Aprovechando la celebración del Mundial de Rusia lanzamos este blog para contar las historias más curiosas o desconocidas de los mundiales: política, literatura, algún test de conocimientos, economía y algo de fútbol.
De refugiado a estrella del Mundial: Pione Sisto y su viaje de Sudán a Dinamarca
Sudán ha estado sumida en guerras fratricidas desde 1955, tras el estallido de su primera Guerra Civil, que concluyó en 1972 y la paz apenas duró una década antes de que un nuevo conflicto estallara en 1983. Una batalla que se recrudecía en la región sur del país donde las tropas de Jartum luchaban contra el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán.
Hasta la paz firmada en 2005 hubo casi dos millones de muertos y cuatro millones de desplazados. Una zona abatida entre la miseria y la muerte que obligaba a buscar alternativas para vivir. La familia Sisto vivía sumida en aquel horror y fue justo antes del nacimiento de su quinto hijo cuando decidieron escapar de aquel infierno. Con muchos problemas llegaron a Uganda en 1995, donde nació Pione y lo hizo acompañado de una gran noticia: Dinamarca les ofrecía refugio y una nueva vida.
Skive fue la pequeña localidad danesa que acogió a la familia y donde tuvieron una segunda oportunidad. Allí fue donde Pione empezó a dar sus primeras patadas a un balón y apenas con 7 años, ya había despertado la atención de los ojeadores de la región. Sus entrenadores siempre destacaron la capacidad de trabajo y autoexigencia de Pione Sisto quien consiguió un contrato profesional en el Midtjylland con 17 años.
De hecho, a los pocos meses de ganarse la vida con el fútbol volvió a la que era la casa de sus padres, Sudán del Sur, ya reconocido como país desde 2011. “Cuando estuve allí me pregunté si de verdad venían de ahí mis padres. Es totalmente distinto ver como vive allí la gente y los recursos que tienen. Para mí era muy importante conocer de donde vengo”, declaraba Pione al diario danés BT en 2013, meses antes de recibir la nacionalidad danesa.
Con la mayoría de edad obtuvo la ciudadanía danesa y pudo ser llamado por la selección sub 21. Fue precisamente en su primera rueda de prensa como internacional danés cuando sus padres irrumpieron con una danza tribal sudanesa para dejar claro cuales son las raíces del jugador y que no son incompatibles con su nueva nacionalidad.
Al principio, la cara Pione se parecía más a la de un hijo que no quiere que sus padres le acompañen a la puerta del colegio pero el momento fue muy emotivo y acabó acompañando a sus padres en la celebración.
Aquellos padres que decidieron escapar a tiempo lloraban de alegría viendo que su hijo, enfundado en la equipación danesa, jamás tendrá los mismos problemas que ellos.
En pleno Mundial de 2018 el bebé que llegó a Jutlandia como un refugiado de guerra es uno de los nombres propios más destacados de la selección. Pione Sisto pudo prosperar gracias a la oportunidad que tuvo su familia y que ahora hace su pequeño homenaje a Dinamarca cada vez que se enfunda su elástica. Una historia que empezó en medio de una sangrienta Guerra Civil en Sudán del Sur y con un presente que le señala como una de las estrellas de Dinamarca y del Celta de Vigo.
Mientras tanto, en Rusia 2018
Alemania confirma el gafe del campeón
La selección alemana dio ayer la campanada al caer eliminada tras perder contra Corea del Sur por 2-0. Alemania necesitaba una victoria y la tuvo a tiro durante gran parte del partido pero fue incapaz de superar el muro coreano. México fue la gran afortunada con este resultado y se clasificó pese a caer contra Suecia por 3-0. Alemania se une así a los anteriores campeones que tras ganar el Mundial fueron eliminados en la primera ronda del anterior torneo. Le sucedió a España en Brasil 2014, a Italia en Sudáfrica 2010 y a Francia en Corea y Japón 2002.
Sudán ha estado sumida en guerras fratricidas desde 1955, tras el estallido de su primera Guerra Civil, que concluyó en 1972 y la paz apenas duró una década antes de que un nuevo conflicto estallara en 1983. Una batalla que se recrudecía en la región sur del país donde las tropas de Jartum luchaban contra el Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán.
Hasta la paz firmada en 2005 hubo casi dos millones de muertos y cuatro millones de desplazados. Una zona abatida entre la miseria y la muerte que obligaba a buscar alternativas para vivir. La familia Sisto vivía sumida en aquel horror y fue justo antes del nacimiento de su quinto hijo cuando decidieron escapar de aquel infierno. Con muchos problemas llegaron a Uganda en 1995, donde nació Pione y lo hizo acompañado de una gran noticia: Dinamarca les ofrecía refugio y una nueva vida.