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El nuevo Ford C-Max se reivindica como alternativa a los SUV

Pedro Umbert

Aunque ya casi no nos acordemos, hace no tanto que el estereotipo de familia consistía en una pareja con dos niños –la parejita– y una mascota a bordo de un monovolumen. Hoy, permanecen los dos primeros elementos del conjunto pero ha cambiado radicalmente la montura, que ahora no es un monovolumen sino un SUV o todocamino que posiblemente no pise nunca la tierra de un camino sin asfaltar.

Mientras la mayoría de los fabricantes ha decidido tirar la toalla con lo que era el vehículo de moda diez años atrás, unos pocos disponen de la determinación y el músculo financiero si no para desarrollar monovolúmenes enteramente nuevos, sí para actualizar y abastecer de nuevos argumentos a los que ya tienen en catálogo. Este es el caso de Ford, que al tiempo que oferta varios SUV bastante exitosos (como el EcoSport, el Edge y, sobre todo, el Kuga) mantiene en su gama cinco modelos con carrocería monovolumen: los B-Max, C-Max y Grand C-Max, S-Max y Galaxy.

Ahora, la marca estadounidense con sede europea en Colonia ha puesto al día el segundo de estos vehículos, el C-Max, con una versión más deportiva y equipada llamada Sport y que se caracteriza por lucir unas llantas de aleación exclusivas de 17 pulgadas, que pueden ser de 18 como opción, techo y detalles en color negro, en contraste con la carrocería, carcacas de los retrovisores exteriores en el mismo color y un spoiler trasero más grande.   

Lo distintivo del interior de este C-Max Sport 2018 es la presencia de asientos de corte deportivo, con tapicería textil negra y costuras grises en contraste (todo ello de naturaleza muy resistente, precisa la firma, para resistir lo que los menores de la familia puedan derramar), botón de encendido del motor sin llave, retrovisores plegables y calefactados, faros y limpiaparabrisas automáticos y sensores de estacionamiento trasero.

Para dar cabida a teléfonos, tentempiés o juguetes de los más pequeños, se han habilitado un reposabrazos y una consola de almacenamiento entre los asientos delanteros con espacio adicional para toda clase de adminículos.

A nivel mecánico, la principal novedad reside en la posibilidad de montar la última evolución del multipremiado motor tricilíndrico 1.0 EcoBoost, que cuenta con un sistema de desconexión de cilindros para las situaciones en las que la demanda de potencia es baja y el coche puede avanzar sin problemas prácticamente a vela. El C-Max dispondrá, pues, del propulsor 1.0 EcoBoost con dos configuraciones, 100 y 125 caballos, y del 1.5 de la misma familia que rinde 150 CV; en diésel, las opciones serán el 1.5 TDCi de 95 y 120 CV, y el 2.0 TDCi de 150.

La nueva versión tiene la disponibilidad de tecnologías como el asistente de aparcamiento, el dispositivo que abre el maletero al asomar el pie por el voladizo trasero cuando llegamos al coche con las manos cargadas y el conocido sistema de comunicaciones y entretenimiento SYNC 3, que permite al usuario controlar las funciones de audio y navegación, así como los teléfonos inteligentes conectados, utilizando simples comandos de voz.

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