“¿Qué tengo que hacer para ser tan buena española como tú?”, se pregunta la poeta y rapera Laura Sam (Totana, 1989) en 'España', el cuarto single que acaba de publicar junto al músico Juan Escribano. “España es la hostia”, canta Sam en este nuevo tema con fuertes bases electrónicas, en el que mete el dedo en la llaga de las mentiras, la corrupción y la corrección política en el país; “de ser español o no y de sentirse representado con una bandera”. Junto con las ya publicadas 'Búnker’, ‘Nadie nada’ y ‘ Algoritmo’, el dúo vasco–murciano espera sacar un disco con diez canciones el próximo verano.
Tras haber publicado dos libros de poesía escrita –'Géiser', con Laura Soto, e 'Incendiaria'– y haberse fogueado durante más siete años en 'slams' (competiciones de poesía oral) nacionales e internacionales, para Sam la unión de la poesía y música ha sido un “proceso natural”; no siente que lo haya elegido conscientemente. “Siempre me he dedicado al 'spoken word' o poesía oral, pero el rap siempre ha estado ahí soterrado. Al fin y al cabo, ha sido referente en mi trabajo y tenía ganas de hacer algo más musical”, apunta la artista murciana durante la entrevista telefónica.
Para Laura Sam “el 'spoken word' es una necesidad, casi primitiva, de comunicarme física, emocional y verbalmente”. “Se establece un diálogo con el público de una manera u otra mediante el tono, el ritmo, el movimiento. Aquí evidentemente confluyen la palabra y el sonido, el lenguaje y el mensaje, la voz y el poema”, definió Sam este género –a caballo entre la poesía y la música– en una entrevista anterior con este periódico.
“Cuando empecé a recitar en la escena del 'spoken word poetry' éramos bastantes menos mujeres, pero creo que eso culturalmente está cambiando. También ahora hay bastante mujeres en la escena musical, tanto en el rap como en otras disciplinas. Las mujeres raperas tienen la misma fuerza que el rap masculino”, cuenta la artista murciana.
Sam se mudó a Bilbao en 2012 con una beca Séneca para finalizar sus estudios de Bellas Artes. Desde entonces, reside en el norte de España, aunque se encuentra “dividida” entre Murcia y la capital vasca. Allí se estrena este año como directora de ‘Poemática’, un pequeño festival derivado del ‘Spoken Word Bilbao’, que dirigió durante cinco años. Este nuevo festival se celebrará entre el 29 y el 31 de marzo dentro de la programación del Gutun Zuria, el Festival Internacional de las Letras de Bilbao.
'Spoken word' con acento murciano
“Porque en el Sur nos enseñaron antes / La palabra hambre que la palabra pan / No vengáis a decirme qué mujer tengo que ser / Si no conocéis el látigo del hombre”, así termina de recitar Sam ‘La voz de los poetas’, de pie en las escalinatas del Instituto Cervantes con el micrófono en mano y con un marcado acento murciano en esta grabación de Radio 3 para la celebración del Día del Libro del año pasado (a partir del minuto 45).
Tras su larga estancia en Bilbao, la poeta asegura haber perdido parte de su acento levantino, pero subraya que ese acento es algo “de lo que sentirse orgullosa”. “Siempre digo que cuanto más lejos estás de tu tierra, más cerca la tienes. ‘La voz de los poetas’ es, al fin y al cabo, una reivindicación y también la manifestación de la necesidad de volver a ese acento que perdí cuando me fui de casa”, afirma la rapera.
También es un reconocimiento al trabajo en la huerta y el campo murciano, donde ahora la mayoría de los jornaleros son migrantes. “'Está cara la vida' se escucha en el mercado / Donde mi padre todos los días / Pone tela sobre tela / Mantel sobre mantel / Y espera la faena con la frente arrugá de pena. /Venimos de la taifa, del fuego del Califato / De los moros y las moras que son hoy los que se agachan / A por los melones, las lechugas, las sandías”, reza el poema oral.
Poesía oral y enfermedad mental
“El impacto de las plataformas digitales es lo que tiene. Al final el vídeo de ese día ha rodado mucho, se hizo viral y eso me ha dado el impulso”, apunta la poeta murciana. Lo mismo sucedería con su poema ‘Esquizofrenia’, publicado en ‘Incendiaria’ (Arrebato, 2019). Este poema, asegura, ha tenido relevancia porque “es un tema que no se había visibilizado mucho en el ámbito de la poesía oral, porque es una enfermedad bastante estigmatizada y, al fin y al cabo, son cosas que pasan en la vida real”.
“Hay una gran cantidad de personas diagnosticadas con esta enfermedad. De hecho, desde que publiqué el poema se ha puesto en contacto conmigo una enorme cantidad de personas que se han sentido comprendidas por el texto. Creo que ha sido uno de los poemas que más impacto ha tenido en mi trayectoria”, reflexiona Sam al otro lado del teléfono.