aspectos más valorados por los usuarios de este servicio es la accesibilidad a cualquier punto de la ciudad de manera rápida y conveniente, incluso en áreas restringidas como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Esta flexibilidad se erige en un factor determinante para muchos españoles a la hora de elegir el carsharing como su opción de movilidad preferida.
Probar con la electrificación
Tras este primer motivo figura como aspecto más valorado el acceso a un vehículo de cero emisiones, lo que refleja un compromiso cada vez mayor con la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes en las ciudades españolas.
El 97% de los consultados considera que el carsharing puede contribuir significativamente a mejorar la movilidad en las ciudades, mientras que un 81% opina que el uso de este servicio contribuye directamente a la protección del medio ambiente, por dos motivos: utilizar vehículos más modernos y reducir el número total de automóviles en las calles.
El coche compartido se posiciona también cada vez más en la mentalidad del usuario como el complemento perfecto del transporte público para reducir la dependencia del vehículo privado. De hecho, el 69% de los interpelados lo combina con el transporte público colectivo como hábito de movilidad urbana.
En general, los encuestados valoran más la comodidad (60%) y las ventajas de aparcamiento (47%) que los aspectos económicos relacionados con esta elección, que son determinantes para el 34%.
Por lo demás, el 33% de los usuarios recurre al coche compartido por razones laborales, motivos vinculados con los estudios o por otras necesidades semejantes. Frente a ello, el 41,5% lo usa sobre todo para los desplazamientos que tienen que ver con las actividades de ocio y entretenimiento.