El segmento de los todocamino pequeños, conocidos como B-SUV, es el que más crece en mercados como el español, razón por la que la oferta aumenta cada poco tiempo y los modelos ya presentes se actualizan con celeridad para no perder comba respecto a sus rivales. Disponible en septiembre, el singular Jeep Renegade, que ya se renovó en 2017 para mejorar esencialmente su conectividad, recibe de nuevo cambios que en esta ocasión afectan a la gama de motores, la estética exterior y las ayudas a la conducción.
Uno de los rasgos que definen al Renegade es su estampa poderosa, de estilo 4x4 cuadradote de toda la vida que tanto debe –y no se oculta– al Wrangler, el vehículo por excelencia de Jeep. También lo distinguen los faros delanteros redondos y los pilotos traseros con patrón en X, y ambos presentan novedades, sobre todo los primeros, que ahora se ofrecen en opción con luces de led en los acabados superiores de la gama (Limited y Trailhawk).
Más allá del diseño, las verdaderas bazas del nuevo Renegade para mantenerse firme en la categoría son los dos nuevos motores de gasolina que estrena. Se trata de un 1.0 de tres cilindros que entrega 120 caballos y de un 1.3 de cuatro cilindros en dos niveles de potencia, 150 y 180 caballos. El primero se asocia a un cambio manual de seis velocidades y los segundos, a un automático de doble embrague en seco y a un automático de nueve marchas, respectivamente. El de 180 caballos incorpora tracción a las cuatro ruedas.
Se mantienen en catálogo, contra lo que se había especulado, los propulsores diésel Multijet 1.6 de 120 CV y 2.0 de 140 y 170 CV. El más pequeño se combina con tracción delantera y cambio manual o automático de doble embrague; el intermedio está disponible con caja manual o automática de nueve velocidades y tracción a las cuatro ruedas, y el de 170 lleva cambio automático de nueve marchas y tracción delantera o total.
Las mejoras en tecnología referida a la seguridad se traducen en ayudas a la conducción como la alerta de colisión delantera con frenada de emergencia, el sistema de mantenimiento de carril y el control de velocidad inteligente, que funciona con arreglo a las indicaciones del dispositivo de reconocimiento de señales de tráfico.
Como apuntábamos, son legión los SUV del segmento B con los que compite el Renegade. Ateniéndose solo a los que no pasan de los 4,3 metros, hay que citar inexcusablemente al Fiat 500 X, con el que el Jeep comparte plataforma y numerosos componentes puesto que pertenecen al mismo grupo automovilístico, Fiat Chrysler Automobiles (FCA). Otro de sus rivales más serios es, sin duda, el muy equilibrado Opel Mokka X.
Por precio, los que pueden ponérselo más difícil al todocamino pequeño de Jeep son, además del propio 500 X, el SsangYong Tivoli, el Suzuki S-Cross, que se sitúa en la frontera exacta de los 4,3 metros, y –aunque supere esa medida– el temible Dacia Duster, por el que muchos pueden inclinarse seducidos a la vista de sus tarifas sumamente competitivas.
Entre las opciones más sofisticadas y costosas hay que mencionar el atractivo Mazda CX-3 y el Honda HR-V, caro pero muy equipado. Otro competidor rocoso es el Volkswagen T-Roc, que ha llegado al segmento arrasando. Y los amantes de algo aún más chic siempre pueden sentirse tentados por el Mini Countryman o el Audi Q2, aunque el desembolso sea bastante mayor.
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