La segunda jornada del XXII Jazz San Javier se celebró en la Plaza de España de la población, a cargo de la cantante barcelonesa Anna Luna. Era el primero de los cuatro conciertos que el festival ha programado fuera de su sede oficial, con acceso gratuito, para que todo el público que lo desee pueda disfrutar de estas músicas que cada noche se dan cita en su marco del auditorio Parque Almansa.
En esta ocasión, la cantante Anna Luna –una barcelonesa cuyas raíces parten de Murcia y Jaén (procedencia de sus abuelos)- se mostraba muy contenta de estar, finalmente, por esta la tierra de su abuelo al que no llegó a conocer pero del que heredó una parte de esas raíces, como también las jienenses de su abuela. Para su primera participación en Jazz San Javier, Anna Luna contó con un grupo de músicos muy cualificados y expertos con los que graba y realiza sus giras como el pianista Jaume Vilaseca; Roger Sabartes, a la guitarra; Jordi Fiol, al bajo; Roberto Faenzi, batería y percusión y, el también percusionista, Pablo Gómez.
Tras saludar e indicar que “Finalmente estoy en Murcia, la tierra de mi abuelo”, el grupo atacó las primeras notas de “Abrindo a Porta”, pieza de Tatiana Porra que Luna incluye en su último disco titulado “Urubú” publicado en 2018. La acogida de esta primera canción de Anna Luna y su grupo fue total, con lo que el público que llenaba la plaza entre el recinto y las mesas de los negocios hoteleros colindantes, se mostraban totalmente entregados a los encantos musicales de esta catalana con raíces murcianas y jienenses.
Anna Luna fue explicando brevemente cada una de las canciones que interpretaba, como hizo con “Un Cuento”, compuesta por ella, “Nobreza”, del compositor y cantante brasileño Djavan, para continuar con una versión original de “Alfonsina y el Mar” que el respetable premió con una larga y sentida ovación. Y las fusiones entre esas tres corrientes indicadas anteriormente –brasileña, jazz y flamenco- continuaron conformando un concierto que gustaba hasta los menos entendidos porque Anna Luna mantiene un hilo conductor que sabe atrapar a quien la escucha. Así sonó, obviamente en su terreno y estilo, “Nem Um Dia”, otra pieza del brasileño Djavan; “Déjame”, “Volver” o “La Flor de Estambul”, en la que dejó un detalle de su amor por la danza, fueron otras muestras inequívocas de que Anna Luna hace suyas partituras que forman parte del Cancionero Popular.
En plena ola de calor, la Plaza de España de San Javier dejaba entrar una brisa media de aire fresco que mitigaba la alta temperatura del momento. Eso en cuanto a lo meteorológico porque en lo musical, Anna Luna y su grupo no cesaban de subir la temperatura de un concierto que de haberse celebrado en el Parque Almansa hubieran disfrutado hasta los grillos. Como ocurrió con “Água Máe Água”, de Joao Bosco que estuvo en la pasada edición del festival, para regalarnos una increíble versión (y muy original de todas las escuchadas hasta el momento) del “Mediterráneo” de Serrat. Y es que para los que hemos nacido en este lugar del mundo, el Mare Nostrum nos impregna de su historia fenicia y romana en las que están sus bases, lo que nos lleva a una fusión de culturas como las que Anna Luna y sus músicos estaban expandiendo.
Con “Chovendo Na Roseira”, el célebre tema de Antonio Carlos Jobim, Anna Luna finalizaba su concierto que era premiado con un público puesto en pie, aplaudiendo y solicitando una más como es de rigor. No se hizo de rogar. Rápidamente regresaron Jaume Vilaseca y Anna Luna para hacernos otro regalo: “Júrame”, la canción que escuchó de pequeña y le empujó a querer ser cantante. Finalmente, la pieza que cierra su último disco “Urubú”, titulada “Vivo, Siento” compuesta por ella misma y Menno Marien ya con todo el grupo al completo, también sirvió para finalizar un concierto de gran calado en el público y de una delicadeza y profesionalidad fuera de dudas. Gracias, Anna Luna y a sus compañeros de viaje, por hacer de la noche del sábado un momento muy especial.