En la década en que el siglo XIX tocaba a su fin, Adam Opel, un industrial alemán dedicado a las máquinas de coser y las bicicletas, adquiría la fábrica de motores de Friedrich Lutzmann y entraba a formar parte así de un selecto olimpo de pioneros del automóvil en que figuran también Gottlieb Daimler, Karl Benz y Armand Peugeot. Muerto el fundador, fue su viuda, Sophie, quien dio el paso de comenzar a fabricar automóviles, por consejo de sus tres hijos, Carl, Wilhelm y Friedrich. Lo que comenzó en un garaje de Rüsselsheim am Main con 65 “coches Opel a motor con patente Lutzmann” fabricados a mano terminaría por ser un emporio que ha producido más de 70 millones de vehículos hasta la fecha.
Después de aquel Patentmotorwagen nacido en la frontera del siglo XX, en 1899, llegaron el Doktorwagen –así conocido por ser ideal para “médicos, veterinarios y abogados”, según la publicidad de la época–, el Laubfrosch, un biplaza cuyo motor de 4 caballos se montó en diferentes variantes en cerca de 120.000 coches, y el primer Kadett, con el que se procuró movilidad a las masas antes del colapso general desencadenado por el régimen nazi. Concluida la guerra, fueron modelos como el propio Kadett, el Rekord y el Kapitän los que acompañaron el periodo de reconstrucción del país y el famoso milagro económico alemán. El testigo lo tomaron, en tiempos más apacibles, el Opel GT, el Manta y el Monza.
Los años 80 y 90 del siglo pasado se antojan ya historia reciente para la firma del Blitz (rayo, en alemán), que fabrica entonces otros tres modelos sumamente populares: los Corsa, Astra y Zafira. Tras la caída del Muro de Berlín y la inauguración de la fábrica de Eisenach, la popularidad de la marca alcanza niveles nunca vistos. Entre 1992 y 1998 se producen 4,2 millones de unidades de la primera generación del Astra, lo que supone un récord histórico para Opel. Hitos más recientes en su trayectoria son la entrada en la movilidad eléctrica, a través del Ampera, y su reciente absorción por parte del consorcio francés PSA.
Para celebrar la efeméride de sus 120 años, Opel ha invitado a un grupo de periodistas a probar en el circuito del Jarama algunos de sus modelos históricos más emblemáticos, entre ellos varios Kadett de competición y un Ascona 400 como el que condujo Walter Röhrl para coronarse –junto a su copiloto Christian Geistdörfer– campeón del mundo de rallies en 1982, el título más importante cosechado por la marca en la historia del automovilismo. En el evento se permitía sentarse como acompañante en el Rekord C Viuda negra y en el primer coche de carreras de Opel, construido en 1903, de 12 caballos de potencia y algo más de 70 km/h de velocidad punta.
Como bien señaló en el Jarama el director general comercial de la marca, Jorge Tomé, el olor a gasolina y el petardeo de estos motores antiguos están a punto de diluirse en el pasado. Los nuevos tiempos son los de la silenciosa y limpia electrificación, obligada además por los problemas crecientes de contaminación y por las estrictas normativas de las autoridades (europeas en nuestro caso). Toca transformarse, como ha ocurrido siempre, y Opel afronta la etapa que comienza con una generación de modelos completamente renovada.
El Corsa es el ejemplo perfecto de esa metamorfosis a la que no es ajeno ningún fabricante de coches. Desde 1982 se han fabricado cerca de 14 millones de unidades de un vehículo tan exitoso y popular que casi constituye una marca aparte dentro de Opel, como sostiene Tomé. Más de 10,5 millones de esos vehículos han salido de la planta zaragozana de Figueruelas, donde todo está preparado ya para poner en el mercado la sexta generación del modelo, que desde su lanzamiento, a finales de este año, estará disponible en versión 100% eléctrica.
El Corsa-e ofrece una autonomía de 330 kilómetros, según el ciclo WLTP, merced a una batería de iones de litio de 50 kWh de capacidad que podrá rellenarse al 80% en 30 minutos en un punto de recarga rápida. Monta un motor eléctrico de 136 caballos y 260 Nm de par máximo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 8,1 segundos, y de 0 a 50 km/h en 2,8 segundos. Con esta variante eléctrica, Opel no solo impulsa al Corsa a una nueva era, sino que avanza ella misma hacia una dimensión desconocida en su larga historia que cabalga ya a caballo entre tres siglos.