Cine comprometido, Tesa Arranz y series de televisión para inaugurar la 9º edición del IBAFF

Tras una tarde de maratón televisivo en el cine Centrofama con la proyección en pantalla grande de los seis capítulos que componen ‘La Peste’, la serie más cara de la historia de nuestro país producida por Movistar+ que, además, es el potente patrocinador del festival, al anochecer el IBAFF volvía para su inauguración oficial a su sede natural, la Filmoteca Regional.

Y no podía empezar de otro modo inaugurando su sección oficial que con el estreno del cortometraje ‘Aliens’, de Luis López Carrasco, el director murciano con más proyección en la actualidad y que viene desarrollando una estrecha relación con el Festival Internacional de Cine de Murcia, si bien, por desgracia no pudo estar presente en este estreno al encontrarse en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias en una retrospectiva de cine español junto a otros realizadores. Carrasco, miembro del colectivo Los Hijos, viene experimentando con nuevas formas de documental en trabajos como ‘El futuro’ con el que ya ganó en el prestigioso Festival de Locarno.

En esta ocasión vuelve al IBAFF con un cortometraje documental rodado en enero de 2017 en Valencia y centrado en la figura de Tesa Arranz, personaje clave del Madrid de los 80, líder del grupo Zombies junto a Bernardo Bonezzi, precursores del glam rock ibérico, y que ha dedicado gran parte de su vida a pintar más de 500 retratos de extraterrestres, los aliens a los que alude al título y no al clásico de ciencia ficción de James Cameron, repitiendo el juego de palabras con otra obra de su amigo y colaborador Ion de Sosa titulada “Sueñan los androides” en referencia a la obra de Philip K. Dick que inspiró ‘Blade Runner’.

Tesa Arranz posee ese extraño humor negro tan propio de quien desea morir porque ya cree que lo ha vivido todo, incluso el amor, y aunque éste le llegará ya en la madurez, lejos de Madrid, de la movida y afectada por un trastorno bipolar detonado por el consumo excesivo de todo tipo de drogas. Arranz nos divierte por su tono animado y aparentemente alegre a pesar de narrarnos con su locuacidad un anecdotario recubierto de heroína mezclada con cocaína, anfetaminas, tripis y de todo tipo de excesos, resultando a pesar de ello una figura tierna, totalmente analógica y que no podría haber ser filmada de otro modo que no fuera en super 8 y en VHS.

Fue una entrevista realizada por Germán Pose para su libro ‘La Mala Fama’ lo que terminó de animar al director murciano a rodar ‘Aliens’. Esta misma entrevista, resumida y leída por la propia Tesa a modo de monólogo, junto con sus poesías, tejen la voz en off que junto a la música de los Zombies configuran la banda sonora del cortometraje. Según afirmaba el propio autor en el pasado Festival de Locarno, donde fue proyectada con éxito, “esta obra es más sencilla y pequeña que mi largometraje anterior (El Futuro), pero ambos filmes tienen objetivos similares: la investigación y desmitificación de un cierto relato oficial de la España reciente.”

Luis López Carrasco se mantiene firme en sus pretensiones artísticas y en su deseo de desmitificar en su próximo proyecto ‘El año del descubrimiento’. Este proyecto, que pretende rodar en Cartagena este próximo otoño está encontrando multitud de problemas de financiación lo que está retrasando su rodaje. Entendida como una continuación de ‘El futuro’, trata de recordar unos hechos que han caído en un completo olvido y que hace 25 años, en el mítico 1992 de las Olimpiadas de Barcelona y la Expo de Sevilla, desembocaron en el incendio de la Asamblea Regional de Murcia.

7 velos

Tras ‘Aliens’ llegó el turno del largometraje inaugural. La película de la directora iraní afincada en París, Sepideh Farsi, es un documental coproducido entre Francia y Afganistán estrenado en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Marsella ganando el premio ex aequo con ‘Southern Belle’, otra película que también será proyectada en el presente IBAFF.

Con su última película, Farsi viaja a Afganistán para construir un relato aparentemente deslavazado, espontáneo, y no sin cierto humor, que pretende romper con los tópicos occidentales de una tierra castigada por la guerra y en estado de permanente conflicto desde tiempos remotos. Los siete velos del título corresponden a una leyenda por la cual esos velos ocultan cubren Afganistán y le dan un halo misterioso y enigmático. Esta leyenda sirve a su vez a Farsi para estructurar la película en siete capítulos de desequilibrada duración que pretenden recoger de un modo aparentemente caótico las reflexiones y las historias personales de sus protagonistas, con los que Farsi, a través de su cámara habla directamente ofreciendo un mosaico de la realidad del país y huyendo del habitual relato geopolítico de un trabajo periodístico formal.

Los testimonios, de una dureza terrible a pesar del tono amable y de respeto de Farsi, son sobre mártires, atentados en masa, guerras sin fin, rusos, muyahidines, talibanes, corrupción, tantas historias que ya ni llaman la atención de los informativos occidentales y de sus espectadores. Farsi los visibiliza, pone sus nombres, pone su rostro y entra en sus hogares y en los rincones íntimos donde reflexionan y descansan de tanta violencia, donde los habitantes curan sus cicatrices lentamente tratando de mantener su día a día.

Farsi, acostumbrada a trabajar con un mínimo de medios, y que ya llamó la atención con su ópera prima ‘Tehran Bedoune Mojavez’, filmada con un teléfono móvil en 2009, mantiene los modos tan iraníes del cine minimalista, tal vez como opción, pero tal vez por las restricciones que como mujer sufre en el acceso a la cultura y a la profesión cinematográfica en su país de origen.