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Marina Díaz: “Tenemos muchas ideas equivocadas sobre Irán”

UPCT

Cartagena —

Marina Díaz está concluyendo una tesis doctoral centrada en la imagen que tenemos los españoles de esta República Islámica que, tras el acuerdo alcanzado sobre su programa nuclear, está saliendo del ostracismo internacional. La Universidad Politécnica de Cartagena ha charlado con ella sobre este asunto, que desarrolló en la conferencia que ofreció dentro del ciclo 'Mundo Islámico'.

¿Cuánto ha cambiado el papel de Irán en la escena mundial?

Cuando comencé la tesis, la confrontación con Irán estaba exacerbada, pero adoptando una perspectiva de larga duración se observa que la actual situación no es tan excepcional. Siempre ha habido muchas razones para que la comunidad internacional se aproxime a Irán, y viceversa.

¿Pese a que formó parte del llamado Eje del Mal?

Así comenzó el conflicto, en 2002. Paradójicamente, fueron las intervenciones norteamericanas las que reforzaron a Irán al derrotar a sus dos enemigos vecinos, los talibanes en Afganistán y Sadam Hussein en Irak. Como también es paradójico que el programa nuclear que reimpulsó el polémico Ahmadineyad se inició en los años 50 con apoyo de Estados Unidos.

¿Ha influido en la distensión el Estado Islámico como enemigo común?

Evidentemente provoca menos miedo un Estado como Irán, con el que se puede llegar a acuerdos, que un autoproclamado califato que viola todo tipo de normas y que ha dinamitado las fronteras internacionales entre Siria e Irak, que, por otro lado, eran arbitrarias.

¿La guerra siria es un conflicto entre suníes y chiíes o entre Irán y Arabia Saudí?

Hay más ficción que realidad en la división entre países chiíes y suníes. Lo que cuentan son las alianzas geopolíticas, como demuestra el apoyo de Irán a los suníes de Hamás. A los iraníes, más que el mantenimiento de Al-Asad, les interesa la supervivencia de un régimen afín para que no se altere el equilibrio de poderes en la región. Lo que determina que recelemos de Irán y no de Arabia Saudí es su alianza con Estados Unidos.

¿Cómo es que no se había reparado antes en el papel estabilizador de Irán?

Europa siempre la ha tenido presente, pero no ha tenido fuerza para imponerse a la voluntad de confrontación de Estados Unidos, que ha explotado mucho en el imaginario colectivo conflictos como la toma de rehenes. Un ejemplo es la película ‘Argo’, que presenta a los iraníes como irracionales.

¿Qué visión tenemos los españoles sobre Irán?

Tenemos muchas ideas equivocadas. Para empezar, al identificarlo como un país árabe. Lo vemos gris, sumido en la estética del martirio, con ausencia total de democracia y dedicado por entero a la religión. Es curioso, porque Irán nos evoca fundamentalismo mientras que su anterior denominación, Persia, nos evoca exotismo y sensualidad oriental. Lo cierto es que tiene una riqueza cultural abrumadora, una sociedad tremendamente instruida y curiosa, con ganas de que los conozcamos y de que dejemos de concebirlos como terroristas.

Irán nos evoca fundamentalismo mientras que su anterior denominación, Persia, nos evoca exotismo y sensualidad oriental

Irán nos evoca fundamentalismo mientras que su anterior denominación, Persia, nos evoca exotismo y sensualidad oriental