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Nuevo Opel Mokka, aún más chic

El Opel Mokka recibe ligeros retoques para mantener su buena acogida.

P. U.

Del trío ases con que se ha hecho Opel en los últimos tiempos -los tres nuevos SUV recién incorporados a su gama-, el nuevo Mokka destaca por ser el más desenfadado, juvenil y urbano, además del que exhibe un aspecto más chic. A grandes rasgos, podríamos afirmar también que el Frontera representa la propuesta versátil y asequible del lote, en tanto que el Grandland sería el modelo más familiar, tecnológico y relativamente lujoso, como corresponde al buque insignia del catálogo.

Llegado el momento de renovar el Mokka, Opel estaba convencida de que la apariencia del coche sigue enteramente vigente y, en consecuencia, no la ha renovado por completo, sino que se ha limitado a enfatizar las que considera sus mayores fortalezas visuales. Seguramente el cambio más notorio lo encontramos en el nuevo rayo -el Blitz- de la marca inscrito en el centro del Opel Vizor, la máscara característica del frontal de sus vehículos que ahora enmarca también los faros, formando parte todo de un único elemento.

Al igual que en el nuevo Frontera, las luces led tanto de la parte delantera como de la trasera estrenan tres segmentos de luz adicionales que otorgan al conjunto un punto de sofisticación.

Por lo que respecta al habitáculo, la firma de Rüsselsheim ahonda en su enfoque de desintoxicar sus interiores. Se inclina en esta ocasión por utilizar tejidos producidos a partir de materiales parcialmente reciclados. El nuevo volante, aplanado en la parte superior e inferior y fabricado con material vegano, refleja el mismo patrón del frontal al situar el nuevo Blitz en el centro, además de transmitir un cierto aire de deportividad.

La consola central entre los asientos delanteros, en tono plata mate, resulta ahora más despejada que antes. Los diseñadores e ingenieros han integrado algunos de los ajustes que anteriormente se controlaban mediante botones en la pantalla táctil central. De este modo, todo el diseño del habitáculo se presenta más limpio y acogedor. El diseño de los interruptores que sirven para accionar el freno de estacionamiento eléctrico y para seleccionar los modos de conducción, en el caso de las versiones automáticas -eléctrica incluida-, proviene del nuevo Grandland.

El Mokka cuenta ahora de serie con una pantalla digital de información para el conductor de 10 pulgadas y una pantalla táctil central de las mismas dimensiones. Esta última se puede configurar por medio de widgets, al igual que un teléfono inteligente. Además, los usuarios que monten el sistema de navegación opcional dispondrán de un dispositivo de reconocimiento de voz natural que se activa mediante el comando Hey, Opel.

Ambas pantallas se pueden personalizar de muchas maneras, y la central admite la instalación de varios accesos directos virtuales y diferentes combinaciones de colores. El sistema reconoce el perfil personal del conductor en el smartphone conectado, siendo la conexión siempre inalámbrica. Además, el Mokka ofrece ChatGPT (disponible en combinación con Connected Navigation), que permite tener acceso a una amplia gama de información sobre una larga relación de temas.

Motores para elegir

En consonancia con el proceso de detox de interiores, la firma germana está trabajando para simplificar el que deben afrontar sus clientes a la hora de encargar el coche. Así, el recién llegado está disponible en dos únicos acabados, Edition y GS, que se pueden personalizar gracias a dos paquetes de personalización.

En cuanto a la propulsión, las opciones se reducen a tres, una de combustión y dos electrificadas en diferente grado. Por un lado se ofrece el modelo de gasolina, equipado con un motor de 1.200 centímetros cúbicos y 136 caballos, que está disponible desde 22.850 euros para quienes realicen la operación de compra a través de financiación.

En el caso de la variante mild hybrid, a la venta desde 25.350 euros, combina el motor de gasolina con otro eléctrico de 21 kW, unos 28 CV, y una transmisión electrificada de doble embrague y seis velocidades. El sistema de hibridación ligera de 48 voltios ayuda a reducir de forma apreciable el consumo de combustible y las emisiones de CO2 en comparación con un vehículo de propulsión convencional comparable. Y a bajas velocidades, el conductor puede disfrutar de buena parte de los trayectos en modo eléctrico.

Por último, la variante enteramente eléctrica del Mokka, a partir de 31.100 euros -siempre en financiación-, incorpora un motor de 156 caballos y una batería de 54 kWh con la que puede recorrer más de 400 kilómetros entre recargas.

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