El Hyundai Kona renace para jugar en otra liga

Si algo no puede decirse de Hyundai es que, a la hora de renovar un modelo de éxito como el Kona, le ha temblado el pulso en las decisiones tocantes a su diseño, configuración y pretensiones. Su SUV compacto cambia tanto, empezando por la plataforma en que se asienta y el aspecto exterior que luce, que podría pasar por un modelo diferente, que casi recuerda más a su hermano mayor, el Tucson, que aquel al que ahora reemplaza.

Lo que permanece intacto es uno de los mayores atractivos del Kona anterior, que no es otro que la variedad de tecnologías de impulsión entre las que se puede escoger. El coche está disponible con motores de combustión, dotados o no de hibridación ligera, en versión full hybrid y, a partir de otoño, en variante 100% eléctrica.

El primer paso adelante del modelo coreano se ha producido en sus propias cotas. Crece 15 centímetros a lo largo, para situarse en los 4,35 metros, y la distancia entre ejes se amplía 6 cm, mientras que la anchura y la altura aumentan unos 2,5 cm. Más alejado del Bayon y más cerca del Tucson, por tanto, el Kona proporciona ahora una mayor habitabilidad en las plazas traseras y ve incrementarse la capacidad del maletero hasta los 466 litros, una cifra considerable para un vehículo de su tamaño.

En cuestión de diseño, hereda las hechuras y algunos elementos específicos de un superventas como el Tucson, especialmente lo que Hyundai define como superficies paramétricas de los laterales, con lo que alude a los característicos pliegues que surcan las puertas del coche. Del monovolumen Staria toma las bandas luminosas que recorren tanto el frontal como la zaga y que otorgan al Kona una presencia muy distintiva en carretera.

Como destaca Eduardo Ramírez, responsable de Diseño de Hyundai Europa y principal artífice del nuevo Kona, se ha buscado en este caso “desdibujar la línea que separa tradicionalmente a los coches de combustión de los eléctricos”; de ahí que el frontal presente un aspecto más limpio, con una parrilla de refrigeración menos dominante de lo acostumbrado, tanto en las versiones térmicas como en las híbridas y la eléctrica pura.

Otro rasgo de estilo propio es la presencia de un revestimiento plástico en los pasos de rueda, pintado en color negro como en el modelo a la venta hasta el momento y que ahora se extiende hasta integrar los grupos ópticos delantero y trasero. En las variantes deportivas N Line, que a partir de ahora se pueden solicitar en combinación con cualquier opción de motor (también el eléctrico), aquellas superficies van pintadas en el color de la carrocería y sin protección plástica.

A ello se añade una serie de detalles exclusivos, entre ellos paragolpes específicos, retrovisores en negro brillante, faldón gris que recorre la parte baja de la carrocería, doble salida de escape y llantas de 18 pulgadas con un diseño especial. En el interior de los N Line se incluyen pedales metálicos y detalles en color rojo en diversos puntos.

Un salto cualitativo equivalente al del exterior lo apreciamos en el habitáculo del Kona, “mucho más funcional que decorativo” -de nuevo en palabras de Ramírez- y que presenta además un aspecto refinado y, aparentemente, una excelente factura. Tras el volante, sin logo de la marca en el centro, encontramos dos pantallas de 12,3 pulgadas unidas, una para el cuadro de instrumentos y otra para el sistema multimedia. Debajo de ésta disponemos de dos módulos con botones físicos, muy de agradecer, para controlar las funciones básicas y de uso más frecuente del vehículo.

Sobre la guantera se ha dispuesto una bandeja donde depositar objetos varios, que también podemos colocar en el gran compartimento habilitado en la consola central, en el que el espacio se despeja sobremanera gracias a unos posavasos retráctiles que desaparecen, por así decir, cuando no se necesitan. El espacio en las plazas traseras se beneficia no solo del mencionado aumento de la distancia entre ejes, sino también del adelgazamiento de los asientos delanteros, 30 milímetros menos gruesos que los del modelo anterior.

En la parte delantera, las variantes con cambio automático ofrecen espacio extra en la consola porque el selector de marchas shift-by-wire (sin conexión mecánica entre la palanca de cambio y la transmisión) se ha trasladado a la columna de la dirección.

El Kona puede incorporar portón trasero motorizado, equipo de sonido Bose con siete altavoces, techo practicable, tomas USB-C, carga inalámbrica de móvil y llave digital (próximamente) para tres usuarios diferentes. Este es, además, el primer modelo de Hyundai en equipar el nuevo puesto de conducción Connected Car Navigation Cockpit, que proporciona gráficos avanzados e incluye la última versión de los servicios conectados -Bluelink- de la marca.

Dentro del equipamiento de seguridad, algunos de ellos sobresalientes para un vehículo del segmento B, destacamos los siete airbags, el asistente de conducción en autopista y un monitor que vigila el nivel de atención del conductor. Entre las funciones de confort, merece mencionarse la ayuda al aparcamiento remoto, que permite que el coche avance o retroceda pulsando un botón del mando a distancia.

Opciones de propulsión

A la espera de la versión 100% eléctrica, el modelo se pone a la venta con motores de gasolina 1.0 TGDi de 120 caballos y 1.6 T-GDi de 198 CV, este último con posibilidad de tracción a las cuatro ruedas. El primero puede llevar hibridación ligera de 48 voltios, lo que le da acceso al distintivo ambiental Eco de la DGT, pero solo si se opta por la caja de cambios manual de seis velocidades. La de doble embrague y siete velocidades, también disponible, es de serie en la variante más potente.

En cuanto al híbrido, también con etiqueta Eco, recurre como hasta ahora a un motor de inyección directa GDi de 1,6 litros emparejado con un motor eléctrico, que unidos rinden 141 CV, y a una transmisión automática de doble embrague y seis marchas, siempre con tracción delantera.

La gama del Kona, del que la marca espera entregar entre 12.000 y 13.000 unidades anuales, se articula en cuatro niveles de acabado: Maxx, N Line, Tecno y N Line Style. Los modelos térmicos arrancan en los 28.490 euros de una versión de 120 CV en acabado Maxx y llegan a los 41.540 euros de la variante de 198 CV en terminación N Line Style. El precio del híbrido está comprendido entre 32.040 y 39.990 euros, y todavía no se han comunicado los del eléctrico puro.

Hyundai ofrece para las versiones Maxx un descuento general de 1.200 euros, otro de 1.100 por financiar y 1.000 adicionales si se entrega un coche a cambio. El resto de los acabados cuenta con promociones de 1.400, 1.100 y 1.000 euros, respectivamente.