Como ya hicimos en noviembre de 2021 -tiempo aún de mascarillas-, hemos visitado días atrás el Museo de Alfa Romeo en Arese (Italia) en compañía de Alejandro-Mesonero Romanos, diseñador jefe de la histórica marca italiana. El madrileño, mucho más familiarizado con sus entresijos que entonces, cuando llevaba apenas unos meses en el cargo, mantiene la pasión intacta, si no reforzada por el hecho de que en este tiempo ha podido dedicarse a dibujar los Alfa del próximo lustro mientras que hace año y medio apenas pudo añadir un par de retoques a un modelo que estaba prácticamente terminado, el Tonale.
Charlamos con Mesonero-Romanos del trabajo desarrollado con un equipo que le gusta calificar de “compacto” (está compuesto por menos de 30 personas, de las que solo una es española como él) y también de los nuevos desafíos de la industria, entre ellos la irrupción de las marcas chinas en Europa y de la inteligencia artificial, que en su opinión van a cambiar de manera irremediable el sector -y, en caso de la segunda, el mundo entero- tal como lo conocemos.
El diseñador nos anuncia que en septiembre se podrán contemplar los primeros frutos de una labor que le tiene privado de vacaciones desde hace tres años. El vehículo que se desvelará entonces será el primero de los dos que se presentarán en 2024, y a los que seguirán un tercero en 2025 y un cuarto en 2026. Mesonero ha comenzado a esbozar también modelos que llegarán más adelante, y entre todos ellos se encuentra el que asegura -entre enigmático y feliz, a juzgar por su amplia sonrisa- que será “el coche de sus sueños”.
Dos de los cuatro modelos ya proyectados y aprobados serán SUV y los otros dos explorarán siluetas en las que Alfa tiene larguísima trayectoria, ya sean berlinas, cupés o hasta descapotables. Lo que es seguro es que todos estarán construidos sobre las nuevas plataformas STLA del grupo Stellantis, lo que significa que serán eléctricos sin excepción. En este aspecto no existe marcha atrás, pues la firma milanesa se ha comprometido a ser completamente eléctrica en 2027.
Mesonero-Romanos adelanta también que se trata de vehículos de tamaño considerable. Al estar basados en las plataformas mediana y grande de Stellantis, puede descartarse, al menos en esta fase inicial del relanzamiento de Alfa Romeo, la producción de un modelo pequeño con el emblema del biscione en el frontal. Las plataformas STLA implican autonomías que rondan los 700 kilómetros y el empleo de arquitecturas eléctricas de 800 voltios que permiten cargas ultrarrápidas.
Decidido a huir de la irrelevancia a la que se ha expuesto Alfa en los últimos años, el diseñador español ha imprimido a estos nuevos modelos un sello “fuerte” que rompe tanto con lo existente en la marca como con lo que puede encontrarse en el mercado. “La marca va a ser deportiva y premium”, sentencia, y aspira a conquistar clientes de otros fabricantes, por todos conocidos, que también pueden presumir de ambos rasgos.
A falta de más detalles concretos sobre los cuatro vehículos, deja caer algunas pistas de tipo estilístico. Por ejemplo, que haríamos bien -los periodistas convocados- en tener presente el Alfa Romeo 33 Stradale de 1967, para él la pieza primordial del Museo de Arese, en la que a buen seguro se ha inspirado para sus bocetos. Otro señuelo es el de la coda tronca (cola cortada), un recurso aerodinámico profusamente utilizado por la marca italiana y que veremos despuntar en alguna de las creaciones de Mesonero, seguramente en las más audaces y deportivas.
Acertaremos también al esperar modificaciones obligadas en el scudetto, que seguirá siendo proporcionado pero debe cambiar para albergar los sensores de los sistemas de ayuda a la conducción. En cuanto a los cannocchiale, los característicos relojes cónicos de Alfa, serán reinterpretados en clave contemporánea para adentrarse en el mundo digital.
Los retos inminentes
La charla deriva hacia uno de los temas candentes del sector como es la avalancha de marcas chinas en Europa. “Vienen fuertes, y además llevan 10 años cazando talento europeo”, afirma Mesonero en alusión, entre otros, al fichaje como responsables de diseño de Geely y BYD de Stefan Sielaff y Wolfgang Egger, ambos provenientes de Audi.
No hay conversación actual que, en este como en otros tantos ámbitos, no acabe tratando de la inteligencia artificial. El madrileño ha hecho ya sus primeros pinitos con esta tecnología y está convencido de que muy pronto será obligado contratar programadores de IA en cualquier equipo de diseño. Más que en las propuestas que bucean en la internet abierta al público en general, él tiene depositadas sus esperanzas en redes cerradas -por ejemplo, una exclusiva de Alfa- que trabajan con base en imágenes de la marca combinadas con otras de sectores ajenos, como la moda o el diseño de interiores.
“Así es posible obtener ideas con verdadero valor, en las que uno mezcla ingredientes como en una Thermomix. El secreto es ecualizar cuánto quieres de cada cosa”, reflexiona Mesonero-Romanos, que no en vano se enfrenta a diario al desafío de conjugar en sus modelos -lápiz en mano- la historia de una marca que la tiene muy extensa con el futuro hacia el que pretende dirigirse.
Englobada dentro de un gran consorcio automovilístico como Stellantis, Alfa Romeo no tiene más remedio que distinguirse de las otras dos marcas premium del grupo, Lancia y DS, mediante dos armas principales que son la calidad y la deportividad. Y, como precisa Mesonero para terminar, debe además captar nuevos alfistas porque ni la firma milanesa ni ninguna se puede permitir “tener historia sin clientes”.