Beatriz Miguel, candidata a rectora de la UPCT: “Me gustaría que las mujeres ocuparan el mundo de la ingeniería al igual que ha pasado en la medicina”

Elisa Reche

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Beatriz Miguel (Madrid, 1966) aterrizó en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) hace 20 años como docente. La candidata a rectora de la UPCT -la única mujer que va a asumir el liderazgo en una politécnica en España- se sintió desde el primer momento “muy bien acogida” en la ciudad portuaria. Mentora de niñas y jóvenes para los estudiosSTEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), Miguel sintió que tenía que ser “coherente” y dar el paso como candidata a las elecciones para el rectorado de esta Universidad pública que se celebran la próxima semana tras haber sido vicerrectora de Investigación. 

La UPCT celebra desde el lunes 6 de julio los comicios para elegir a la persona que asumirá el máximo cargo de la institución, renovar el Claustro y determinar quién dirigirá la Escuela de Telecomunicación. Las votaciones serán telemáticas, para prevenir contagios de Covid-19, y se realizarán previa autentificación de los miembros de la comunidad universitaria y con un sistema que permitirá a los electores verificar el registro de su sufragio.

¿Cómo ha pasado esta etapa de confinamiento y posteriormente la campaña y la votación online para el nuevo equipo rectoral?  

Hemos estado intentando ayudar a nuestros estudiantes e intentar que el curso tuviera un buen fin. En el primer cuatrimestre tuve una asignatura con bastante suspensos y aunque las clases ya habían acabado, les preparé vídeos, pruebas parciales y al final he tenido una buena ratio de aprobados. También he aprovechado para escribir artículos. Eso combinado con la situación que hemos tenido todos: en casa tengo dos estudiantes universitarios y mi marido también que es profesor universitario y había que estar conviviendo, comiendo, limpiando y esas cosas. Han sido jornadas interminables donde hemos trabajado más de lo debido.

 La campaña la he afrontado con ilusión, pero está siendo dura. Es mala época ya que los estudiantes están con exámenes y tampoco hay otro candidato para confrontar propuestas. Al final somos seres humanos y la cercanía que tienes con los compañeros en una campaña no está, al final es un poco frío. Nos preocupa la baja participación de los estudiantes.

¿Estaba la Universidad preparada para la enseñanza virtual?

Hemos aprendido a utilizar muchas herramientas que de normal no utilizábamos como por ejemplo yo he aprendido a grabar vídeos pequeños o las herramientas del aula virtual.Esto nos tiene que servir para complementar porque sigo pensando que nuestra Universidad es presencial. Si somos online cómo se va a diferenciar la Politécnica frente al MIT. Pero sí tiene sentido ver cómo estas herramientas nos pueden aportar a nuestra docencia. Además hay que tener en cuenta el aspecto humano, los chavales van a la Universidad a coger competencias y conocimientos, pero también hay una parte social importante de relacionarse con otros que están en la misma situación.

¿Qué le motivó a presentar su candidatura? No hay rectoras en las Politécnicas

He estado en la gestión desde hace mucho tiempo porque he sido secretaria y directora de departamento.Posteriormente he estado cuatro años como vicerrectora de Investigación con Alejando Díaz.En estos 20 años que llevo en la Politécnica he aprendido a conocer cómo funciona. Cuando Alejandro dijo que no se presentaba pues yo era una candidata. Lo bueno del vicerrectorado de Investigación es que muy transversal porque aprendes lo que es la investigación, pero también tiene una carga de sección económica y recursos humanos. Ha coincidido con una situación académica y personal buena porque mis hijos ya son mayores y varios compañeros me animaron. No me lo había planteado, pero surgió la oportunidad y pensé por qué no. Es mucha responsabilidad y me da un poco de impresión, pero al final decidí tirar hacia adelante y aquí estamos.

Además de las dificultades sociales que nos encontramos, también parece como si a las mujeres nos impusiera más la responsabilidad de determinadas posiciones.

Somos un poco menos arriesgadas en ese aspecto. En la Politécnica además somos minoría porque entre el profesorado las mujeres somos solo un 20%. Nosotras sopesamos muchas cosas antes de adoptar una decisión de este tipo ya que tenemos más en cuenta nuestra situación personal. He estado en programascomo ‘Quiero ser ingeniera’ o de mentorización de jóvenes y estamos intentando vencer esas barreras sociales y personales que podemos tener las mujeres, así que cuando surge una oportunidad como ésta, y realmente crees en lo que estás haciendo, hay que ser coherente.

Leí recientemente un tuit de una científica que decía que no iba a apoyar más programas de mentorización para las niñas porque ella había vuelto a tener que vivir con sus padres pasados los 30 años.

La carrera científica en España, no solamente para la mujer, se ha vuelto una carrera de obstáculos. Yo por ejemplo no me estabilicé hasta que llegué a la Politécnica de Cartagena y ya entonces tenía 34 años. Hay poca financiación y te toca ir enganchando contratos precarios durante varios años. En mi caso me ayudó mucho el entorno familiar, tanto por la parte de mi marido como la de los compañeros de los grupos de investigación por los que he pasado. Hay momentos en los que te puedes quedar sin contrato y te tienen que ayudar.Es una carrera muy vocacional, a la cual dedicas mucho tiempo y muchas veces estás trabajando fuera de horario o fines de semana o te tienes que ir a un congreso, entonces a la persona de al lado le cargas de un trabajo extra. Si tu entorno no entiende eso va a ser más complicado seguir adelante.

¿Por qué las niñas o jóvenes no se deciden tanto por la educación STEM (acrónimo en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas)?

En la Politécnica, por ejemplo, el porcentaje de mujeres está en torno al 25% y nos salva que tenemos Agrónomos y la Facultad de Económicas que aumentan los porcentajes porque hay carreras ingenieriles como pueda ser la Mecánica que no alcanza el 8%.

Hay muchos factores: entre ellos si la mujer no está muy segura de capacidad no se decide a hacer algo; luego está el entorno familiar, tengo compañeras que decidieron ser ingenieras en contra de su familia, y, por otra parte, estamos reproduciendo a nivel educativo y de profesión los roles sociales: la mujer en el ámbito de las ciencias sanitarias y de la educación -que reflejan el cuidado y la formación de los demás- barre, pero en la parte de ingeniería todavía no lo hemos conseguido.

En el proyecto de ‘Quiero ser ingeniera’ también mostramos el ámbito social de la profesión. Un ingeniero ya no es un señor con un mono que aprieta tornillos. Arquitectas nuestras se han ido a África a construir cabañas, a Sudamérica a hacer presas o a potabilizar el agua para algunas regiones o poner cultivos hidropónicos en Arabia. La ingeniera ha evolucionado y hay un poco de desconocimiento, aunque el mundo industrial es verdad que todavía es muy masculino y eso también influye. La conciliación en la industria y la empresa es la asignatura pendiente que tenemos como sociedad. Pasó en Medicina: en el siglo XIX era un terreno totalmente masculino y, sin embargo, ahora vemos una enorme cantidad de mujeres. Me gustaría pensar que va a pasar lo mismo en la ingeniería porque hay muchos informes que coinciden en que hace falta gente formada en este tipo de profesiones, no solo en España, sino a nivel mundial.

¿Cuáles serán sus principales líneas de actuación?

Para mí es muy importante la docencia.Somos la academia y tenemos que ilusionarnos con la docencia porque el gran valor de la universidad es la gente a la que formas. Con respecto al personal de administración y servicios (PAS) tenemos una labor grande que hacer porque hay mucha gente que no está estabilizada. Nos hemos marcado como objetivos avanzar en la transformación digital, la internacionalización -sobre todo en la parte del alumnado-, y la responsabilidad social pública y la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El transporte hasta Cartagena para los estudiantes sigue siendo una asignatura pendiente

Estamos en una esquina y no es fácil llegar aquí, ni siquiera para los estudiantes que viven en Murcia. Hay muchos alumnos que prefieren irse a la Miguel Hernández en Orihuela porque tienen más afluencia de trenes y, encima, si tienen beca como es una comunidad autónoma diferente les dan más dinero, de modo que tenemos una competencia increíble.

Estamos intentando con el Ayuntamiento de Cartagena darle un poco más de vida universitaria a la ciudad porque nos falta un poco la continuidad de campus. Es una ciudad muy cómoda, al lado del mar y con muy buen clima, pero no termina de cuajar como entorno universitario, además de que conocemos el carácter de nuestros estudiantes porque un ingeniero tiene que estudiar mucho y no puede estar de marcha todas las noches.

¿Qué le parece que se repliquen grados que ya existen en la UPCT en la UCAM?

Esto es una decisión política de la Consejería. Las universidades públicas son recursos públicos y creo que hay que optimizarlos.