Por curioso que pueda parecer tratándose de un coche que no es posible conseguir por menos de 60.000 euros, el Clase GLC lleva dos años siendo el Mercedes más vendido a nivel mundial, y en España se reparte el grueso de las entregas con el más asequible GLA. En el momento de su puesta al día, la marca alemana ha arriesgado lo justo para mantenerlo en esa posición tan ventajosa y se ha centrado especialmente en mejorar sus híbridos enchufables (PHEV), en los que se asienta hoy por hoy su gran éxito comercial.
Como seguramente sepas, Mercedes-Benz es una rara avis en la industria del automóvil por comercializar versiones PHEV tanto con motor de gasolina como diésel. La gran mejora llega ahora en términos de autonomía eléctrica, superior en ambos casos a 100 kilómetros y, en función de la versión concreta, llegando a alcanzar los 130 km, 136 en conducción exclusivamente urbana.
La batería, de 31,2 kWh, se recarga por completo en 2 horas con el cargador de a bordo de 11 kW conectado a un punto de la misma potencia. En uno de 7,4 kW, la operación lleva unas 3 horas y, en uno de 3,7 kW, alrededor de 6 horas.
Otra novedad relevante es que todas las motorizaciones de combustión del nuevo GLC disponen a partir de este momento de una tecnología de hibridación ligera de 48 voltios que les da derecho al distintivo ambiental Eco de la DGT (los enchufables llevan, por supuesto, la 0 emisiones). Este sistema incluye un alternador de arranque integrado que apoya eléctricamente al motor de combustión interna en ciertos estados de funcionamiento con hasta 17 kW (23 CV) de potencia y 200 Nm de par adicionales.
En total son seis las versiones disponibles: dos de gasolina, de 204 y 258 caballos; dos diésel, de 197 y 269 CV, y dos híbridas enchufables que rinden 313 CV en la variante de gasolina y 333 CV en la diésel. Todas cuentan con motores de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada, un cambio automático de convertidor de par y nueve relaciones y el sistema de tracción total 4Matic.
Además de un puñado de retoques estéticos, el nuevo GLC recibe en esta actualización pequeñas modificaciones, digamos, estructurales. Por ejemplo, crece ligeramente a lo largo: unos 6 centímetros que van a parar sobre todo a los voladizos delantero y trasero. El maletero, particularmente, agradece el incremento, pues gana 50 litros de capacidad con respecto al modelo anterior para situarse en 600 litros (1.640 con los asientos traseros plegados); algo menos en los PHEV, que se quedan en 400 litros.
Dirección en el eje trasero
Merece una mención especial la posibilidad de incorporar un eje trasero direccional, que permite que las ruedas posteriores giren hasta 4,5 grados. Disponible en un paquete opcional asociado necesariamente a la suspensión neumática AirMatic, este sistema acorta el radio de giro hasta los 11 metros y le evita al conductor dar más vueltas al volante de las deseables. En carretera, aumenta tanto la agilidad como la estabilidad dinámica.
Como su predecesor, el nuevo GLC es capaz de desenvolverse muy bien en terrenos accidentados, por mucho que la mayoría de sus usuarios no sienta la necesidad de ponerlo a prueba. De serie, dispone de un modo de conducción todoterreno y de un dispositivo de control de descenso.
Los más aventureros pueden solicitar un paquete específico que comprende suspensión Agility Control con una distancia al suelo 20 mm mayor, nuevas pantallas offroad y protecciones para los bajos de las partes delantera y trasera: metálica la primera y hecha de plástico resistente Gemtex en los lados la de la zaga.
El modelo alemán puede contar también, como opción, con la curiosa función de capó transparente, una vista del vehículo que permiten componer las imágenes de la cámara de 360 grados a la que va asociada en el pack correspondiente. Cuando el modo todoterreno está activo, la pantalla central muestra virtualmente lo que hay debajo del frontal del coche, incluidas las ruedas delanteras y la posición de la dirección, exactamente como si el capó fuera transparente. La representación del carril ayuda, además, a elegir la trayectoria más adecuada cuando nos movemos -como es el caso al utilizar esta función- por un terreno escarpado a muy baja velocidad.
En el capítulo de ayudas a la conducción destaca como novedad que el asistente activo de distancia Distronic es capaz ahora de reaccionar ante vehículos detenidos en la calzada a una velocidad de hasta 100 km/h, cuando anteriormente solo podía hacerlo hasta 60 km/h.
Por el momento se conocen los precios de cinco de las seis versiones disponibles del coche, todas menos la híbrida enchufable diésel (GLC 300 de). La horquilla abarca desde los 58.150 euros de un GLC 200, de 204 CV, hasta los 68.450 euros del GLC 300 d, de 269 CV. El GLC 300 e, enchufable con motor de gasolina, está a la venta desde 74.925 euros.