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Renault Clio E-Tech, campeón de la eficiencia

Cuando se acerca a cumplir los 35 años de andadura comercial, a lo largo de cinco generaciones, el Clio se ha convertido no ya en un clásico, sino también en un ejemplo consumado de eficiencia. Esto último es aplicable a todas las versiones hoy a la venta, ya sean de gasolina, GLP, diésel o híbrida, pues la de mayor consumo homologado (gasolina de 90 caballos) se mueve en los 5,3 litros/100 km.

La variante híbrida -E-Tech según la nomenclatura de la marca- que hemos conducido en los últimos días nos ha sorprendido por un gasto de combustible aún menor del que obtuvimos con la primera generación de esta motorización, de la que te hablamos en este artículo de 2021. En general, el Clio es ahora un utilitario casi redondo, a la altura de otro coche emblemático como el Toyota Yaris e incluso superior a él en agrado de conducción.

Durante los más de 800 kilómetros que hemos compartido con el modelo de Renault hemos contemplado en el cuadro de instrumentos cifras difíciles de ver en un vehículo actual. El consumo oficial se sitúa en 4,3 litros/100 km, pero en ciudad y alrededores se consigue bajar con frecuencia de los 4 litros; en carretera, la media sube progresivamente hacia los 5, aunque viajando a velocidad moderada hemos dejado el marcador en 4,7.

Son todos registros propios de un coche diésel muy eficiente, solo que disfrutando aquí -además de los beneficios de la etiqueta Eco- de la finura de un propulsor de gasolina asistido por dos motores eléctricos que gozan de un notable protagonismo en la impulsión del vehículo. Juntos, suman 143 CV de potencia que mueven con alegría el Clio en cualquiera de los tres modos de conducción disponibles, si bien el denominado Eco conviene reservarlo para un uso extremadamente tranquilo.

Para asegurarse el aporte eléctrico en todo momento hay que contar con carga suficiente en la pequeña batería de 1,2 kWh. Una conducción normal basta, pero por si acaso la transmisión automática incorpora aquí una función B (Brake) que fuerza la recuperación de energía al tiempo que actúa como freno motor. A este respecto, hemos echado en falta que las posiciones de la palanca de cambios dispongan de una retroiluminación que permita identificarlas rápidamente sin necesidad de consultar el panel de instrumentos.

El híbrido francés es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos, de modo que no hablamos de un coche lento, sino más bien brioso. En el caso de la unidad que nos ha tocado en suerte, contaba además con los ornamentos deportivos de la terminación Esprit Alpine, entre ellos unas vistosas llantas específicas de 17 pulgadas y unos asientos envolventes con partes de cuero y pespuntes en color azul.  

Además de alegre, la respuesta del Clio es muy suave: como hemos dicho, los motores eléctricos impulsan el coche en muchas etapas de la conducción, incluso a velocidades relativamente elevadas, y la interacción entre ellos y la parte térmica, aunque perceptible, no causa incomodidad.

Además, en comparación con el Toyota Yaris, el nivel de ruido procedente del motor de combustión cuando se necesita una reacción contundente es apreciablemente menor, razón por la que afirmábamos al inicio que lo aventaja en agrado de conducción; eso sí, siendo los dos muy eficientes y -curiosamente- dos de los pocos utilitarios equipados con tecnología full hybrid: además del Clio y el Yaris solo encontramos en el mercado español el Honda Jazz y el Mitsubishi Colt, que es la réplica japonesa del modelo del rombo.

La finura de funcionamiento se acompaña con una calidad de rodadura considerable para un vehículo de apenas cuatro metros de longitud (con 2,58 m de batalla). Si no fuera porque el nivel de insonorización no está tan conseguido, uno pensaría que se encuentra a bordo de un coche de mayores dimensiones.

Mínimas sombras

Si no calificamos el Clio de perfecto es porque hasta el coche más logrado tiene siempre algún mínimo pero. En este caso desmerecen del conjunto un reposabrazos delantero sumamente endeble, al menos en apariencia, la ausencia de luz de cortesía en los parasoles -especialmente el del acompañante- y, en la unidad que hemos conducido, un funcionamiento un tanto errático del dispositivo de reconocimiento de señales de tráfico, anclado en la indicación de 70 km/h de velocidad máxima en buena parte de los recorridos.

Como inconveniente del sistema híbrido incorporado es forzoso recordar también que esta versión pierde 86 litros de volumen de maletero con respecto a las de gasolina y GLP: de 340 litros pasa a 254 debido a que la altura entre el piso y la bandeja cubreequipaje mengua en ocho centímetros, aunque la anchura y la profundidad del compartimento sean las mismas.

Para terminar con la parte más enojosa de toda compra, diremos que el Clio E-Tech está a la venta desde 21.992 euros en acabado Evolution. Un poco más equipada, la versión Techo cuesta 23.892, y la deportiva Esprit Alpine sube hasta los 25.792 euros.