En los centros hospitalarios de Murcia no constan como ingresadas ninguna de las 24 personas heridas en el incendio de la discoteca Teatre y su local segregado, Fonda Milagros. En el siniestro del pasado 1 de octubre perecieron 13 personas, de las que seis ya han sido identificadas.
Fuentes de Sanidad confirman a elDiario.es en Murcia que todas las personas que resultaron heridas lo fueron de carácter leve. En la discoteca Fonda Milagros, donde se hallaron los 13 cadáveres carbonizados, se congregaban la madrugada del domingo pasado “cientos” de personas, según testigos presenciales, porque había varias celebraciones.
Otras fuentes ajustan la cifra a 150 asistentes. Tanto Teatre como Fonda Milagro carecían de licencia en vigor. En el caso de la segunda, además, nunca la tuvo, por lo que no había una previsión de aforo limitado.
La discoteca Teatre era toda de madera, simulando el aspecto tanto exterior como interior de un teatro, y, por otra parte, el falso techo para insonorizar el espacio “puede ser de buena calidad o costar dos euros el metro y puede ser mucho más ignífugo”, apunta un antiguo trabajador de la zona. “Al igual que la calidad de la madera de los muebles también influye, si es más o menos resistente el espacio puede arder entre 20 o 45 minutos”, añade. En la planta de arriba había 15 reservados que, a veces, eran llamados “palcos” y también eran de madera.
La decoración del club de música latina Fonda Milagros estaba impregnada del origen de quienes regentaban el local, procedentes del departamento colombiano de Antioquía.
“Estaba escrito el nombre de los municipios en el mapa y también había un Sagrado Corazón de Jesús, un pedazo de un taxi o un burro. Era estar en casa”, apunta Alejandra, colombiana que acudió al Palacio de los Deportes de Murcia, junto con decenas de personas de la comunidad latina para manifestar su apoyo a los dueños del local. El espacio contaba con paredes forradas con sacos de café de Colombia y cañas de bambú que hacían de vigas.