En el Islam no existe la noción de estado religioso y nadie puede gobernar en nombre de Dios
En el Islam no existe la noción de estado religioso y nadie puede gobernar en nombre de Dios
“Necesitamos conocernos”, resalta Abdelaziz Hammaoui, que cree que en España aún se está “a tiempo de no cometer los errores en integración de Francia”. El presidente del Centro Cultural Islámico de Valencia, el ingeniero de Telecomunicación, sociólogo y licenciado en Ciencias Islámicas, de 32 años, Abdelaziz Hammaoui, cierra este martes el ciclo sobre el Mundo Islámico que ha organizado la Universidad Politécnica de Cartagena, en el Palacio Pedreño de la Fundación Cajamurcia, y por el que han pasado expertos en la sociedad, cultura y geopolítica del mundo islámico, así como conocedores del terrorismo yihadista y su prevención, una temática de la más dramática actualidad que también será abordada en la ponencia.
¿Los atentados en París generan más interés por el mundo islámico o un rechazo de plano?
Al Centro Cultural Islámico de Valencia nos han llegado estos días algunos e-mails racistas e islamófobos, pero también el de una trabajadora social que nos pedía más información para hacer frente a la barbarie. Hay muchos motivos, históricos, culturales, sociales y geopolíticos, para acercarse al mundo islámico y organizar este tipo de ciclos, que pueden ayudar a por qué unos jóvenes han actuado de esta manera en Paris. Aunque la primera reacción es la rabia y la tristeza, después surge la necesidad de conocer las causas.
¿Teme que aumente la xenofobia?
Por desgracia, siempre ha sido así. El terrorismo y el odio al Islam se retroalimentan. El atentado le viene de maravilla a los racistas porque alimenta sus discursos.
¿Cuál es la opinión que tienen los musulmanes que vienen en España del Estado Islámico?
Cualquier musulmán sensato y con corazón rechaza sus bárbaros métodos, incluso quienes justificaban ciertas cosas por las actuaciones de Israel o Estados Unidos. Hay consenso en rechazarlo y rabia porque nos coloca permanentemente en el banquillo de los acusados, teniéndonos que defender todos los días.
¿Existe islamofobia en España?
Existe, como en todas partes desde el 11-S, pero mucha menos que otros países. Los españoles, pese a tener menos experiencia en convivencia en diversidad, han demostrado ser mucho más tolerantes y comprensivos que sus vecinos.
¿Los problemas de convivencia puede ser mayores con los hijos de los migrantes musulmanes?
En la segunda generación de migrantes hay un gran potencial humano, pero con malas políticas se les puede convertir en enemigos de su propio país. Estamos a tiempo de no cometer errores como los de Francia, evitando la aparición de guetos e invirtiendo en interculturalidad en ciudades, como Cartagena, con gran presencia de musulmanes. Hay que fomentar desde las Administraciones públicas una convivencia real, no la simple tolerancia entre comunidades. Los centros educativos deben enseñar otras culturas, otras fiestas.
¿Qué explica que jóvenes nacidos o criados en Europa sean captados para la Yihad?
Pese a que ahora gente como Marine Le Pen pongan el foco en los imanes y pidan cerrar mezquitas, el factor religioso es el menos importante en la radicalización de estos jóvenes. Quienes predican el islamismo radical solo encienden la chispa, el combustible es la situación socioeconómica de opresión y marginación, que hace que muchos jóvenes nacidos en Francia se sientan extranjeros y tengan que cambiar de nombre para encontrar empleo. Por supuesto, también hay que fomentar un Islam moderado, para marginar el discurso extremista, pero hacen falta medios, porque en Internet el discurso del odio está presente en muchísimas web.
¿Cómo es la relación entre el Islam y democracia?
El Islam en absoluto es incompatible con la democracia, sino que enseña a que sea la comunidad la que elija a sus líderes políticos y religiosos. En el Islam no existe la noción de estado religioso y nadie puede gobernar en nombre de Dios. Desde hace décadas se han transmitido ideas incorrectas sobre el mundo islámico y me gustaría aclararlas en la conferencia de este martes, así como dejar tiempo para el debate, porque necesitamos conocernos mejor. Recíprocamente. Yo también tuve que corregir, cuando llegué a España hace quince años, muchas nociones equivocadas sobre Occidente que tenía en Marruecos.