La Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Profesionales de Automoción (ASEPA) han renovado recientemente su convenio de colaboración. El objetivo de ambas entidades no es otro que favorecer el estudio del léxico español relacionado con el mundo del motor y del transporte, representado de manera deficiente en el Diccionario de la lengua española (DRAE) como puede comprobar cualquier persona interesada en estos asuntos y como sufre cualquier periodista que se dedique a escribir sobre la materia.
Si hubiera que atenerse exclusivamente a los términos recogidos por el Diccionario, el autor de una prueba acerca, pongamos, del nuevo Isuzu D-Max tendría que referirse a este pick-up (palabra que no figura en el DRAE) con una perífrasis del tipo camioneta con caja posterior abierta. Más complicado aún: tampoco podría usar el vocablo todocamino para designar al tipo de vehículo más de moda en los últimos años.
Tendría más suerte si le correspondiera escribir sobre modelos deportivos de dos puertas laterales. El Diccionario al menos reconoce el término cupé, si bien las definiciones que propone difícilmente serán de alguna ayuda al lector poco familiarizado con estas cuestiones:
Pues bien, el convenio entre la RAE y ASEPA, que firmaron sus presidentes Darío Villanueva y Francisco Aparicio respectivamente, tiene justamente por propósito combatir estas dificultades mediante un trabajo en dos frentes. Por un lado, se trata de revisar la terminología contenida en el DRAE para una eventual modernización; por otro, de estudiar la inclusión de numerosas voces nuevas en la próxima edición, la 24ª, de la obra, que será por cierto la primera que se no publique en papel.
Tanto la comisión técnica de ASEPA dedicada a nuevos términos de la automoción como la RAE apoyan los acuerdos culturales entre las dos instituciones con el fin de “establecer relaciones para promover el desarrollo de la capacitación y la investigación en sus áreas comunes, con la realización de actividades conjuntas de cooperación, formación, desarrollo de programas y proyectos específicos”.
Entre los términos que se le entregaron a Darío Villanueva, para su estudio por las comisiones correspondientes de la RAE y la ASALE (Asociación de Academias de la Lengua Española), se incluyen por ejemplo:
auto-start/stop. m. En inglés, arranque-parada automáticos del motor. Sistema electrónico que para el motor cuando el vehículo se detiene. Al pisar el acelerador, el motor arranca de nuevo.
baquet. Asiento de automóvil rígido y muy envolvente, especial para vehículos deportivos y de carreras.
bluetooth. m. Tecnología inalámbrica para conexiones de radio en dispositivos próximos.
buggie (o buggy). m. Del inglés, tipo de vehículo destinado al ocio y con carrocería mínima abierta, adaptado expresamente a circular por playas y dunas.
composite. m. Compuesto de distintos materiales, no mezclados entre sí, pero que unidos tienen características especiales, normalmente de gran resistencia y ligereza.
e-call. m. Llamada electrónica de emergencia, que se efectúa de forma automática o semiautomática desde el mismo vehículo cuando detecta un estado de accidente.
display. Del inglés despliegue. Indicación visual de la información.