Kia Sportage híbrido, el equilibrio hecho coche

18 de noviembre de 2024 11:35 h

El Kia Sportage lleva ya unos años siendo uno de los modelos más codiciados en nuestro país. Su aceptación masiva se remonta al menos tres generaciones atrás, y la que se halla actualmente a la venta parece haber añadido a las cualidades demandadas previamente un aire moderno y tecnológico que pone la guinda a un pastel de lo más apetecible para muchos.

Hay varios motivos que explican el éxito del Sportage, entre los cuales sobresale la variedad de opciones de motor disponibles en su gama. El coche cuenta con versiones de combustión —de gasolina y diésel—, microhíbridas también de gasolina o diésel, full hybrid (HEV) e híbrida enchufable (PHEV). Todas ellas presentan sus ventajas junto con unos pocos inconvenientes que en realidad no pueden considerarse propiamente defectos: son, más bien, variantes que encajan -cada una- en un tipo de cliente y de necesidad.

De todas ellas, la híbrida es seguramente la más equilibrada, o por lo menos la más adecuada a los tiempos actuales para una gran parte de la población. ¿Por qué? Porque no exige disponer de un punto de carga a disposición del usuario, como el PHEV, y porque su consumo sí es claramente inferior al del modelo mild hybrid, con el que comparte la etiqueta Eco de la DGT, dado que la parte eléctrica tiene en su caso un peso mayor. 

El asunto del punto de carga merece sin duda un comentario aparte. Muchos de quienes podrían optar a la versión híbrida enchufable no disponen seguramente de un cargador en su casa o en el trabajo que les permitiría realizar la mayoría de sus trayectos cotidianos en modo eléctrico; es decir, con el motor de combustión apagado, lo que no es poca cosa. 

Si nos ceñimos al asunto de la vivienda de los españoles, la mayoría —se cita comúnmente una proporción del 70%— no tiene ni puede tener punto de carga sencillamente porque no reside en una casa unifamiliar ni cuenta con un garaje donde el coche pernocte. Por todo ello, el Sportage híbrido gana muchos puntos con respecto al PHEV para una legión de potenciales compradores.

Su sistema de impulsión desarrolla un total de 215 caballos de potencia conjunta, resultado de sumar el empuje de un motor de gasolina de 160 CV y otro eléctrico de 44,2 kW alimentado por una pequeña batería de 1,49 kWh. Como es fácil de imaginar, al Sportage HEV le sobra fuerza para realizar adelantamientos en carretera con rapidez y seguridad, y la operación de alcanzar los 100 km/h arrancando desde parado la completa en 8,4 segundos.

Al mismo tiempo, esta versión permite circular por ciudad en modo eléctrico una parte significativa del tiempo, siempre que la batería disponga de carga suficiente. De aquí que el consumo urbano sea mínimo en ocasiones, del orden de 3,5 km/100 km, y que el medio no pase normalmente de 6,5 litros por cada 100 kilómetros, una cifra que no puede considerarse más que razonable para un SUV de 4,5 metros de longitud y alrededor de 1.800 kilos. Solo a velocidad muy alta por autopista veremos en el ordenador magnitudes por encima de 8 litros.

La variante full hybrid destaca, además, por el volumen de su maletero. Con 587 litros, es la segunda más capaz del catálogo, casi empatada con la de gasolina sin hibridación, que cuenta con 591. El mild hybrid de gasolina dispone de 562 y el PHEV se queda en 540 litros.

De todo en la proporción justa

El comportamiento, tanto de la versión híbrida como de las demás, se caracteriza por proporcionar una agilidad suficiente como para no echar en falta una suspensión más rígida que, en determinadas circunstancias, causa incomodidad a los pasajeros, especialmente los de las plazas traseras.

Del mismo modo, el Sportage es un modelo muy equilibrado en lo que a dimensiones se refiere. Sus 4,5 metros de largo son a día de hoy los preceptivos para un SUV del segmento C, y hacen de él un SUV de tamaño contenido que, al mismo tiempo, ofrece una notable amplitud interior —destacable sobre todo en las plazas posteriores—, además de un maletero idóneo para transportar todo el equipaje de una familia tipo actual, de cuatro miembros.

Por último, el vehículo coreano luce un aspecto exterior moderno y, si se quiere, hasta un punto atrevido, aunque no tanto como para ahuyentar a un usuario más convencional ni caer en la estridencia visual. En cuanto al interior, presidido por una enorme pantalla de tipo Supervision que se adueña del salpicadero, se percibe como avanzado y tecnológico sin llegar, de nuevo, a abrumar. El acabado se define por la presencia de buenos materiales y una esmerada terminación.

Todo lo dicho viene acompañado por una gama articulada en unos niveles de equipamiento bien definidos y que cabe tildar de generosos en cada uno de los acabados, tres en el caso del HEV —Drive, Tech y GT-Line—.

El primero, asociado necesariamente a un sistema de tracción a las ruedas delanteras, cuesta 41.590 euros. El Tech sale por 44.490 euros en versión 4x2 y 47.390 en la 4x4, en tanto que el GT-Line sube a 49.590 (4x2) y 53.190 euros en su configuración de tracción total.