En el camino para rebajar en lo posible el nivel de emisiones de sus modelos, las marcas de coches exploran toda clase de soluciones. Además de la electrificación total, han escogido habitualmente distintos tipos de hibridación, y dentro de ésta la tecnología más extendida ha sido hasta hace poco la preconizada por Toyota a partir del lanzamiento del Prius, que se puede considerar a estas alturas la hibridación convencional.
Otra firma japonesa, Nissan, ha optado por una vía muy diferente en sus vehículos bautizados e-Power. En este caso se recurre a un sistema de impulsión en el que el motor de gasolina se emplea solo para generar electricidad, en tanto que las ruedas son impulsadas exclusivamente por el o los motores eléctricos.
De este modo se logra que el propulsor térmico opere siempre dentro de su rango óptimo de funcionamiento, de lo que se obtiene una mayor eficiencia de combustible. Mientras tanto, la parte eléctrica del sistema se encarga de proporcionar la respuesta instantánea y lineal que se espera de los vehículos 100% eléctricos. En otras palabras, el motor de combustión no tiene más función en un modelo e-Power que mantener la pequeña batería, de 2,1 kWh, con carga; esto es, hacer de generador.
Hemos probado esta tecnología, que lleva aparejada la etiqueta Eco de la DGT, a bordo del X-Trail de Nissan, un modelo lujoso, muy bien rematado y realmente amplio, dotado en esta ocasión de siete plazas. La versión que se nos adjudicó contaba además con tracción a las cuatro ruedas, que la marca denomina e-4ORCE, merced a incorporar un motor eléctrico en cada eje, el delantero de 150 kW y el trasero de 94 kW. La potencia resultante en caballos asciende a 213, por los 204 CV que desarrolla la variante de un solo motor y tracción delantera.
Habíamos conducido esta misma versión hace poco más de un año durante una presentación organizada por Nissan en la comarca de la Baja Cerdaña; de hecho, se trataba de la misma unidad que nos tocó en suerte en dicho evento, lo cual nos ha permitido precisar las impresiones que experimentamos en aquella ocasión.
La primera es confirmar la buena factura del X-Trail, que no en vano se fabrica en la planta con los estándares de calidad más elevados de la marca, la de Kyushu (Japón), de la que salen también los modelos de su división de lujo, Infiniti. La calidad de producción se alía con el acertado aislamiento acústico para que el funcionamiento del motor de gasolina resulte poco menos que imperceptible en el habitáculo, cosa que no sucede tanto en el Nissan Qashqai equipado con la misma tecnología, en una declinación de menor potencia: 190 caballos.
La siguiente conclusión de nuestra prueba no es una constatación, sino un desmentido. Así como en la Cerdaña el X-Trail no bajó de los 8 litros/100 km, y eso que cubrimos con él la parte más sencilla -casi ventajosa- de la ruta, ahora los registros han resultado bastante más parcos y cercanos a los oficiales, al menos si nos atenemos a lo mostrado por el ordenador de viaje.
En una utilización urbana y periurbana es posible conseguir un consumo medio de 6,2-6,3 litros/100 km, y la cifra sube a unos 7 en autovía a la velocidad permitida. Como decíamos, la media se aproxima bastante a la de la prueba de homologación, que es de 6,5 litros/100 km en ciclo combinado. Son datos notables si se tiene en cuenta que hablamos de un SUV de 4,68 metros de longitud y 1,71 m de altura, que pesa cerca de dos toneladas y que, además, es capaz de alcanzar los 100 km/h partiendo de parado en solo 7 segundos.
El X-Trail está a la venta en variantes de cinco y siete plazas, aspecto que lo distingue de muchos competidores de similar tamaño y que le permite atraer a clientes de un segmento superior, el D en este caso. Los dos asientos extra cuestan 800 euros y son apropiados sobre todo para chavales de hasta 1,60 metros de altura, y mejor en recorridos no muy largos.
El acceso a esta tercera fila se ve favorecido por una apertura sobresaliente de las puertas traseras, de 85 grados. Esto facilita igualmente la entrada y la salida desde la hilera intermedia, que dispone además de un desplazamiento longitudinal de 22 centímetros (de serie tanto con cinco como con siete plazas a partir del acabado intermedio de la gama y opcional en el más básico) al objeto de poder otorgar más espacio a los pasajeros o a la zona de carga.
De acuerdo con las mediciones del fabricante, que sitúa la banqueta deslizante en un punto medio, el maletero cubica 575 litros en el e-Power (y 585 en la versión mild hybrid de 163 CV también disponible), pero el dato se acerca a los 700 litros si la colocamos en su posición más adelantada.
Rasgos 'premium'
Según apuntábamos anteriormente, la calidad de fabricación raya aquí a un gran nivel, y en el interior destaca con brillo propio cuando se escoge la tapicería en color marrón claro que puedes observar en las imágenes que acompañan a este texto. Como le sucede al Ariya, el modelo 100% eléctrico de Nissan, fabricado también en Kyushu, el X-Trail atesora la prestancia y la terminación que asociamos por lo regular a modelos considerados premium. La calidad de rodadura es también la que se espera de estos mismos vehículos.
Sumemos a todo esto un equipamiento que incluye pantalla central y cuadro de instrumentos digital, ambos de 12,3 pulgadas, y la posibilidad de añadir un head-up display de 10,8“. La compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay es inalámbrica, a lo que se suma la incorporación del asistente de voz Alexa, además de un catálogo de ayudas a la conducción que supera los 30 dispositivos. Los modelos de tracción total cuentan, además, con modos de conducción específicos off road.
El precio para poder conducir un X-Trail e-Power arranca en 42.750 euros, correspondientes a la versión de 204 CV en acabado Acenta. Las variantes e-4ORCE parten de 46.150 euros y llegan a los 58.000 en el caso de la más lujosa (Tekna+) con siete plazas incorporadas.