Nuevo Dacia Duster, porque los 4x4 pueden ir a la moda

Óscar González Soria

Dacia está mejorando las previsiones más optimistas de Renault, firma francesa que en 2004 apostó por la veterana marca rumana con propuestas sencillas, fiables e ideales para un mercado en crisis. Trece años después, presentes en 44 países, no ha dejado de crecer nunca con respecto al año anterior e incluso ha situado a su modelo Sandero como el más vendido en numerosos mercados.

La renovación del Dacia Duster es mucho más profunda de lo que puede parecer, ya que las medidas exteriores se mantienen casi intactas (4,34 metros de largo). Y todos sabemos que renovar un icono, como es ya el 4x4 de la marca rumana, no es fácil. Dacia se vanagloria de que hasta ahora el precio siempre había sido el principal motivo de compra entres sus clientes, pero poco a poco, y viendo este Duster se entiende perfectamente, el diseño y la emoción del mismo empieza a ganar terreno de manera importante.

El nuevo Duster, que sigue siendo uno de los C-SUV más vendidos en nuestro país, mantiene, e incluso aumenta, con numerosos argumentos estéticos, su aspecto fiable y robusto, sin hacer ascos al diseño moderno, que le permitirá luchar casi de igual a igual con rivales de más experiencia, variedad mecánica y con acabados más vistosos.

En el exterior queda patente su renovación. El frontal tiene mucho más carácter, con líneas muy horizontales que ofrecen sensación de seguridad. Los faros reciben luces diurnas de led y la parrilla evoluciona para marcar distancias con el modelo precedente, más dinámica y moderna. La vista lateral también experimenta cambios. Llama poderosamente la atención la distancia que hay entre la parte superior del neumático trasero y la inferior del paso de rueda, dejando bien clara su propuesta campera y todoterreno, con una gran distancia de recorrido de dicha suspensión. A pesar de ello, también gana mucho en elegancia esta vista, lo mismo que la zaga, con unos grupos ópticos que inevitablemente recuerdan al Jeep Renegade, pero que sigue siendo marcadamente horizontal y robusta.

A nivel de colores, también el Duster ha sabido jugar sus bazas, con dos nuevas tonalidades, Orange Atacama y Beige Duna, que evocan fácilmente su discurrir por terrenos sólo aptos para los 4x4 más avezados y mejor preparados.

El habitáculo también se renueva. Las medidas interiores permanecen prácticamente inalteradas; sigue habiendo mucho espacio en la segunda fila de asientos, aunque las butacas delanteras, en pos de más comodidad y ergonomía, crecen un par de centímetros en grosor y el del conductor cuenta hasta con reposabrazos.

Cuentan en Dacia que se ha escuchado a los clientes a la hora de remozar volante, consola, salpicadero… y pensamos que se ha hecho con criterio, después de conducir unas cuantas horas el nuevo modelo. Nos gusta que la consola central y la pantalla del navegador estén orientadas al conductor, pese a que el software sigue siendo muy mejorable. Nos encanta el nuevo volante de cuatro radios, ahora regulable en altura y profundidad, y su botonería, digna de un coche de marca y precio superior. A pesar de la mejor factura general, con un cuadro de mandos con más clase que el anterior, sigue habiendo plástico negro rugoso por todas partes, pero en ningún momento se notan ruidos indeseados o ajustes criticables. El diseño y revestimiento de las puertas nos ha sorprendido gratamente.

La capacidad del maletero se mantiene en sus notables cotas anteriores, con 411 litros en la variante 4x4 y 445 en la versión 4x2 con tracción delantera.

Si en parado nos ha parecido un Duster muy mejorado, en marcha la impresión no sólo se mantiene, sino que incluso nos produce aún más optimismo. En primer lugar, se nota el esfuerzo de la marca rumana por bajar la rumorosidad dentro del habitáculo, con cristales más gruesos y la utilización de materiales que absorben el ruido. A los mandos del Duster gasolina de 125 CV, cambio manual, 4x2, por carreteras del sur de Atenas, nos damos cuenta del buen trabajo realizado con este modelo.

El nuevo acabado Prestige, el más equipado de todos, cuenta con tarjeta en vez de llave y arranque por botón, cámara de visión marcha atrás, lateral y frontal, control de crucero, limitador de velocidad, e incluso la versión de acceso, que a falta de precios oficiales sabemos que estará por debajo de los 11.000 euros, denominada Access, monta una nueva dirección asistida electrónica y variable en función de la velocidad. Por supuesto, los 6 airbags de serie y elementos tan actuales como el sensor de ángulo muerto o el asistente de arranque en pendiente forman parte del equipamiento.

Pero no olvidemos que, ante la moda de los SUV que no tienen versión con tracción a las cuatro ruedas, el Duster cuenta con una genética ideal para desenvolverse de maravilla en el off road, con una carrocería con 21 centímetros de altura al suelo, 30 grados de ángulo de ataque y 34 grados de salida. Las versiones 4x4 cuentan con una ruleta cerca del tradicional freno de mano con las posiciones 2WD, Auto y Lock, para cubrir las necesidades del conductor y del terreno. En la pantalla del navegador, estas versiones 4x4 muestran una pantalla específica con brújula, grados de inclinación, etc.

La oferta de motores se mantiene inalterada con respecto al Duster anterior. Las mecánicas gasolina tienen 114 y 125 caballos, la primera de ellas se puede combinar con GLP, y la segunda con la tracción 4x4. En gasóleo opciones con 90 y 110 caballos, esta última, con opciones 4x4 y cambio EDC. Los cuatro niveles de acabado existentes son Access, Essential, Comfort y Prestige. Desde la dirección de comunicación de Dacia nos cuentan que, a no mucho tardar, se añadirá algún propulsor más a la oferta mecánica de un modelo que no va a parar de dar guerra a todos sus rivales, siempre, más caros.