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“Realizar una ópera prima en España es un milagro”

El próximo 26 de junio, la directora murciana Gala Hernández comenzará el rodaje de Naturaleza Muerta, su proyecto final en la Escola Superior de Cinematografia i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC). Su duración será aproximadamente de 18 minutos. Se rodará en cine (35mm) y el proceso de grabación durará diez días en diversos parajes de Cataluña. Gala nos explica en qué consiste el proyecto y sus ambiciones artísticas, y analiza el inquieto futuro que le depara al cine nacional.

Cuéntanos acerca del argumento de Naturaleza MuertaNaturaleza Muerta

Se sitúa en un ámbito rural, en el campo. El protagonista es un campesino que vive con su mujer, quien tuvo un accidente mientras trabajaba y se quedó tetrapléjica. Vive postrada en la cama y él se dedica a cuidarla. Tienen una vida muy rutinaria, aburrida. Un día, él encuentra una joven ciega y decide acogerla en su casa. La idea es explorar la relación de un hombre con dos mujeres que conviven en una misma casa sin saber de la existencia de la otra.

¿Qué valor artístico queréis darle al cortometraje?

Es un corto con mucho potencial. Lo rodamos en 35mm (celuloide), que le da a la imagen una textura y un aspecto visual más interesante. Hay muchos exteriores, y esto nos sirve para que las imágenes tengan una belleza que nos distinga de cualquier otro tipo de trabajo.

¿En qué momento de la producción se encuentra actualmente?

Comenzamos el rodaje en unas tres semanas, el 26 de junio. Lo tenemos todo prácticamente cerrado: el guión, el casting, los escenarios. Básicamente nos falta terminar de recaudar el dinero para completarlo.

¿Y cómo se financia este proyecto?

Se trata de un corto bastante caro, sobre todo por el coste que conlleva trabajar en formato celuloide. La Escuela nos aporta una buena parte del presupuesto, pero también nosotros, los jefes de cada departamento, hemos tenido que pagar una parte. También hay una cuenta abierta en Verkami para terminar de recaudar lo que nos falta. Llevamos casi 3000 euros recaudados de los 4000 que hemos calculado que necesitamos para terminar el proyecto. Si fuera digital, quizás no hubiera sido necesario tirar del micromecenazgo, pero para que el corto sea como realmente queremos, hemos tenido que acudir a él.

Parece que tenéis muy claro cómo lo vais a enfocar, ¿qué influencias se pueden descubrir en Naturaleza Muerta?Naturaleza Muerta

Las influencias no están muy pensadas. Tengo un abanico muy amplio de cine que me gusta, pero no me he fijado en nada concreto para el corto. Por decir algo, a nivel simbólico podemos decir que puede recordar a Jane Eyre, por el papel de la mujer encerrada, enclaustrada. A nivel estético sí tenemos unas referencias más determinadas. Nos gusta mucho el Terrence Malick de Malas Tierras y Días del cielo, y quizás sí nos fijemos en su forma de hacer cine. Las referencias surgen más a posteriori, por ejemplo, para poder explicar bien a un compañero lo que queremos hacer en una escena u otra. Utilizamos estas referencias como herramientas de comunicación, para que todo quede más claro.

Alfonso Delgado (El camino, You are the one), Blanca Martínez (El Orfanato, Los ojos de Julia) y Diana García (Eloïse), todos ellos actores profesionales, van a colaborar en el proyecto. ¿Cómo pudisteis contactar con ellos?El camino, You are the oneEl Orfanato, Los ojos de Julia) y Eloïse)

Fue muy sencillo que colaboraran. Hablamos con sus representantes, leyeron el argumento, y no tuvieron ninguna duda. Ya nos hemos reunido con ellos para leer el guión y acordar las primeras ideas. Será un placer trabajar con ellos.

Escribes y diriges Naturaleza Muerta, ¿cuál de las dos cosas te gusta más?Naturaleza Muerta

Yo me siento más directora. Escribo el guión de las historias que quiero contar. Ahora mismo no contemplo que mi futuro pase por escribir únicamente, por escribir para otros. Lo hago sencillamente porque es más cómodo para mí trabajar con mis propias historias. Pero si tuviera que elegir entre dirigir guiones de terceros o escribir para otros directores, prefiero ser directora.

Durante estos años en la escuela, ¿cómo te has sentido?

El cine es un mundo que genera muchas dudas. Yo he estado a punto de dejarme la carrera porque te haces preguntas constantemente. ¿Es realmente lo que quiero hacer? ¿Sirve para algo lo que estoy estudiando, me reporta un beneficio personal? A veces te preguntas también por el talento, sí eres realmente un artista. Es inevitable compararse con los demás compañeros. La Escuela en ese sentido presenta un dilema, porque el cine es algo muy subjetivo. No hay nada que esté bien o mal, y claro, cuando un profesor te tiene que poner una nota, no sabes hasta qué punto tiene relación con la realidad. Creo que es más necesaria una orientación que limitarse a decir si algo es bueno o malo.

En el arte, y más concretamente en el cine, se cae muchas veces equivocadamente en el maniqueísmo de establecer lo que es bueno y es malo.

Si algo he aprendido en estos años, es que no hay ninguna película que le guste a todo el mundo. Tú puedes pensar que por ejemplo Von Trier o Bergman hacen obras maestras y luego tienes compañeros que no los aguantan. Hasta los grandes maestros tienen sus detractores. Entonces, esto hay que aplicarlo sobre uno mismo y ser consciente de que es imposible agradar a todos por igual, y que debes fijarte en las opiniones que mejor consideres.

¿Y cómo ves el cine en los próximos años, sobre todo para los que estáis empezando?

Hoy en día, hacer una 'ópera prima' en España es prácticamente un milagro. Hay gente que ha intentado iniciar un proyecto y hasta los 35 ó 40 años no logran sacarlo adelante, y en muchos casos han tenido que hacer un desembolso económico excesivo. Si no tienes una red de contactos muy bien posicionada, y encima tus trabajos no pertenecen a géneros convencionales, está muy complicado. Además, el Gobierno actual no pone mucho de su parte: no hay ayudas, el IVA al 21%... En Francia, por ejemplo, el fomento del cine francés es genial. Una décima parte de cada entrada se destina para apoyar proyectos nacionales y hay muchísimas subvenciones de todo tipo. Es otra forma de pensar el cine, y creo que debemos aprender de ella.

Lo que sí es cierto es que Internet está abriendo el abanico de posibilidades.

Es cierto que los costes de producción se han aliviado. Pero hay que tener claro que aunque nos guste hacer cine, no es solo un entretenimiento. Queremos vivir de él y que sea nuestro oficio, que nos reporte unos ingresos. La plataforma digital ha permitido a directores como Carlos Vermut (Diamond Flash, Magical Girl) salir adelante, pero es un caso excepcional. No creo que sea la panacea. Es como el micromecenazgo. Está genial para apoyar nuevos proyectos, pero tener que pedir dinero a la gente para sacar un trabajo adelante no debería ser algo habitual.

Hay que ser consciente de que es imposible agradar a todos por igual; debes fijarte en las opiniones que mejor consideres