Prueba del Audi A7 Sportback 55 TFSIe, el híbrido enchufable distinguido

En los coches considerados premium, la tecnología puntera es habitualmente un activo más y muy relevante que ante el cliente viene a sumarse a sus demandas de lujo, refinamiento y sofisticación. Visto así, el Audi A7 Sportback con tren híbrido enchufable -identificado por las siglas TFSIe- supone el culmen de la distinción de la gama de este gran turismo alemán, además de contar con la siempre preciada etiqueta ambiental Cero emisiones.

Como es sabido, la DGT concede este distintivo a los vehículos que acreditan más de 40 kilómetros de autonomía en modo exclusivamente eléctrico, y el A7 obtiene oficialmente 52 gracias a su batería de 14,1 kWh de capacidad. Esta alimenta un motor eléctrico que, integrado en la caja de cambios automática de siete marchas, se combina con otro de gasolina 2.0 para desarrollar 367 caballos de potencia total. A ello se suma, en el eje delantero, un sistema de recuperación de energía para los periodos de desaceleración que puede producir hasta 80 kW durante las frenadas.

La idea con un vehículo dotado de esta tecnología es cubrir todos los trayectos cotidianos -o la mayoría- sin emisiones locales de CO2 ni consumo alguno de combustible, para lo que será imprescindible cargarlo a diario en la red eléctrica. Pero, una vez agotada la batería, es posible continuar viaje merced a la autonomía que proporciona el depósito de gasolina de 52 litros, con el que ahuyentamos el miedo a quedarnos tirados que aún acecha a los coches 100% eléctricos.

Eso sí, el consumo puro y duro del coche sin asistencia eléctrica no es precisamente contenido. En nuestro recorrido habitual de pruebas se ha acercado a los 9,5 litros/100 km, aunque esta cifra no debería sorprendernos a la vista del elevado peso del coche -2.200 kilos con conductor a bordo- y a la mucha potencia disponible.

El A7 TFSIe admite una potencia máxima de carga de 7,4 kW, de modo que se necesitan unas dos horas y media para recargar completamente la batería. En un enchufe doméstico de 230 V la operación se demora hasta las siete horas. Como suele ocurrir con todos los híbridos enchufables, este Audi no está preparado para recargas rápidas con corriente continua.

También es común en este tipo de vehículos que la marcha se inicie por defecto en modo eléctrico, para consumir la batería antes de que entre en juego el motor térmico. El conductor, sin embargo, puede optar por mantener la carga (Battery Hold Mode) con el fin de recorrer sin emisiones una distancia concreta, que se puede configurar, en un momento posterior del viaje.

Naturalmente, también cabe escoger un modo híbrido que combina la acción los dos propulsores de la forma más eficiente posible. Puede hacerse manualmente y se activa de forma automática cuando se introduce un destino en el navegador. En este último caso, el sistema tiene la capacidad de analizar numerosos parámetros del recorrido, como el tráfico o la orografía, para optimizar el funcionamiento de ambos motores y así reducir el consumo.

Conseguir esto último para llevarlo a magnitudes razonables resulta complicado, como hemos apuntado más arriba, por el abultado peso del coche, fruto de incorporar junto a la mecánica tradicional el sistema híbrido enchufable y una batería más capaz y más pesada que la de un híbrido convencional. Es preciso cargar con ambas mochilas en todo momento y eso se nota de manera insoslayable en el gasto de combustible.

Otro inconveniente que presenta el A7 Sportback en esta versión es un volumen de maletero que pasa de 535 a 380 litros. El compartimento es igual en sus formas que el de los modelos de combustión, solo que con la altura visiblemente reducida debido a la presencia de la batería de alto voltaje en esta parte del vehículo. En definitiva, es bastante aprovechable, pero los objetos voluminosos o de mucha altura encuentran peor o ningún acomodo.

También nos ha sorprendido de forma poco grata el elevado diámetro de giro del modelo de Audi, de 12,4 metros entre paredes, que supera incluso al que necesita su hermano mayor, el A8. Esta circunstancia complica en gran medida las maniobras en aparcamientos o lugares estrechos.

El A7 Sportback 55 TFSIe, a la venta desde 88.450 euros, monta de serie la acreditada tracción quattro de Audi, en su variante aligerada Ultra, de cuya buena respuesta hemos sido testigos en los compases finales del temporal Filomena a su paso por Madrid, y ello a pesar de que los neumáticos de verano montados por la unidad de pruebas no eran el mejor complemento en las condiciones de nieve y hielo en que lo condujimos.

Poco es necesario decir sobre la prestancia de uno de los modelos más exclusivos de la gama Audi. Únicamente que su atractivo estético se ve reforzado por el paquete de equipamiento exterior S Line que incorpora de serie, junto con otros elementos como las llantas de 19 pulgadas de diámetro, pinzas de freno acabadas en color rojo, faros que combinan luces led y láser (HD Matrix Led), asientos deportivos y climatizador de cuatro zonas.