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Los fabricantes huyen en estampida del motor diésel

Pedro Umbert

Hace tiempo que sabemos, antes incluso del famoso Dieselgate, que a los motores de gasóleo les espera un futuro complicado. Cada vez son las marcas que comercializan modelos sin versión diésel, y algunas han tomado la determinación de eliminar directamente este tipo de propulsores de su gama. El Grupo FCA, que aúna Fiat y Chrysler, ha sido uno de los últimos en declarar que pretende suprimirlos con vistas a 2021, y posiblemente al año siguiente solo los ofrecerá en su catálogo de vehículos comerciales.

Por el contrario, el fabricante japonés de vehículos de lujo Lexus fue el primero en dar la espalda a las motorizaciones diésel y confiar plenamente en sus variantes híbridas para competir con sus rivales Mercedes, Audi, BMW y Jaguar entre otros. La matriz de Lexus, Toyota, anunció en el pasado Salón de Ginebra que este mismo año dejaría de vender coches con esta clase de mecánica en Europa, algo que le resulta relativamente fácil de acometer porque en 2017 el 41% de sus ventas fueron de híbridos y menos del 10% correspondieron a modelos diésel. La marca ha comercializado más de 11 millones de híbridos en el mundo, y 1,5 de ellos han aterrizado en el Viejo Continente.

Otra firma nipona, Nissan, discurre por la misma senda, como demuestra su anuncio de que en 2021 habrá eliminado todos los vehículos diésel de su gama europea. Su socio francés Renault hizo saber ya en 2016 que se planteaba eliminarlos de la mayoría de sus modelos a la venta en Europa alrededor de 2020. En parecida dirección apunta Honda, que ha desvelado que la próxima generación del todocamino CR-V se ofrecerá únicamente con un motor de gasolina 1.5 VTEC Turbo en dos niveles de potencia, 173 y 193 caballos. Para 2019 se espera una versión híbrida, así como la posibilidad de disponer por primera vez de siete plazas en este SUV de gran aceptación en todo el mundo.

Otro fabricante que tiene más que clara la apuesta por la hibridación y sus señeros motores de gasolina es Porsche. Recientemente ha dejado de fabricar el Panamera con propulsor turbodiésel 4.0 V8 de 422 caballos, en vista de que el 60% de las unidades vendidas son de versiones híbridas, y su SUV compacto Macan también deja de estar disponible con motor de gasóleo.

La sueca Volvo se lanza también a la electrificación de diverso grado. Entre 2019 y 2021 pretende lanzar cinco vehículos eléctricos, tres bajo su propia marca y dos de Polestar, su división de alto rendimiento. Desde al año próximo, todos sus modelos nuevos recurrirán bien a la hibridación suave, bien a la tecnología híbrida enchufable. El grupo Jaguar-Land Rover ha anunciado igualmente que todo aquel vehículo que produzca a partir de 2020 tendrá tracción híbrida o 100% eléctrica.

Sin ser tan taxativos en su rechazo al motor diésel, otros fabricantes prescinden paulatinamente de él, sobre todo en modelos de tamaño reducido. Por ejemplo, Kia deja de ofrecerlo en el Rio, Hyundai en el i20, Opel en el Corsa y Skoda en el recién remozado Fabia; hasta Seat lo ha retirado de la gama del Toledo, su berlina compacta.

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